Lime aterrizó hace aproximadamente un mes en las principales ciudades de nuestro país con su nuevo modelo de movilidad: los patinetes eléctricos. Madrid, Barcelona, Valencia, o Málaga son algunas de las urbes donde esta empresa, que pertenece a Google y Uber, ha esparcido cientos de patinetes por las calles, en medio de una notable polémica ciudadana.
En Madrid no es legal circular con estos patinetes. En la actualidad no hay ninguna normativa específica, y su uso no está regulado. El Ayuntamiento señala que se trata de un “vacío legal”, y que a finales de septiembre o principios de octubre se aprobará el proyecto de Ordenanza Municipal para regularlo. Sin embargo, en declaraciones a Merca2, un portavoz del Ayuntamiento apunta que “se está haciendo la vista gorda y no se va a multar a los usuarios”, como tampoco van a eliminar los patinetes de las calles.
El consistorio que dirige Manuela Carmena asegura que en estos momentos se están basando en las directrices que marca la Dirección General de Tráfico, que indica que los VPM podrán ubicarse en el ámbito de la calzada, cuando se trate de vías autorizadas por la normativa local, y que cada administración podrá autorizar su circulación por aceras, zonas peatonales, parques o habilitar carriles especiales, como los de las bicis, garantizando la seguridad de los usuarios. Estas directrices no son de obligado cumplimiento, sino que cada gobierno tiene que adoptar sus propias normas. Tampoco existe una normativa específica sobre el uso del casco.
El Ayuntamiento de Valencia ha retirado 50 patinetes de sus calles, de los 200 que la empresa de San Francisco instaló en la ciudad, y además le ha impuesto una multa de casi 20.000 euros, 750 euros por cada uno que ocupaba en las calles y 122 euros por la retirada y traslado al depósito. La compañía pide diálogo, pero mantiene un pulso con el consistorio, ya que ha vuelto a colocar cientos de patinetes en las calles. El Ayuntamiento mantiene que la empresa estadounidense no ha solicitado la licencia y que por tanto su uso no es legal.
En Barcelona, el Ayuntamiento dirigido por Ada Colau ha retirado de las calles todos estos vehículos de movilidad personal. Aseguran que sólo tienen cabida aquellos que lleven un guía que represente a un grupo, y que por tanto repercutan favorablemente en el turismo.
KOKO SE ESTRENA EN ZARAGOZA
A cambio en plena polémica por la retirada de los VMP, la startup española Koko desembarca en Zaragoza, con una flota de 200 patinetes. A partir de este martes los usuarios podrán disfrutar de este servicio, ya que el Ayuntamiento de Zaragoza es el único, en todo el territorio nacional, que permite su uso de manera legal.
El modelo de empresa nace bajo el paraguas de Demium Startups, la incubadora de proyectos que impulsa los nuevos modelos de negocio, y tiene previsto diversificarse en once ciudades, en los próximos meses.
El modo de uso es similar al de Lime: sólo se necesita la app, que geolocaliza los patinetes distribuidos por la ciudad, y escanear el código QR, a través del teléfono, para activarlo. Además, es necesario ser mayor de 18 años, y aparcarlo en zonas que no molesten ni al tráfico ni a los peatones. Koko tiene un coste de 15 céntimos por minuto, y sin coste de desbloqueo, a diferencia de Lime que cobra un euro por desbloqueo y 15 céntimos por minuto.