Altos cargos de la Unión Europea han hablado informalmente de la posibilidad de que el Reino Unido deba continuar en el bloque pasado el plazo de marzo de 2019, esto sucedería en el caso de que las negociaciones para el Brexit no avancen durante el verano.
Con temas por resolver para poder mantener una frontera invisible en Irlanda y los escasos avances en la definición de las bases para un acuerdo comercial y los funcionarios en Bruselas que han consultado privadamente si las negociaciones podrán concluirse a tiempo, según han dicho las fuentes. El acuerdo es necesario para poder otorgar a Reino Unido el período de transición de 21 meses.
La extensión del plazo para el Brexit, que el Artículo 50 del Tratado de la UE fija en dos años después de la solicitud formal para dejar el bloque, debe ser solicitada por el Reino Unido y aprobada unánimemente por los otros 27 gobiernos de la UE. Si bien los funcionarios reconocen que es poco probable que se recurra a una extensión, no creen que el resto del bloque se opusiera, si ésta es por un período limitado, por ejemplo, dos meses, señalaron las fuentes
PERIODO DE NEGOCIACIÓN
Una extensión del período de negociación ayudaría a la causa de los parlamentarios británicos que quieren retener los lazos más estrechos posibles con la UE. La primera ministra británica, Theresa May, podría decidir pedir una extensión, en lugar de arriesgar la posibilidad de que no se llegue a un acuerdo.
Cualquier postergación sería algo significativo, pues May ha puesto en juego su capital político con la promesa de que el país dejará el bloque europeo el 29 de marzo de 2019. La política británica ha vivido jornadas dramáticas esta semana, alimentando la idea de que las negociaciones requieren más tiempo.
La disfunción en Westminster continúa. El Gobierno de May enfrentará nuevamente a los parlamentarios proeuropeos de su Partido Conservador la próxima semana, tras el quiebre de las negociaciones para un acuerdo, y con casi ninguna confianza entre las facciones rivales.
Los negociadores de la UE y Reino Unido en Bruselas están tratando de definir el tratado de separación y un diseño para la futura relación entre ambas partes en temas como comercio, servicios financieros y cooperación en seguridad. Su objetivo es concluir el acuerdo en octubre, para que los parlamentarios británicos y europeos tengan tiempo de analizar el documento y ratificar el acuerdo.
FUERA DE CALENDARIO
Entre las preocupaciones del lado de la UE es que no haya un acuerdo que discutir cuando sus líderes se reúnan el 18 y 19 de octubre.
Incluso si las negociaciones no derivan en la necesidad de ampliar el plazo, los responsables europeos ven una creciente posibilidad de que no se concluya el acuerdo hasta diciembre, señaló una cuarta persona consultada.
Ian Wishart y Dara Doyle para Bloomberg