El coche de gas natural, la alternativa para ahorrar más de 10.000 euros

En la actualidad, hay un gran desconcierto sobre qué coche comprar. Que si el diésel es el demonio. La gasolina también contamina. Que si los modelos eléctricos no tienen autonomía suficiente para realizar viajes largos. Pero poco se habla del gas natural. Estos vehículos, que incorporan la etiqueta ECO, son una alternativa sostenible para ahorrar más de 10.000 euros. Entre sus ventajas, sus menores costes, sus bajos impuestos y el ahorro en el combustible.

El gas natural es a la larga la opción más barata. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un vehículo de gas natural permite un ahorro de casi 27.000 euros durante toda la vida útil del coche si se compara con un modelo de pila de combustible. Esta ventaja se reduce hasta algo más de 10.000 euros confrontándolo con un coche equivalente híbrido no enchufable de gasolina.

La gasolina se sitúa como el tercer tipo de motorización más caro. Un automóvil de gas natural supone un ahorro de más de 8.000 euros en comparación con un coche similar gasolina. Con el diésel la cosa cambia. El menor precio del gasóleo unido con su mayor eficiencia hace que la alternativa de gas natural solo alcance un ahorro de 5.000 euros.

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Entre medias se encuentran los híbridos enchufables. Estos modelos permiten un ahorro de entre 2.000 y 3.000 euros en comparación con un coche gasolina. Pero su precio a la larga es más caro si se pone a la par de un modelo diésel. En los puestos más bajos de la lista se sitúan los coches eléctricos y los propulsados por gas licuado del petróleo (GLP). Sin embargo, ambas opciones suponen 3.000 euros más que un vehículo similar propulsado por gas natural.

“Los vehículos de gas (gas natural y GLP) y los eléctricos son los modelos con menor coste para el usuario. Por el contrario, los costes más elevados son para los vehículos de pila de combustible (prácticamente inexistentes en España) y para los vehículos de gasolina y diésel”, han explicado desde la OCU.

El precio del gas natural comprimido (GNC) utilizado para el transporte en España es inferior a un euro el kilogramo. Este es el principal motivo de que sea tan rentable comprar un coche propulsado por este combustible. Y las previsiones son buenas. En comparación con un modelo diésel, en la actualidad el gas natural permite un ahorro de un 9,6%. Este porcentaje subirá hasta el 9,7% en 2020. Además, en 2030, un coche de gas natural será a la larga un 11,1% más rentable que su alternativa gasóleo.

EL GAS NATURAL JUNTO AL DIÉSEL

Pero a largo plazo el gas natural también sufrirá. Tras el anuncio de que el Gobierno planea la prohibición de la venta de vehículos que emitan directamente CO2 a la atmósfera para 2040, los modelos propulsados por este gas también entrarían en la criba. Sin embargo, hasta 2050 todos los tipos de motorizaciones podrán utilizarse por las carreteas. A partir de esa fecha, solo los modelos eléctricos serán legales.

En este sentido, el director de Comunicación, Marca y Relaciones Institucionales de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), Elías Domingo, ha asegurado a MERCA2 que la asociación está segura de que “el Gobierno va a proponer medidas estructurales para que la transición sea ordenada hacia las nuevas fuentes de energía que la movilidad del futuro exige”.

«La nueva ley supone encarar una reconversión industrial completa y acelerada de las fábricas españolas en su conjunto»

Ganvam ha apuntado que el borrador de la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética aumenta “la confusión en la opinión pública sobre el modelo de movilidad que nuestra sociedad necesita para el futuro”. Para la asociación, este borrador “solo sirve para demonizar las tecnologías actuales, las únicas que hoy por hoy son capaces de garantizar la viabilidad como sociedad, sin aportar ninguna solución en el corto, medio o largo plazo”.

Faconauto va más allá. Según la patronal, propuestas como las que ha planteado el Gobierno o la profunda crisis del diésel generan incertidumbre. Los consumidores no saben qué coche comprarse ni cuándo. Esto impacta ya en todo el sector. «La automoción y el comercio son sensibles a la incertidumbre y, como consecuencia, el mercado está entrando en una dinámica negativa y preocupante, no vinculada ya a causas puntuales, sino a problemas más profundos».

ANFAC RECHAZA LA LEY

La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ha manifestado su rechazo a la futura ley que pretende impulsar el Gobierno por ser “excesiva en sus objetivos y acelerada en sus plazos”. Según Anfac, la prohibición en 2040 de la venta de todos los vehículos que emitan CO2 directamente a la atmósfera va en contra “del principio de neutralidad tecnológica defendido al máximo por la Unión Europea”.

Desde el momento de su aprobación, prohibirá cualquier subvención que favorezca el consumo de combustibles fósiles. “Esto significa que solo se podrán subvencionar los vehículos eléctricos. Con lo que desactiva los actuales planes de apoyo al vehículo alternativo y discrimina, desde ya, a una tecnología limpia y eficiente frente a otras”.

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El vicepresidente de Anfac, Mario Armero, ha asegurado que “la industria está totalmente comprometida con la descarbonización del parque automovilístico” pero la transición hacia una movilidad cero y bajas emisiones ha de ser “ordenada, justa y rentable, desde el punto de vista social y económico”. El Gobierno “no ha contado con la opinión de las asociaciones del sector ni de los sindicatos” a la hora de redactar este proyecto cuando el clima entre ministerios y asociaciones era “de total interlocución y colaboración”.

«SEVERO IMPARTO SOCIAL»

Para Anfac, este proyecto de ley tiene una serie de implicaciones económicas, laborales, sociales y de políticas de movilidad. “Supone encarar una reconversión industrial completa y acelerada de las fábricas españolas en su conjunto, lo que necesita de unas importantes medidas de acompañamiento, con inversiones industriales y en tecnología, que eviten que las plantas pierdan competitividad y empleo. Medidas que ahora mismo se desconocen”.

Aunque la norma se compara con las leyes establecidas en Reino Unido y Francia, que prohibirán la venta en fechas similares de los vehículos de combustión, “no tienen en cuenta que Reino Unido ha aprobado un plan estructural de apoyo a la compra de vehículos alternativos y de gestión de infraestructuras de recarga de 1.500 millones de libras (1.720 millones de euros). Como Alemania, que aprobó un plan dotado con 1.000 millones de euros. “España solo ha dedicado 74,5 millones de euros a estos planes en cinco años”. Además, en el último año no ha aprobado ningún programa de ayudas.

Por su parte, Toyota ha sido una de las primeras marcas en dar su opinión. El fabricante ha asegurado que los plazos anunciados por el Gobierno son «excesivamente exigentes». Tal como ha explicado Toyota, «desde la perspectiva del consumidor, este anuncio genera confusión e incertidumbre». Esto afectará al mercado y ralentizará «la necesaria renovación del parque».