Almirall sale de la UCI tras su ‘tiro en el pie’

Almirall, la empresa farmacéutica radicada en Cataluña, tuvo una mala experiencia durante 2017. Su periplo americano fue todo un fiasco, y acarreó un profit warning en julio.

A punto de cumplirse un año de tan fatídica fecha para los intereses de la compañía (fue el 10 de julio), su hoja de ruta contempla nuevos retos. “Las operaciones de fusiones y adquisiciones, y adquisición de licencias, siguen siendo una prioridad. Nuestra estrategia de inversión nos permitirá identificar empresas y/o activos en Europa y en Estados Unidos que, desde el inicio, generen valor para los accionistas”, dice la enseña farmacéutica.

¿De nuevo Estados Unidos? ¿Acaso no acabaron escaldados? ¿Volverán al lugar del ‘crimen’? Si echamos la vista atrás, lo que hizo Almirall fue tropezar dos veces. Primero, con una empresa de dermatología (Aqua), y después con otra de estética (ThermiGen). “Se la jugaron a cara o cruz y les salió cruz. El riesgo era muy alto”, señala Ramón Carrasco, del departamento de Análisis de Bankinter. Y añade: “Ahora quieren sorpresas las justas. De ahí que su apuesta sean laboratorios maduros con riesgo muy limitado”.

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Evolución de la acción de Almirall desde el día del profit warning

No se trata de algo novedoso en el sector. Otras compañías como Faes Farma y Grifols ya lo vienen desarrollando. Así, la primera, por ejemplo, llegó a un acuerdo con la norteamericana Marathon Pharmaceuticals, y la segunda hizo lo propio con Boya Bio-Pharmaceutical, la empresa líder en China en la producción de medicamentos plasmáticos.

LA TRAVESÍA DEL DESIERTO DE ALMIRALL

La crítica situación por la que atravesaba el negocio dermatológico en EEUU fue el pistoletazo de salida al profit warning. A partir de entonces comenzó su particular travesía del desierto. “No supieron cuantificar dónde estaba el suelo del problema. El goteo de la acción fue bastante salvaje”, relata Ramón Carrasco.

La acción pasó, en sólo dos días, de 12,7 a 9,6 euros. “Las acciones de la compañía cayeron más de un 60% en cuatro días”, rememora Felipe López-Galvez, analista de Self Bank. A mediados de noviembre tocó suelo situándose en 7,4 euros.

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Un ‘tiro en el pie’ que tuvo sus consecuencias en la cuenta de resultados: los ingresos totales fueron de 755,8 millones de euros (un 12% inferiores a los de 2016), el ebitda se situó en 142,2 millones (-37% respecto a un año antes), y el beneficio neto fue de 27,1 millones (un 67% menos). Su consejero delegado, Peter Guenter, definió 2017 como un año “desafiante”.

Tocaba engrasar de nuevo la maquinaria. Y se dio un vuelco a los resultados del primer trimestre. El resultado neto fue de 30,9 millones de euros (+57,1 en comparación con el mismo periodo del año anterior), las ventas fueron de 189,3 millones (-0,1%), y el ebitda alcanzó los 58 millones de euros (+5,4%).

“Los resultados financieros del primer trimestre hacen pensar que está yendo por el buen camino. La compañía ha rebotado más de un 30% y está cerca de recuperar máximos anuales”, indica Felipe López-Galvez. Y Ramón Carrasco añade: “La travesía del desierto en una ‘farma’ suele durar por encima de los 12 meses y ellos la han reducido a nueve meses”.

La vuelta al negocio tradicional tras haber apagado el ‘fuego’ de Estados Unidos, y el centrarse tanto en Europa como en España, han sido claves en este resurgir. Un año de limpieza que ha calmado las aguas turbulentas vividas en 2017. “Las ventas crecerán entre un 7% y un 8%, y el ebitda entre un 15% y un 17%. Este último puede que incluso más”, pronostica el analista de Bankinter.

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La única pega es que debe reducir la deuda neta, su apalancamiento. Hablamos de 150 millones de euros, que puede menguar entre un 30% y un 40% en año y medio. En 2018 y 2019 mejorará el ebitda y el beneficio neto, para en 2020 situarse en línea con el sector farmacéutico.

La mejora en el balance, el cierre de tratos a largo plazo, y la implementación de un programa de ahorro serán los tres pilares que impulsarán su crecimiento. “Al contrario que Abengoa u OHL, compañías como Almirall, Técnicas Reunidas o Siemens Gamesa han sabido reponerse y ahora miran al futuro con optimismo”, sostiene Felipe López-Galvez.

El punto de mira de Almirall seguirá siendo crecer a base de acuerdos, adquisiciones y patentes. Pero mirados con lupa. “A tres o cuatro años no van a hacer experimentos. Se centrarán más en Europa y España. Habrá que esperarán a finales de 2019 o principios de 2020 para ver llegar a la acción a los niveles previos al profit warning”, concluye Ramón Carrasco.