Los campamentos de verano a ‘cara de perro’ por la dura competencia

Urbanos o rurales. Deportivos, tecnológicos, familiares, de idiomas o hípicos. Sin olvidar los de cocina, para adultos, multiaventura, de fútbol o musicales. La oferta de los campamentos de verano es de lo más variopinta. Y cada año surgen nuevas opciones que no hacen sino echar más ‘leña al fuego’.

Cada año cuesta más llenar porque cada día que pasa aumenta la competencia”, señala José Manuel Gómez, gerente de Aventurocio. “Cuesta sacar todo adelante un poco más porque cada vez somos más para repartir la tarta”, añade Silvia San José, gerente de La Brújula Campamentos.

La demanda por contratar este tipo de servicio se mantiene estable, a pesar de la crisis vivida, e incluso sube

A pesar de que España no destaca por sus altos índices de natalidad, lo cierto es que la demanda por contratar este tipo de servicio se mantiene estable, e incluso sube. “Crecemos cada año, no mucho, pero crecemos a pesar de la mayor competencia”, indica Andrés Mellado, director de NHorte. “Vivimos un cierto repunte”, agrega Silvia San José.

CAMPAMENTOS DE VERANO ‘ON FIRE’

Los campamentos de verano son todo un salvavidas para los padres. “Es un servicio inclusivo que los papás intentan no quitarse, muchas veces llevados por la necesidad”, matiza Silvia San José. Cierto que otros recurren a la socorrida ayuda de los abuelos. Pero quienes no tienen esa opción, o prefieren no echar sobre los hombros de los abuelos dicha ‘carga’, u optan por esta oferta como primera opción y que, en muchas ocasiones, mezcla formación y ocio, a la par que fomentar el compañerismo.

Uno de los últimos en aterrizar en este particular campo, impulsado por el boom del programa de televisión, es el Campamento de Verano MasterChef. Su día a día incluye deporte, competiciones, diversión y, por supuesto, cocina. ¿Su precio? 835 euros por una semana bajo el régimen de todo incluido (por decirlo así). «Es carísimo gracias a Dios», se congratula Silvia San José.

En otras ocasiones son los famosos los que sirven de gancho para atraer a los chavales. Es el caso del Campamento de Fútbol Vicente del Bosque, nacido al amparo del éxito del ex seleccionador nacional en el mundial de Sudáfrica en el que España consiguió por vez primera ser campeona del mundo. En su caso, el precio es de 200 euros en Madrid (la primera semana; si se añaden más, la cantidad es de 150 euros), pero en horario de 9 a 14 horas.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»68706″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

Pero hay muchas opciones más, algunas poco legales. “Hay mucho freelance que te quita volumen de negocio a través del precio”, se lamenta la gerente de La Brújula Campamentos. ¿Cómo funcionan? Normalmente son un pequeño grupo de amigos, que se publicitan a través de una página web, y cuyo periodo de vida suele estar entre dos y tres años.

“No cuentan con infraestructura sino que suelen organizar sus actividades en urbanizaciones. Ellos mismos venden y trabajan el producto con unos costes ínfimos frente a los que nosotros soportamos”, se lamenta Silvia San José. Y critica: “Se dan casos en los que el cliente no les pide documentación por lo que se ahorran el seguro médico o el de accidentes y responsabilidad civil. Eso nos hace mucho daño”.

José Manuel Gómez, por su parte, se congratula de que el índice de repetición en sus instalaciones es alto, pero se muestra indignado con la Junta de Andalucía: “Tiene campamentos subvencionados en sus propios albergues”.

También están los organizados por ayuntamientos, más baratos, y bonificados. En este caso, suelen ‘cojear’ porque son plazas limitadas y se lleva a cabo un sorteo para elegir a los participantes en los mismos.

¿Más madera? Un número importante de colegios organizan sus propios campamentos de verano, a veces por la dirección, a veces por el AMPA. Entre sus señas de identidad, son más económicos, y los horarios son más flexibles. Por ejemplo, todo el mes de julio, desde 260 euros, es lo que cuesta el Summer Camp del colegio Rías Altas de A Coruña. “Los campamentos de verano seguirán subiendo. Mejor que haya de todo y para todos”, concluye Silvia San José.