Una de las principales diferencias que existen entre una moneda convencional y una critpomoneda es la minería, debido a que una transferencia bancaria con una moneda corriente se confirma a través de un banco; pero una transferencia en criptomonedas, como Bitcoin, Ripple o Ethereum, se confirma a través de los mineros, que a su vez estos consiguen una compensación económica por cada transferencia confirmada.
Actualmente están surgiendo muchos tipos de negocios enfocados exclusivamente en la minería de criptomonedas, como es el caso de Bitman, una central de minado con sede en Beijing. No es casualidad encontrarse en China el mayor número de centrales de minado, según una investigación de la Universidad de Cambridge elaborada por Garrick Hileman y Michel Rauchs; China, Rusia, Islandia, Canadá y Suiza son los principales países donde es más rentable minar criptomonedas porque son zonas con climas fríos que evitan que se recalienten, con más facilidad, las computadoras y además porque la energía es mucho más económica.
Pero qué sucedería si las empresas energéticas comenzasen a minar criptomonedas, utilizando así su propia producción y evitando el coste energético que supondría contratar electricidad externa, como sucede con los centros de minado.
Tomás García-Merás experto en criptografía asegura que en España, al igual que en el resto de los países la Unión Europea, las compañías eléctricas se mueven en un mercado fuertemente regulado, que hace muy difícil ver una entrada directa en el negocio de la minería. No obstante, piensa que cuando las criptomonedas alcancen cierta seguridad jurídica (que ahora carecen por falta de legislación) es probable que se lleguen a ver movimientos, como acuerdos singulares de suministro con centros de minado masivo, colaboraciones o participaciones en empresas de minado u otras opciones que ahora mismo no son imaginables.
Uno de los principales defectos del mercado de las criptodivisas es la volatilidad de su producto, además, habría que sumar las variaciones constantes que sufre el precio de la energía, por lo que el experto en criptografía, sostiene que “en un futuro, los centros de minería es probable que decidan en tiempo real qué moneda minar basándose en su cotización y el precio de la energía (si contasen con varias fuentes energéticas)”. Sostiene García-Merás.
El sistema de criptomonedas podría verse en jaque debido a que una de las principales razones por las que se decide utilizar este tipo de moneda es porque no están gestionadas por ninguna entidad central, si no que la gestión de éstas está descentralizada entre todos los usuarios, que son los que determina el valor de cada criptodivisa. Por lo tanto, al introducirse las empresas energéticas en el sector del minado de criptomonedas, teniendo la ventaja del reducido coste energético, llegarían a determinar el valor de cada criptomoneda, porque podrían llegar a concentrar más del 51% de computación de una criptomoneda pudiendo determinar así la valor de ésta.
El experto en criptografía cree que va a ser más fácil ver posibles colaboraciones que rivalidades en este campo. Sobre todo, «en entornos menos restrictivos en cuanto a regulación seguro veremos empresas como Bitmain asociándose con grandes centros de generación para tener acceso exclusivo a la electricidad (o al menos en unas condiciones preferentes).» asegura García-Merás y añade que la mejora en eficiencia y disponibilidad de las renovables (eólica, solar, geotérmica, etc.) «puede hacer que la autogeneración por parte de los centros de minado compita directamente en rentabilidad con otros medios de producción, como el nuclear o los ciclos combinados (que por ser contaminantes, es probable que cada vez tengan más impuestos y trabas para su funcionamiento).» sostiene el experto en materia criptográfica.