Desde hace algunos años un mantra recorre las empresas del sector de las telecomunicaciones, tanto entre operadores como proveedores. “España tiene más fibra óptica desplegada que varios países de la Unión Europea juntos”. Todos se han convencido de eso, pero en el viaje se han olvidado de algunas cosas, y los políticos con sus pausados tiempos más todavía. Al menos así lo perciben las empresas del sector.
El Digitales Summit 2018 se ha celebrado por primera vez en Madrid. El evento organizado por la nueva patronal de las telecos, que surge tras la escisión de Ametic, que agrupa al resto de empresas tecnológicas, ha reunido a sus asociados para repasar, entre otros temas, cómo camina la tecnología en España. Para ello, una mesa redonda con importantes empresas como Ericsson, Cisco, Accenture, HP o Huawei, entre otras.
Las conclusiones han estado muy fragmentadas. Todos coinciden en que la tecnología cambiará la sociedad y la economía; que no hay marcha a atrás en esta transformación, y que la ciudadanía saldrá ganando. Sin duda. Pero también hubo margen para la autocrítica, los recados al Gobierno y, sobre todo, la sensación de que los tiempos son distintos entre empresas y administración pública.
El más claro fue el CEO de Ericsson España, José Antonio López, que ha asegurado que “los tiempos del mundo político son antidigitales”. En este caso se mezclan cuestiones regulatorias, legislativas, de ayudas a la innovación y un largo etcétera, que deja a las compañías españolas con una cierta desventaja competitiva y, lo peor de todo, con la sensación de no llegar a tiempo.
En esa misma línea se situó la presidenta de HP España, Helena Herrero, al exigir urgencia a la hora de avanzar tecnológicamente, puesto que otros países están corriendo mucho más. Y ahí está la paradoja. España es líder en el despliegue de fibra, tiene compañías de bandera en la conectividad móvil como es el caso de Telefónica, pero en otros aspectos se avanza con demasiada lentitud.
EL TIEMPO QUE LO MIDE TODO
El más certero en la mesa de fabricantes y proveedores fue el CEO de Ericsson. Expuso las tres claves que ahora mismo deben abordar las empresas junto a los agentes sociales. Todas marcadas por el tiempo. En primer lugar se debe abordar cuánto durará la transformación digital, porque debe ser breve y concisa.
Por otro lado, López estima que todos estos cambios siempre tienen que tener en cuenta el impacto que se genera sobre la sociedad a nivel de empleo, de cambios en las familias y, en definitiva, de todo lo que afecte a las personas. Por último, dejó claro que es muy complejo conseguir talento digital si, precisamente, todo debe hacerse rápido. Pero no queda otra opción.
Por si no fuera poca la lista de observaciones, el director general de Accenture Digital, José Luis Sancho, añadió otro componente a la ecuación: la tecnología debe ofrecer un retorno económico. Y es que no se debe olvidar que el fin último de las empresas es ofrecer buenas recompensas a sus accionistas e inversores a cambio de que éstos se jueguen el dinero con las inversiones que hacen las compañías.
En este contexto de tiempos rápidos, la conclusión clara es que la administración pública es la que menos se ha adecuado a los ritmos y, parece probable, que en muchas ocasiones suponga más un lastre que una ayuda.