Si hay una palabra que podría definir el devenir de Viscofan en 2018 esa no es otra que inocente. Porque la firma navarra que produce, fabrica y distribuye tripas y envolturas artificiales para la industria cárnica ha pecado de inocente lo que hará que los objetivos previstos acaben por no cumplirse.
Ante el aumento de los costes de producción, debido a que los precios de la energía se encarecieron, lo mismo que las materias primas, Viscofan hizo lo previsible: subir precios para mantener márgenes. Hasta ahí todo correcto. ¿Cuál fue su pecado? Creer que la competencia haría lo mismo.
Sin embargo, las enseñas Sheegan y Nippi aprovecharon la coyuntura y le hicieron una envolvente. Ambas no subieron precios. De esta manera le robaron cuota de mercado a Viscofan.
La situación financiera de Viscofan es bastante mejor que la de sus competidores lo que les obligará a subir precios
¿La recuperará la firma navarra? Los analistas se muestras optimistas por varias razones. La más relevante es que, al contrario que Viscofan, estas dos compañías no tienen una situación financiera tan potable. Por tanto, tarde o temprano (parece que más bien esto último) tendrán que dar marcha atrás a su política y subir precios. Y, a igualdad de precios, están en desventaja.
Otra razón del resurgir de Viscofan durante 2019 será su apuesta decidida por producir en las cuatro tecnologías (celulosa, colágeno, fibrosa y plástico). De hecho, es la única. Aquellas tecnologías en las que cojeaba, como fibrosa y plástico, son en las que más empeño está poniendo, y más dinero. Este año la inversión será de 75 millones.
Además, la planta de la localidad navarra de Caseda reducirá entre un 10% y un 15% los costes operativos. Y eso se traducirá en una mejora de los márgenes.
UN MAL AÑO PARA LA ACCIÓN DE VISCOFAN
Viscofan está presente en más de un centenar de mercados con más de 1.700 clientes. Al fabricar para un sector ligado a la alimentación, su devenir no depende mucho de los ciclos económicos. De hecho, si el ciclo económico es malo, le afecta menos que a otras compañías. Siempre se ha visto como un título defensivo.
Sin embargo, 2018 ha roto esta tendencia. En lo que va de año, la acción ha caído un 12%. Pero es que, desde el 25 de octubre, cuando presentó los resultados de los nueve primeros meses alertó sobre el deterioro de sus ingresos y beneficios. Ese profit warning hundió la acción. Ese día cayó un 19,55%. Desde entonces el descenso ha sido del 22%.
“La fortaleza del mercado observada en la primera mitad del año se ha visto ralentizada debido al descenso en los mercados emergentes, especialmente China y el sudeste asiático”, dijo José Domingo de Ampuero y Osma, su presidente, en una nota de prensa.
Repasemos los resultados: hasta septiembre, registró un 3,8% menos de beneficio (88,7 millones de euros); el ebitda, por su parte, fue de 153,9 millones de euros, un 6,6% menos que en el mismo periodo del año anterior; y los ingresos fueron de 577,9 millones de euros, un 0,5% menos.
Por lo que respecta al tercer trimestre, los ingresos ascendieron a 192,2 millones de euros un 0,9% más que en el mismo trimestre de 2017; los beneficios cayeron un 11,7% (23 millones); y el ebitda se redujo un 7,5% (44,6 millones).
En el fondo de estos resultados subyace, junto a la debilidad de los emergentes, el comportamiento de las divisas, que ha contrarrestado el crecimiento orgánico de la compañía, y que sigue presionando al ebitda, según Bankinter. Según la compañía, los tipos de cambio han supuesto un impacto negativo de 5,1 puntos porcentuales en los ingresos, y 9,6 puntos porcentuales en el ebitda.
Un ejemplo; en Latinoamérica, los ingresos crecieron un 9,2% hasta septiembre en términos comparables, sin el tipo de cambio. Aplicado este, los ingresos cayeron un 5,4% en dicha región. Para mejorar estos resultados de cara a 2019, Viscofan, además de los argumentos ya reseñados, confía en el crecimiento de la demanda global, donde la población emergente dispone cada vez de una renta per cápita mayor.