Los Boada, de “amigos” de Franco a “dueños” del inmobiliario español

Este verano, Blackstone se convirtió en el mayor propietario de hoteles de España gracias al éxito de su opa sobre Hispania, socimi de la que controla el 90,6%. Inmediatamente después, Claudio Boada Pallerés, el hombre del fondo en España, ocupó un sillón en el Consejo de Administración como consejero dominical. Un cargo más para un empresario que hereda el extenso currículo familiar que comienza a fraguarse en la época franquista.

La discreta figura de Boada es, quizás, una de las más importantes dentro del mundo empresarial en España, especialmente por el poder que acapara en la actualidad. En 2012 se incorporó como senior advisor en Blackstone con la misión de conseguir oportunidades de negocio inmobiliario en España y Portugal.

Pero la importancia del cargo requería soltar aún más lastre para poder cocinar una venta que haría estallar por los aires los precios de la vivienda del alquiler en España. Así, se desvinculó del fondo de capital riesgo de Atlas Capital, que en 2007 le fichó como presidente y responsable del comité; y abandonó la presidencia Círculo de Empresarios tras ocho años en el cargo. Ahora es presidente de honor. Y mientras, a la vez, Blackstone compró 1.860 pisos en alquiler repartidos en 18 promociones de la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo de Madrid (EMVS) por 128,5 millones de euros. Esta se convirtió en una de sus grandes adquisiciones.

El fondo lo tuvo claro al confiar en este empresario, al que le avala, además, un extenso currículo. Trabajó para Banco de Bilbao, Dillon Read y fue director general de Banco de Progreso (Grupo March). Durante casi quince años fue responsable del negocio de Lehman Brothers en España y Portugal, donde también ocupó la presidencia desde el año 2000 hasta 2004. Su sustituto en el puesto fue el exministro de Economía con Mariano Rajoy, Luis de Guindos. En 2013, se incorporó como consejo independiente a Prisa.

Este ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Madrid también fue presidente de la empresa Holcim España, donde coincidió con un secretario de Estado de Aznar, José Manuel Serra Peris (imputado en el caso Bankia). Empresas como Abantia Empresarial, SAP España o el Banco HSBC engordan la larga lista de cargos de Boada.

Por si fuera poco, la aseguradora Aegon España le ha nombrado nuevo presidente de su consejo de administración y el año pasado se convirtió en senior advisor de Natixis en España y Portugal. También es miembro del Consejo Rector de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), pertenece al Consejo Asesor del Instituto Franklin de Investigación en Estudios Norteamericanos, y es patrono de la Fundación Créate.

LOS BOADA EN LA ÉPOCA DE FRANCO

Pero todo este poder no surge de la nada. Claudio Boada es hijo de uno de los empresarios del Franquismo y de la Transición: Claudio Boada Villalonga. Este catalán acaparó gran poder empresarial y se ganó la fama de buen gestor. Motivo por el cual fue llamado por Franco para presidir un ministerio, pero renunció al puesto. Sin embargo, en 1970 el ministro de Industria, José María López de Letona, sabedor de los logros obtenidos al frente de las empresas por las que había pasado, le confió la presidencia del Instituto Nacional de Industria (INI). Llegó, incluso, a ser condecorado por el Régimen en 1968 con la Gran Cruz del Orden del Mérito Civil.

Más tarde, en mayo de 1981, presidiría el recién creado Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), que abandonaría en enero de 1985 para ocuparse de la presidencia del Banco Hispano Americano (BHA). También dirigió Altos Hornos de Vizcaya, con el objetivo de llevar a cabo un plan de modernización, y Ford España, entre otros muchos cargos.

Fue socio fundador del Círculo de Empresarios. Institución que presidió su hijo y de la que Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda del primer gobierno de Felipe González, fue a pescar empresarios amigos de Boada para administrar empresas públicas –a pesar de su vinculación con el antiguo régimen de Franco–. Con este coincidió en el INI y su estrecha relación empresarial y política hizo que Boyer asistiera al entierro de Boada en agosto de 2006.

Pero la familia Boada ha gestado más empresarios. Los cinco hermanos aparecen como titulares de varias empresas. Además de Claudio Boada (hijo), otro de los hermanos ha ocupado cargos de especial relevancia: Pedro Boada, responsable de banca transaccional y miembro del equipo de dirección de JP Morgan en la península ibérica, que dejó la entidad a finales de 2017 después de 37 años en el sector.

BLACKSTONE Y SU PODER EN ESPAÑA

Blackstone es uno de los fondos de inversión más potentes en España. Sus tentáculos se han extendido en el sector hotelero e inmobiliario rápidamente. Así, su última gran adquisición ha sido Hispania, a través de la cual suma 46 hoteles, en su mayor parte ubicados en las islas y las principales zonas turísticas del país. Estos se suman a los hoteles de la filial HI Partners de Sabadell que adquirió por 630 millones.

La cartera de la socimi también cuenta con oficinas y viviendas. Y aquí es donde también tiene montado un gran imperio a través de su apuesta por las viviendas en alquiler, especialmente en Madrid y Barcelona. En la Ciudad Condal adquirió, recientemente, la sede de Planeta a Inversiones Hemisferio, patrimonial de la familia Lara, por alrededor de 210 millones de euros.

Actualmente, el grupo cuenta con tres de estas sociedades cotizadas en el país (Albirana Properties, Fidere y Corona Patrimonial) y con participaciones en hasta 16 empresas españolas además de Hispania y el edificio de Planeta. La gran mayoría con activos inmobiliarios como Ferrocarril Intermediacion y Patrimonio o Catalunyacaixa Inmobiliaria, además de la cartera de créditos hipotecarios.

Pero también cuenta con participaciones en sector de la energía a través de participaciones en Fisterra Energy, en el del juego con Cirsa y en el del transporte dentro de Metro de Málaga.

Su peso en este sector demuestra el poder del fondo que ha elegido de director de orquesta a Claudio Boada, un hombre que viene de una familia con fama de buenos gestores, y que está llamado a seguir la estela de su padre. Al menos en cuanto a lo empresarial se refiere.