Por qué Pablo

Feijoo dejó una sombra de orfandad en el PP cuando anunció que no se presentaba a la presidencia del PP. El incuestionable se lo cuestionó hasta la negativa. Y aparecieron todos los demás. Solo uno lo anunció horas antes de conocer la noticia del luto partidario.

Tengo una enorme ventaja sobre los columnistas habituales a la hora de hablar acerca de las primarias del Partido Popular, conozco personalmente de cerca a los tres que tienen más posibilidades de pasar el corte y desde antes de que cualquiera de los tres fuera muy famoso como lo son ahora por méritos propios.

Si alguien piensa que va a encontrar en este humilde texto alguna crítica negativa o destacamento de alguna miseria de ninguno de los siete, que abandone su lectura porque no pienso hablar mal de ninguno de mis compañeros. El PP, a diferencia de todos los otros partidos, tiene huestes de gentes acreditadas para defender la posición del partido desde la más alta de las posiciones. Estoy seguro que todos los que se presentan son importantes y capaces.

Sé que Margallo es una persona de experiencia contrastada, con el respeto de las cancillerías europeas y de todo el mundo. En el Ministerio de Asuntos Exteriores dejó un gran recuerdo, lo que es extraordinario teniendo en cuenta lo poco que aprecian los diplomáticos a quienes no son de su carrera. Joserra, que sí es diplomático, es un católico de conciencia transparente y conservadurismo compasivo conocido y reconocido. Los dos valencianos son desconocidos para mí, pero estoy seguro de su valía. Los cuatro tienen mi respeto y mi simpatía.

Yo quiero hablar de los que conozco mejor, de los tres que según todo el mundo y los medios, que son otro mundo, tienen posibilidades de llegar a la segunda ronda.

A Soraya Saenz de Santamaría la conozco desde que era asesora de Rajoy en los muchos ministerios que encabezó. Frecuentaba los seminarios de FAES, la FAES de aquella época, y me di cuenta que los valores básicos de cualquier político los poseía de manera clara. Inteligente, trabajadora y organizada. Después ha sido una parlamentaria eficaz. Disfruta de grandes cualidades. Su posición de centro izquierda no es ni buena ni mala en sí misma, no es la del afiliado medio. Su cercanía a la socialdemocracia es lo que le puede dificultar la consecución de los votos necesarios. Su participación en la preeminencia de La Sexta y su gestión del conflicto catalán tampoco han sido comprendidas en el seno del PP. El enfrentamiento que mantiene con Cospedal sí que es malo en sí mismo. Su triunfo muchos lo ven como el desplazamiento absoluto de sus contrincantes y esa hemorragia no nos la podemos permitir.

María Dolores de Cospedal fue una extraordinaria consejera de la Comunidad de Madrid. Tiene una biografía política más variada que ninguno de los demás. Es inteligente, sólida, ejecutiva, trabajadora hasta la extenuación, noble, amiga de sus amigos…Y guapa, aunque sea políticamente incorrecto quiero decirlo, es guapísima, lo que los castizos dicen una mujer de bandera. Ha defendido al PP con uñas, dientes y lo que hiciera falta. En mil batallas ha obtenido mil cicatrices. Y ese es su problema. Muchos afiliados creen que esas cicatrices merecen mil medallas, pero hacen muy complicado posibilitar que sea un cartel electoral en unas generales.

En esto y para sorpresa de muchos se presentó Pablo. Se presentó incluso antes del desanuncio de Feijoo. Pablo Casado es el candidato perfecto. El mirlo blanco. Lo conocí cuando dirigía una revista en el distrito de Moncloa allá por el 2002. Me pareció espabilado, atento, rápido y hablaba con una propiedad muy superior a la de su jovencísima edad. Luego le observé en sus diferentes destinos y en cada uno de ellos crecía sin parar.

PABLO CASADO

En las teles en el pasado más reciente ha hecho un buen papel en momentos y situaciones nada fáciles. Y es de otra generación más joven que demanda con justicia la primera línea. Para desgracia de la mía a la que llamaré generación sándwich: más jóvenes que la de Rajoy pero mayores que la de Pablo. Dentro del centroderecha está Pablo en el mismo centroderecha, lo que le conecta con la mayoría de los militantes. Y sabe escuchar, rarísimo en política y no habla mal de nadie, más raro aún. Y tiene las ideas claras explicándolas sin ofender. Tiene algo ‘kennedyano’, tiene carisma.

Muchos amigos socialistas me han confesado que tienen miedo a que gane, para ellos es el candidato más difícil de batir. Quieren decir en realidad que se comería a Pedro Sánchez. Pablo es la estela que anuncia el mejor futuro. Para el PP y para España.