El fuerte hachazo que se avecina en pensiones

Las cuentas del sistema de pensiones no están, lo que se dice, boyantes. Según Fedea, la supresión de la reforma de 2013 (cuyos puntos principales están ahora mismo en el aire), supondría un aumento muy considerable del gasto. “Según los movimientos del Gobierno, tiene toda la pinta de que está muerta”, afirma Ángel de la Fuente, presidente del think tank.

¿Qué pasaría? “El sistema sería inviable, abocándolo a un ajuste abrupto en algún momento futuro que comportaría una fuerte reducción de las pensiones de un día para otro”. Esta es una de las principales conclusiones del informe Hacia una nueva reforma de las pensiones, de Fedea, ¿De cuánto estaríamos hablando? “En el escenario más negro habría un recorte del 50% en pensiones”, señala Ángel de la Fuente.

Varios son los ‘caminos’ que pueden llevar a esta debacle. Para empezar, la ya citada supresión de la reforma de 2013, que añadiría entre 3 y 3,6 puntos del PIB al déficit anual del sistema de Seguridad Social (ahora está en el 1,6% del PIB). Eso sí, dependería de los flujos migratorios. La deuda pública se dispararía y nos llevaría “eventualmente a una suspensión de pagos”.

Este es un punto relevante, ya que los autores del estudio apuntan a que la inmigración podría aliviar la situación, aunque no solventarla. “Se necesitan miles de inmigrantes castellanoparlantes y cualificados aunque van a ayudar transitoriamente”, matiza Alfonso Sánchez, otro de los autores del estudio.

Las pensiones podrían llegar a absorber hasta un tercio de las rentas anuales del trabajo

Otra forma de financiar este mayor déficit sería subiendo las cotizaciones o impuestos a ciertas cohortes de activos presentes y futuros. “Las pensiones podrían llegar a absorber hasta un tercio de las rentas anuales del trabajo, lo que exigiría incrementar las cotizaciones en más de un 80%”, concreta Miguel Ángel García Díaz, el tercero de los autores. Lo cual tendría efectos muy negativos sobre el empleo y la inversión, sobre la renta disponible, y sobre la capacidad de consumo de las personas.

EQUILIBRIO FINANCIERO DE LAS PENSIONES

Para las tres próximas décadas, los autores destacan que hay que elaborar un plan realista y detallado de ingresos y gastos. “E incrementar los ingresos provenientes no solo de los trabajadores activos sino de toda la sociedad”, puntualiza Ángel de la Fuente.

El mismo debería incluir medidas de contención del gasto distribuidas entre los pensionistas actuales y los futuros. También, las pensiones mínimas deberían revalorizarse con el IPC para garantizar la suficiencia del sistema.  “Para el resto, no. Habría que introducir un factor de actualización distinto al actual y vinculado al ciclo económico y a la situación financiera del sistema de pensiones”, añade de la Fuente.

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Los autores también citan otras medidas como establecer un nexo automático entre la edad de jubilación y la esperanza de vida en salud, la extensión gradual del periodo de cómputo de la pensión a toda la vida laboral, y la introducción de un sistema que establezca una estrecha relación entre las pensiones y las aportaciones realizadas, capitalizadas de acuerdo con el crecimiento de la economía.