Esta noche se presenta en Lisboa la Guía Michelín de España y Portugal. Por muchos anhelos que tengan otras guías españolas, sus galardones no despiertan tantas pasiones y tantos deseos como las estrellas de la guía que empezó recomendando a los conductores donde reparar pinchazos. Nuestro país es uno de los países en los que menos se prodiga la guía, probablemente, según dicen las malas lenguas, por el chovinismo francés que impide reconocer la calidad de nuestros cocineros, aunque algo de sobrado hay en este tipo de reflexiones.
Como todos los años, me gusta ser el primero en desvelar las estrellas Michelín que se otorgarán esta noche. Quizá no desvelo todas las que se entregarán, pero si son todas las que están.
Les adelanto las más importantes y aprovecho aquí para felicitar a los chefs estrellados:
Dani García en su Restaurante Arcadia, que recibirá una estrella alcanzando las ansiadas tres estrellas Michelín en su palmarés. Segunda estrella para Ricard Camarena por el Restaurante Ricard Camarena, su buque insignia en Valencia. Paco Pérez recibirá la primera por Sea Club situado en el Hotel Alábriga en Gerona. Martín Berasategui consigue una en Ball All y otra en Etxeko. Y Juan Fernández, tras salir del proyecto de Aponiente, consigue estrella para su restaurante Lú, Cocina y Alma en Jerez de la Frontera.
OTROS LAS MERECEN
Se quedan por el camino algunos de los restaurantes que en mi humilde opinión, son merecedores de alguna estrella más. En Madrid, Ricardo Sanz, debería recibir sin falta la segunda estrella en su restaurante KABUKI Wellington . Cebo de Aurelio Morales que aunque la tiene más que merecida, no recibirá la segunda estrella, ya que sería, o mejor dicho, habría sido una anomalía de la guía otorgar dos estrellas Michelín continuadas en dos años. Este tipo de ascensos meteóricos se reservan para chefs todavía más mediáticos (🐔).
Se queda también a la espera de la tercera, el Restaurante Coque de los hermanos Sandoval, y como eterno aspirante, el Restaurante Sant Celoni.
Según mi apuesta personal, todavía sin confirmar, pero merecida al 100 × 100, es para el Restaurante Magoga en Cartagena, que dicen que si no le otorgan la primera estrella este año, es porque María Gómez García, su chef, ha sido madre hace bien poco y parece ser que en estos círculos no está bien vista la baja maternal. Espero sincera y honestamente que esta apreciación personal sea un error por dos razones: la primera, y principal, porque se trataría de una discriminación imperdonable por parte de una guía que pese a ser clásica, debería modernizarse en algunos aspectos, y la segunda, porque para mí, es la más firme candidata a una Estrella Michelín este año por la calidad del trabajo desarrollado.
Veremos esta noche si acierto o no.