Mars apuesta por las golosinas saludables para aumentar sus ganancias

Mars, fabricante de las barras de chocolate del mismo nombre y del chicle Wrigley’s, invertirá 1.000 millones de dólares en sostenibilidad con una estrategia para hacer que las prácticas más ecológicas aumenten las ganancias.

“El proyecto tiene una justificación muy concreta”, declaró en entrevista telefónica Barry Parkin, director de compras y sostenibilidad de Mars. “Vamos a obtener un rédito que multiplicará varias veces esos 1.000 millones de dólares”.

La empresa de capital cerrado perteneciente a la familia fundadora Mars que generó ingresos de 35.000 millones de dólares en 2016. Tiene unos 85.000 empleados y elabora mucho más que golosinas. Sus cinco empresas abarcan productos alimenticios como el arroz Uncle Ben’s, bebidas, productos para el cuidado de las mascotas, así como una división que investiga los nutrientes del cacao conocidos como flavonoles.

El acuerdo climático de París firmado en 2015 por los representantes de casi 200 países envió a la economía la señal de que la descarbonización está ascendiendo en la agenda política. Industrias que van desde el petróleo a las finanzas están comenzando a evaluar los riesgos de no actuar en materia ambiental. La iniciativa de Mars es un ejemplo de la respuesta de las grandes empresas a la presión.

Parkin asignará aproximadamente un tercio de los fondos a hacer que las instalaciones de la compañía sean usuarios más eficientes de energía y agua. Otro tercio del dinero se destinará a simplificar las cadenas de suministro, haciendo un esfuerzo para comprar directamente a los agricultores. El resto se usará para reformular sus recetas sin ingredientes artificiales.

“Ha llegado el fin de la era de los productos primarios que son iguales en todas partes, lo que significaba que se podía comprar teniendo en cuenta sólo el precio, sin preguntar ni saber de dónde provenían”, explicó. “Eso ya no es aceptable”, añadió.

Mars está trabajando para reducir la exposición a los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza, conocidos como ESG por su sigla en inglés, porque es casi imposible rastrear con exactitud de dónde proceden las enormes cantidades de materias primas que usa, según Parkin. La compañía compra el 0,2% del aceite de palma del mundo y se abastece en miles de molinos aceiteros.

“No se puede tener un programa de contralor normativo que garantice que no haya problemas cuando se tiene ese nivel de complejidad”, señaló Parkin. “La deforestación probablemente sea el mayor problema ambiental y, en el aspecto social, es el trabajo forzado y la pobreza extrema. Esos son los desafíos de abastecerse en el mundo en vías de desarrollo”, añadió.

Mars financia programas para contribuir a aumentar el rendimiento en cientos de miles de establecimientos rurales que producen de todo, desde cacao hasta vainilla, y firma acuerdos de abastecimiento a largo plazo. La empresa se ha fijado como objetivo reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero de sus instalaciones para 2040, habiéndolas recortado un 30% hasta la fecha. El próximo paso es reducir la contaminación en toda su cadena de suministro.

Anna Hirtenstein para Bloomberg