jueves, 12 diciembre 2024

Soros cree que se está gestando una nueva crisis financiera en la Unión Europea

La apreciación del dólar y la huida del capital de los mercados emergentes podrían derivar en otra crisis financiera «importante», así lo ha dicho el inversor George Soros, quien advirtió que la Unión Europea se enfrenta a una amenaza existencial inminente.

La cancelación del acuerdo nuclear con Irán y la «destrucción» de la alianza transatlántica entre la UE y Estados Unidos inevitablemente tendrán «un efecto negativo en la economía europea y causarán otras dislocaciones». Uno de los efectos más peligrosos será una devaluación de las monedas de los mercados emergentes, dijo Soros en un discurso. «Es posible que nos encaminemos a otra gran crisis financiera», añadió.

La dura advertencia del gestor de carteras multimillonario llega en un contexto de rendimientos de bonos italianos en máximos de varios años y las dificultades de las principales economías emergentes, como Turquía y Argentina, por contener las consecuencias de una inflación galopante. Soros, quien ha sido objeto de indignación por parte del Gobierno de su Hungría natal, guardó su pronóstico más sombrío para la UE.

«Todo lo que podía salir mal ha ido mal», dijo, citando la crisis de refugiados y las políticas de austeridad que catapultaron a los populistas al poder, así como la «desintegración territorial» ejemplificada por el Brexit. «Ya no es una forma de hablar decir que Europa está en peligro existencial; es la dura realidad», dijo.

El remedio propuesto por Soros para algunos de los males a los que se enfrenta Europa es un Plan Marshall para África financiado por la UE, por valor de unos 30.000 millones de euros al año, lo que aliviaría las presiones migratorias en el continente. También propuso una transformación radical de la UE, incluido el abandono de la cláusula que obliga a sus estados miembros a unirse a la moneda única.

«El euro tiene muchos problemas no resueltos y no se le debería permitir que destruya la Unión Europea», dijo.

Nikos Chrysoloras y Helene Fouquet para Bloomberg


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