CEOE no quiere batallas con el Instituto de la Empresa Familiar

Dos no riñen si uno no quiere. Esta máxima popular bien podría aplicarse a la relación existente entre la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y el Instituto de la Empresa Familiar (IEF). Una particular guerra fría entre ambas instituciones que de vez en cuando eleva el tono.

Fue el presidente de Acciona, y ex presidente del Instituto de la Empresa Familiar, José Manuel Entrecanales, en una mesa redonda durante el XXI Congreso de la Empresa Familiar, quien lanzó un misil a la CEOE: “No es que no sean empresarios ejemplares, es que no son empresarios la mayoría. En la CEOE, no lo son, y en las confederaciones sectoriales a menudo tampoco. Habría que resolver la condición escasamente empresarial de los representantes sociales”.

Mientras el IEF habla abiertamente de estar en la política, en la CEOE se desmarcan de esta posición

Palabras que no han sentado bien en el otro bando aunque no han respondido directamente a la provocación contraatacando. Es más, a una pregunta realizada por Merca2 en Nueva Economía Fórum al vicepresidente de la CEOE, Juan Pablo Lázaro, este fue políticamente correcto aunque el tono de su voz denotaba malestar: “Empresas del IEF forman parte de la CEOE. Respeto su opinión y no existe enfrentamiento. Nos gusta escuchar las ideas de los demás”.

Un claro ejemplo de que hay compañías en los ambos bandos es el actual presidente del IEF, Francisco J. Riberas, que lleva las riendas de Gestamp, firma que forma parte de la CEOE.

CEOE Y LA POLÍTICA

Que CEOE e IEF ven el mundo de diferente manera se puede apreciar en los discursos de los protagonistas anteriormente reseñados. Así, José Manuel Entrecanales no duda en apostar por una mayor presencia de los empresarios en la arena política. “La política en España sufre de un deterioro notable en las últimas décadas. Es un trabajo fantástico que podríamos hacer los empresarios una vez termine su carrera en activo”, dijo en la citada mesa redonda. ¿Con que fin? Aportar valores humanos y de experiencia a la actividad pública.

Juan Pablo Lázaro, por su parte, al ser demandado por un mayor papel de la CEOE en la política, señaló que “las patronales tienen que hablar de política económica, no de política”. Por tanto, nada de adentrarse en otros terrenos que no tengan nada que ver con este particular ámbito.

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Esta ‘lucha’ ha tenido otras ‘batallas’ a lo largo de los últimos años. Por ejemplo, cuando Simón Pedro Barceló llevó las riendas del IEF (de 2008 a 2010), su contrincante al otro lado de las ‘líneas enemigas’ por aquel entonces, Gerardo Díaz Ferrán, estaba envuelto en un episodio de alzamiento de bienes y blanqueo de dinero relacionado con su empresa Grupo Marsans.

“Le pedí que dimitiera porque no estaba siendo ejemplar”, recordó el presidente del Grupo Barceló durante el XXI Congreso de la Empresa Familiar. Un hecho que trajo a colación porque, según él, si los empresarios quieren exigir, “han de hacer un esfuerzo de autocrítica y elevar el nivel de auto exigencia para ser ejemplares. Si no lo somos, perdemos demasiada credibilidad para salir a la calle con la cara alta”.

Y puso el dedo en el ojo: “En el ámbito del turismo, desgraciadamente, los presidentes del Consejo de Turismo de la CEOE de los últimos 25 años no son empresarios ejemplares”. Otro ‘ataque’ que no ha tenido respuesta por parte de la patronal. ¿Será porque están en pleno proceso electoral? ¿Se está guardando la CEOE una bala en la recamara? ¿Guardará la artillería para después del 21 de noviembre, cuando se elegirá al nuevo presidente, o prefiere mantener la paz a pesar de los ataques? De momento, las hostilidades no han ido a mayores.