Hace cuatro años, en un reducido encuentro de prensa, el presidente de MásMóvil, Meinrad Spenger, explicaba los planes de futuro de la compañía. En ningún momento hablaba de tener millones de usuarios, pero todo eso ha cambiado. Tras las adquisiciones de Yoigo y Pepephone, el operador amarillo ha superado la cifra de los 6 millones de clientes de telefonía móvil.
No se trata de un hecho menor, sobre todo porque en estos momentos hay una dura guerra comercial que ha obligado a todas las compañías a agudizar el ingenio para captar clientes. Por ese motivo, haber alcanzado esa cifra es, si cabe, más relevante.
Según explica la compañía en un comunicado, todo se debe gracias al buen momento comercial que están atravesando en todo el grupo. Esto, lógicamente, le ha llevado a ser líder en captación y portabilidad, tanto en banda ancha fija como móvil. Ahora el reto mayúsculo para MásMóvil será seguir con este ritmo, sobre todo atendiendo a dos factores: la guerra comercial y que ésta no dañe la rentabilidad.
Este despegue tan grande para la compañía se debe, entre otras cosas, a la buena acogida que han tenido todas sus marcas: Yoigo, MásMóvil, Pepephone y Llamaya, que, en sus respectivos segmentos de mercado y mes a mes, aumentan su base total de clientes gracias, según los datos que aporta la compañía.
EL MOMENTO DE INFLEXIÓN PARA MÁSMÓVIL
A cierre del primer semestre del año, el Grupo MásMóvil contaba con 5,7 millones de clientes de telefonía móvil, de los cuales, 4,4M pertenecen al segmento de postpago, y 1,3M son de prepago. Durante los seis primeros meses del año, la compañía sumó un total de 700.000 nuevos clientes de telefonía móvil entre postpago y prepago.
Durante el mes de septiembre, el operador amarillo ha superado los 6 millones de clientes, lo que supone haber añadido más de 300.000 nuevas líneas en el tercer trimestre. En lo que va de año, el grupo ha sumado más de 1M de clientes de telefonía móvil entre postpago y prepago.
Con estas cifras, MásMóvil encara el futuro bastante confiado. Un futuro que en estos momentos pasa por la guerra comercial que han planteado todos los operadores, sin excepción a su tamaño. Algo que, por otra parte, también ha llevado a la propia crítica de los partícipes al asegurar que no es sostenible. No obstante, estará por ver quién es el primer que se apea de dicha pelea en la captación de clientes.