Huawei no se queda exenta de la presión que Trump está ejerciendo sobre el comercio y la seguridad nacional china. La empresa de tecnología ha afirmado que la propuesta que existía para prohibir la venta de sus equipos a determinados proveedores de servicios móviles en Estados Unidos no es legal. Por lo tanto, rechazan las afirmaciones que hablaban sobre el riesgo que asume la empresa con el mandato de Trump.
La presencia de Huawei “ha sido restringida artificialmente por acusaciones infundadas y sospechas basadas únicamente en percepciones erróneas” sobre su relación con el gobierno chino, así lo comentó la empresa tecnológica en un informe ante la Comisión Federal de Comunicaciones.
Ha sido el presidente Ajit Pai, designado por el presidente Donald Trump, quien ha propuesto la prohibición de usar un subsidio federal a las compañías de telecomunicaciones para la compra de equipos procedentes de Huawei y ZTE, ya que se las considera un riesgo para la seguridad nacional.
A pesar de esto, Huawei es el principal proveedor de equipos de telecomunicaciones de China y el tercer fabricante mundial de smartphones. El miércoles, la compañía dio un paso inusual cuando publicó las actas en las que se hablaba de una relación simbiótica entre las dos potencias mundiales y la dependencia de China hacia la tecnología estadounidense. Es más, Huawei comprará unos 50 millones de chips de Qualcomm este mismo año, según han dicho las fuentes.
“La dependencia comercial entre Estados Unidos y China es mutua y extensa, no preveo fuertes conflictos”, dijo Ren en la red social WeChat. “La tecnología de las comunicaciones estadounidenses alcanzó su punto máximo en la década de 1960, cuando éramos meros estudiantes universitarios”, añadió.
Ha sido el rápido ascenso de Huawei y las demás compañías chinas en la última década ha suscitado el nerviosismo en Estados Unidos. Es más, el lunes otra de las agencias federales solicitó a la FCC que impidiera que China Mobile ingresara al mercado estadounidense con la excusa de que se debía a motivos de seguridad nacional. Así, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China advierte a Estados unidos de que “debería detener la especulación infundada y la represión intencional contra las compañías chinas”.
Pero la primera potencia no tiene intención de parar esto, Estados Unidos establecerá aranceles sobre 34 mil millones de dólares de bienes chinos, pero China no se quedará quieta y advierte que tomará represalias. Pero parece que china lo tiene complicado porque Trump amenaza con aranceles adicionales sobre 200 mil millones de dólares en importaciones chinas que se implementarían en el caso de que China impusiese contramedidas. Esto tiene poca solución, ya que las conversaciones entre EE.UU y China se han estancado.
Huawei le confirmó a la FCC que es una empresa privada e independiente, por lo que permitir que Huawei compita libremente podría generar ahorros. Mientras, las restricciones “resultarán en ganancias excesivas para un puñado de otros proveedores de equipos en este mercado altamente concentrado”.
Esto dejaría a Estados unidos en la retaguardia concentrando el daño en áreas remotas y pobres. “Estados Unidos no puede permitirse convertirse en el único país del mundo que carece de acceso a las mejores tecnologías de comunicación”, dijo Huawei.
El conflicto aumenta cuando la CTIA (grupo comercial en el que los miembros son proveedores de servicios móviles de los EE.UU., AT&T y Verizon) no se posiciona ni a favor ni en contra de lo que está sucediendo. Lo único a lo que hizo referencia es a las acciones que tiene que llevar a cabo la FCC, dijo que debe proceder con cautela y consultar con el Departamento de Seguridad Nacional antes de actuar.
Pero esta actuación de la FCC podría tener un “efecto inadvertido” en el que se inhibiría la inversión en equipos seguros, ya que se está creando una incertidumbre sobre qué proveedores pueden ser utilizados, comentó CTIA.
En este enfrentamiento en el que hay empresas a favor y en contra, parece haber un claro ganador. Y es que, la FCC ya hizo una primera votación en la que la mayoría votó a favor del avance de la restricción. Aún falta una segunda votación que no ha sido programada.
Todd Shields para Bloomberg