Cerberus limpia de ladrillo los balances de los bancos

El fondo de inversión norteamericano Cerberus se ha convertido en el mejor aliado de los bancos españoles. BBVA, Santander, Sabadell y Bankia han cerrado acuerdos este año para limpiar sus balances de activos inmobiliarios.

La crisis financiera dejó a los bancos con miles de millones de euros colocados en proyectos urbanísticos, promociones residenciales, hipotecas y créditos dudosos relacionados con el ladrillo. Ahora aligeran hasta la casi inexistencia el peso del ladrillo en sus balances. Primero, porque la nueva normativa contable les obliga a elevar las provisiones en activos inmobiliarios y el BCE les ha solicitado que limiten este tipo de activos. Segundo, porque Cerberus ha visto una oportunidad de negocio y no para de comprar.

Un prolífico negocio que operación a operación copa páginas de los medios económicos. “Compran a precio de derribo y ambas partes salen beneficiadas: la entidad bancaria deja de tener la obligación de dotar la depreciación en balance y el fondo asegura revalorizaciones en el medio plazo”, explica Eduardo Bolinches, analista colaborador de ActivTrades.

CERBERUS, INSACIABLE EN ESPAÑA

El traspaso del negocio inmobiliario en España de BBVA ha sido la última operación en la que ha participado Cerberus Capital Management. Esta operación supone la venta al fondo estadounidense fundado en 1992 de un 80% del capital social de Divarian, la sociedad que gestiona este negocio en el banco. El otro 20% lo mantiene la entidad vasca.

Al anunciarse la operación en 2017, el por entonces consejero delegado del banco, Carlos Torres, declaró que “la operación reduce de manera muy significativa nuestra exposición a una actividad ajena a nuestro negocio principal y nos permite reforzar nuestro proceso de transformación”.

BBVA prevé que en 2018 las pérdidas del área de negocio Non Core Real Estate sean en torno a un 80% inferiores a las de 2017, cuando registró -501 millones de euros. A partir de 2019, BBVA espera que la contribución de esta área a los resultados del grupo no sea relevante.

En septiembre, Santander acordó la venta al fondo norteamericano una cartera de 35.700 inmuebles, incluidos garajes y trasteros, por un importe aproximado de 1.535 millones de euros. La gestión quedó en manos de Haya Real Estate, empresa de gestión del crédito y activos inmobiliarios del grupo Cerberus.

Esta compañía ya gestionaba los activos inmobiliarios de Bankia desde septiembre 2013. El acuerdo fue renovado por ambas partes en abril de este año para, entre otros asuntos, incluir los procedentes de BMN. Además, la entidad financiera resolvió los contratos de gestión de deudas impagadas y de determinados activos inmobiliarios suscritos en su momento por BMN. El montante total de la operación rondó los 5.400 millones de euros, según la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri.

En el caso de Banc Sabadell, la entidad acordó con Cerberus en julio la transmisión de la práctica totalidad de su exposición inmobiliaria a una filial del fondo. Los activos inmobiliarios objeto de la Operación tienen un valor bruto contable conjunto aproximado de 9.100 millones de euros y un valor neto contable conjunto aproximado de 3.900 millones de euros, según informó el banco.

El método seguido es el mismo que en el caso de BBVA con Divarian. Una nueva sociedad participada por Cerberus (80% directa o inderectamente) y Banc Sabadell (20% restante). Cerrada la operación, Solvia seguirá prestando en exclusiva los servicios de gestión integral de los activos inmobiliarios implicados en el acuerdo.

Aún no está confirmado oficialmente, pero VozPopuli publicó en junio que CaixaBankia también estaba en conversaciones con Cerberus. En concreto, para vender una cartera de 650 millones por la que el fondo estadounidense podría pagar en torno a los 200 millones de euros.

De este modo, Cerberus ha hecho este año negocio con todos los bancos españoles cotizados salvo Bankinter. La entidad presidida por Pedro Guerrero es conocida por su escasa exposición al ladrillo, por lo que no ha necesitado recurrir a fondos extranjeros para limpiar su balance de activos inmobiliarios.