jueves, 12 diciembre 2024

La realidad del MAB: sin volumen y nuevo coto privado de las socimis

El Mercado Alternativo Bursátil (MAB) inició sus operaciones en 2006 como un mercado de valores dedicado a sicavs, entidades de capital riesgo y empresas de reducida capitalización, pero en la actualidad su volumen de negociación es una gota en el océano del parqué nacional.

En concreto, el 21 de agosto se gestionaron en el Sistema de Interconexión Bursátil Español (SIBE), plataforma de contratación que conecta las cuatro bolsas españolas en tiempo real, 194.817.036 títulos. De ellos, el MAB alcanzó un volumen de 654.031 títulos, según el boletín que publica cada día el operador BME. Por tanto, el MAB tan solo supuso el 0,38 % del volumen diario total en la Bolsa española.

Normalmente las empresas del MAB solo marcan dos subastas en cada sesión bursátil, una a las 12 horas y otra a las 16 horas. “La liquidez es muy reducida y la forma en la que se marcan los precios es como las subastas de apertura y cierre del mercado continuo”, explica Sergio Ávila Luengo, Market Analyst de IG. De hecho, añade, “en esas subastas casi no se negocia dinero; a veces no hay intercambio de acciones”.

En el MAB cotizan 2.748 sicavs, una entidad de capital riesgo, trece sociedades de inversión libre (SIL), 43 Empresas en Expansión (EE) y 59 socimis. En boletín diario del BME refleja para el 21 de agosto que de todas EE registraron negociación 18, menos de la mitad, y dentro de las socimis tan solo dos. Será el verano.

El boletín diario del martes 29 de mayo (fecha elegida al azar con la esperanza de encontrar más actividad bursátil) muestra con movimiento en su intradía 20 EE y tres socimis. El montante total de las negociaciones en el MAB ese día alcanzó los 576.072,2 euros. Para comparar, Meliá registró un volumen de 568.000 euros en el Ibex 35 el pasado 21 de agosto.

Bolsas y Mercados Españoles expone en su página web que el MAB cuenta con una contratación media de 1,36 millones de euros de Empresas en Expansión en 2018, con un máximo intradía de 21,83 millones de euros.

¿Merece la pena meter dinero en compañías MAB? “Para invertir en empresas tan pequeñas y poco líquidas hay que estudiar muy a fondo el negocio y conocer su funcionamiento”, indica Sergio Ávila. “Al final es como si comprases una empresa en la que fueras a trabajar o en la que confías plenamente que pueda crecer cara a muy largo plazo”, ahonda el analista.

Fuentes internas de este mercado consideran que «el inversor del MAB tiene una mayor propensión al riesgo, pues se trata de empresas más jóvenes y pequeñas que las cotizadas en Bolsa». «Su estrategia suele estar orientada al medio/largo plazo, lo que le permite beneficiarse del crecimiento previsible de estas compañías», añaden.

Para Pedro Alonso, EAFI  y miembro del Comité Técnico de Economistas Asesores Financieros (EAF), «siendo conscientes del tipo de mercado y su funcionamiento, por supuesto que recomendaría a un particular invertir en este mercado«. Siempre y cuando se dan las dos siguientes condiciones:

1.- El cliente tuviera un perfil de riesgo adecuado para este tipo de valores (riesgo y vocación de medio y largo plazo).

2.- La empresa tuviera un atractivo proyecto de negocio, buenas expectativas a medio y largo plazo y un precio razonable.

EL MAB, NUEVO COTO PRIVADO DE SOCIMIS

Mucho ha llovido desde que el MAB recibiera la autorización en 2005 para operar del Consejo de Ministros a propuesta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En 2006 comenzaron las cotizaciones de sicavs y entidades de capital riesgo. Dos años después, la CNMV admitió en el MAB pequeñas y medianas empresas que buscaban otra vía de financiación.

Las empresas medianas y pequeñas que buscan expandirse necesitan encontrar nuevas formas de financiación. Ese acceso, según fuentes de la compañía, «lo facilita el MAB, además de aportar visibilidad y notoriedad a la compañía ante clientes, proveedores e inversores». «Estar admitida en el MAB es una oportunidad única para generar una imagen positiva en el mercado«, apuntan.

En palabras de Pedro Alonso, la incorporación en el MAB es idónea «para crecer, expandirse, internacionalizarse y ser más competitiva y eficiente, lo que le permitirá llegar a ser una mediana/gran empresa líder en su mercado, asegurándose la supervivencia futura».

En el MAB las empresas encuentran la alternativa que reduce el peso de los recursos financieros ajenos en favor de los propios. Este hecho aporta libertad a los gestores para que apliquen sus estrategias de negocio sin interferencias en la gestión diaria y sin un coste financiero que lastre los resultados de la compañía, indican fuentes oficiales.

Las Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario (SOCIMI) llegaron a España en 2009. Se trata de una adaptación de los Real State Investment Trust (REIT) estadounidenses para revitalización el mercado inmobiliario del alquiler.

De acuerdo a la Ley 11/2009 de 26 de octubre, modificada por la Ley 16/2012, las acciones de las socimis deberán “estar admitidas a negociación en un mercado regulado o en un sistema multilateral de negociación español o en el de cualquier otro Estado miembro de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo, o bien en un mercado regulado de cualquier país o territorio con el que exista efectivo intercambio de información tributaria, de forma ininterrumpida durante todo el período impositivo”.

Desde su creación, el número de estas sociedades ha ido creciendo en el MAB hasta el punto de que cada nueva incorporación en el selectivo raramente no es una socimi. El año pasado cerró con 46 socimis admitidas a negociación en este selectivo. De los siete informes favorables del MAB para la incorporación de empresas en lo que va de 2018, cinco tienen como protagonista este tipo de sociedades. En este año, 17 organizaciones han empezado a cotizar al MAB.

Las socimis que cotizan en el MAB deben tener un capital social mínimo de 5 millones de euros. Para beneficiarse del régimen fiscal especial, el tiempo mínimo de alquiler de cada uno de los activos será de tres años y al menos el 80 % de sus activos han de estar relacionados con bienes inmuebles destinados al arrendamiento. “Si una empresa sale a cotizar en el MAB es normalmente porque no cumple los requisitos del Continuo y necesita financiación en el mercado”, recuerda Sergio Ávila.


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