Este año ha estado marcado por grandes altibajos en la producción y venta de vehículos. La nueva normativa WLTP ha hecho que el sector temblase, ya que el adelanto de las matriculaciones provocó unos meses negros para las ventas de coches. Además, la incertidumbre provocada por las diferentes propuestas sobre el futuro del diésel y la movilidad limpia tampoco ha ayudado. Todo esto se ha reflejado en la producción de las instalaciones ubicadas en el territorio nacional.
España sigue siendo el segundo fabricante de automóviles a nivel europeo y registra la octava plaza en el mundo. Pero estos puestos nunca han estado tan en entredicho. La comercialización de vehículos en el propio mercado nacional y en Europa es quien marcará el camino, ya que el Viejo Continente es la principal región de destino de los coches españoles. Si debido a las nuevas normativas, las ventas de coches retroceden, es previsible que las compañías opten por producir en aquellos países donde hay más oportunidad de crecimiento. Y la mano de obra es más barata.
Pero parece que de momento el sector puede estar tranquilo. Tras un desastroso septiembre, donde la fabricación de vehículos cayó un 23%, hasta 199.753 unidades, octubre ha iniciado una senda alcista. No estaba del todo claro, ya que las ventas retrocedieron en el décimo mes del año un 6,6%. Pero al final, los números verdes llegaron.
En octubre, la producción de vehículos en España retomó la senda del crecimiento pese a que los mercados principales de exportación aún registren en sus matriculaciones los impactos de la entrada en vigor del nuevo protocolo de medición de emisiones de CO2, WLTP. Las ventas en octubre en el conjunto de la Unión Europea cayeron un 7,3%. Pero la producción de coches en España creció casi un 1,7%, hasta 246.445 unidades.
No podemos olvidar que la fabricación va acorde con las ventas. Las compañías adaptan el número de coches que salen de sus fábricas según demanda. “Por eso, el crecimiento de la producción tiene especial valor, porque resalta la capacidad de adaptación de las fábricas españolas a los nuevos procesos, pese a las dificultades y cierres que varias de las plantas han tenido que atravesar para acomodarse a la nueva homologación y demanda”, ha señalado la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
En el acumulado de 2018, se produjeron en España 2,41 millones de vehículos, lo que supone un crecimiento de casi el 1,7%. De ellos, más de 1,89 millones de unidades fueron turismos, un 1,54% más. Mientras que la fabricación de todoterrenos creció un 11,3%, hasta 44.047 automóviles. Además, la producción de vehículos comerciales e industriales aumentó un 1,48%, hasta 475.573 unidades.
BUENOS AUGURIOS PARA LA VENTA DE VEHÍCULOS EN EUROPA
Las exportaciones de vehículos también han cosechado buenas cifras. En octubre, se enviaron al exterior 202.816 unidades. Esto supone un 1,55% más y el 82% de la producción española. Este incremento permite apuntar una próxima recuperación, “aunque moderada”, de las matriculaciones en los principales mercados europeos.
Por tipos de vehículos, se enviaron fuera de las fronteras españolas un total de 163.249 turismos, un 3,2% más que en octubre del año pasado. Por su parte, se exportaron 34.499 vehículos comerciales e industriales, un 6,8% menos. Estas cifras recuperan la tendencia al alza perdida en los dos meses anteriores.
En lo que va de año, se han exportado 1,97 millones de unidades desde España, un 2% más. De estos, 1,6 millones de coches fueron turismos, un 3,2% más. Pero la exportación de vehículos comerciales e industriales cayó un 4%, hasta 328.983 unidades.
CHINA, EL GRAN COMPETIDOR
Como en muchos otros aspectos, China se alza como una gran competencia en la producción de vehículos. Su multitudinario mercado, su posibilidad de expansión y sobre todo su apuesta por el coche eléctrico han hecho que muchas compañías se animen a instalar allí sus factorías.
Y es que solo en China se producen más automóviles eléctricos que en el resto de países juntos. Según un informe de Atlas, en 2017, se produjeron en el país asiático 595.000 coches eléctricos y se vendieron 579.000 unidades. A gran distancia se encuentran otras regiones como Estados Unidos, donde se fabricaron 200.000 unidades. O Alemania, donde se ensamblaron 146.000 coches con este tipo de motores.
“Estos datos no sorprenden. Ya que gran parte del crecimiento del VE en China es estimulado por el Gobierno, que ha expresado su intención de dominar el mercado. De hecho, el Partido Comunista ha apuntado que los VE representarán el 12% de las ventas en 2020”. Todo esto, ligado con la desregulación que ha llevado a cabo el país. Este año, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma anunció que abrirá casi totalmente a la inversión extranjera el sector del automóvil.
Hasta ahora, las multinacionales de la automoción solo podían fabricar en China asociadas a firmas locales y sin poder tener participaciones mayoritarias. Sin embargo, a partir de 2022 se eliminarán todas las limitaciones en el sector. Grupos como Volkswagen o Daimler ya han anunciado multimillonarias inversiones en el país. Una gran oportunidad para las marcas, pero también un gran peligro para la fabricación en otras regiones menos competitivas.