Mercedes-Benz y BMW se pueden convertir en el próximo Volkswagen

En época de vacas flacas las empresas buscan cualquier alternativa para subsistir. El sector de la automoción no está pasando su mejor momento. Eso está claro. Y como el dicho popular dice, la unión hace la fuerza. Por eso BMW y Daimler, propietaria de Mercedes-Benz, están tratando de acercar posturas. Un posible acuerdo entre ambas compañías podría desembocar en el consorcio automovilístico más grande del mundo. El grupo Volkswagen tendría muy poco que hacer ante una empresa de tal envergadura.

Pero no es la primera vez que se especula con una posible fusión entre Mercedes-Benz y BMW. Hace cerca de seis décadas, BMW desechó formar parte de Daimler. La compañía con sede en Munich esquivó un intento de adquisición por parte del grupo alemán. A partir de ahí, los dos fabricantes de automóviles premium han sido rivales. Aunque eso podría cambiar.

Y es que BMW y Mercedes-Benz buscan aliarse. Los desafíos históricos a los que se enfrenta la industria mundial han convertido las alianzas en una tendencia. Según fuentes cercanas a ambas compañías, recogidas por Bloomberg, el acercamiento entre los fabricantes alemanes es evidente. Sus conversaciones se centran en unir fuerzas para la elaboración de componentes clave, como las plataformas para vehículos, las baterías de los coches eléctricos, así como la conducción autónoma.

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Esto podría desembocar en que modelos como el Serie 2 cupé de BMW y el Mercedes-Benz Clase A sedán algún día compartan una misma estructura. Algo impensable para BMW y Daimler hace pocos años, aunque ya ocurre en el grupo Volkswagen donde, por ejemplo, el A1 de Audi, el Ibiza de Seat y el Polo de la marca Volskwagen comparten la misma plataforma.

Algo está cambiando. El desarrollo de un nuevo vehículo obliga a las compañías a realizar enormes inversiones. Sin embargo, la desaceleración de las ventas de los modelos convencionales y la aparición de nuevos competidores hacen peligrar las ganancias. Todo ayuda a que los niveles de cooperación aumenten. No se sabe si algún día estas conversaciones acabarán en algo fructífero. Incluso en la unión de BMW y Mercedes-Benz en un megaconsorcio mundial.

“La presión que sienten los fabricantes de automóviles es enorme en este momento y este año hemos visto señales de crisis”, ha asegurado el analista de Bankhaus Metzler, Juergen Pieper. “Las colaboraciones más amplias están en alza para combatir los costes y el gasto en paralelo”.

MERCEDES-BENZ Y BMW YA COOPERAN EN EEUU

Este mismo año, Daimler y BMW anunciaron su intención de fusionar sus servicios de movilidad bajo demanda. Esto incluiría sus negocios de ‘carsharing’, vehículos de alquiler con conductor, parking, así como sus plataformas de recarga y movilidad. La idea es unir fuerzas y ampliar estos modelos de negocio de cara al futuro.

Las entidades antimonopolio de Estados Unidos ya han dado el aprobado a esta operación. De esta manera, BMW y Daimler desarrollarán una sociedad a partes iguales. Probablemente, esta operación se cierre antes del 31 de enero de 2019.

MALAS CIFRAS EN 2018

Pero todos estos acercamientos tienen un gran motivo. Tanto Mercedes-Benz como BMW redujeron sus proyecciones de beneficios para 2018. Fue debido a los conflictos comerciales y al aumento de los gastos para el desarrollo del vehículo eléctrico. En este sentido, Daimler sacará a la venta 10 modelos eléctricos en los próximos cuatro años, mientras que BMW lanzará 12 vehículos ‘0 emisiones’ hasta 2025.

Las ventas de automóviles se contrajeron este año por primera vez desde 2010. En medio de las disputas comerciales, el endurecimiento de las tasas de interés y los conflictos políticos, hacen que las perspectivas para 2019 “no estén exentas de riesgo”, ha apuntado el director de investigación de mercados de LMC Automotive, Jonathon Poskitt.

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Con la intensificación de los vientos en contra, la competencia pasa a un segundo plano ante la idea de repartir gastos para el desarrollo del coche eléctrico. Por ejemplo, Volkswagen negocio también con Ford para crear furgonetas y vehículos potencialmente autónomos. También se alió con Microsoft con el fin de ofrecer una nube para conectar sus automóviles a nuevos servicios digitales.

CHINA DA UN RESPIRO A MERCEDES-BENZ

Pero parece que las tensiones arancelarias darán un respiro a Mercedes-Benz en 2019. Tal como han señalado los analistas de Bloomberg, “la desaceleración de la demanda mundial de automóviles no es un buen augurio para el año que viene”. Sin embargo, la suspensión de tres meses, por parte del gobierno chino, del incremento de los aranceles a la importación de vehículos de fabricación estadounidense ayudará a poner el primer trimestre de Daimler en una base “más firme”.

La incertidumbre prevalece a medida que la demanda en la Unión Europea y Estados Unidos se suaviza y sus rivales, Volkswagen y Ford, predicen una perspectiva más débil para China. El aumento del gasto en nuevas tecnologías y el aumento de los costes para la eliminación gradual del diésel se suman a los problemas de Daimler. Por eso la alianza con BMW puede ser la salvación.