España es cuna de algunos de los mejores diseñadores del mundo. Entre ellos se encuentra el sevillano Petro Valverde, conocido por vestir a la infanta Elena el día de su boda y por poseer una cartera de clientas de lo más glamurosa.
Desde Paloma San Basilio, Tessa de Baviera, Marisa de Borbón hasta la mismísima Rania de Jordania han sido vestidas por el modisto sevillano. Con la Casa Real española, en especial con la infanta Elena, tuvo un idílico romance que duró diez años hasta que el duque de Lugo decidió encargarse de los estilismos de su mujer.
Petro Valverde se niega a que le llamen diseñador, él prefiere el calificativo de modisto, sin más artífices. Su historia comienza en el seno de una familia muy humilde, donde no existía ninguna tradición o admiración por la costura. Pero Valverde lo sintió muy a dentro desde pequeño: a sus 14 años le dijo a sus padres que quería ser modisto. Y tras un largo camino lleno de prejuicios e insidias, en una Sevilla sin tradición alguna por la Alta Costura, Valverde decidió probar suerte en Madrid.
Tras su marcha a la capital – casi sin dinero y con escasos apoyos- consigue alojarse en una pensión, y poco después comienza a trabajar para el modisto Pedro del Hierro. Con el paso de los años se va consolidando como diseñador, y entabla amistad con el maestro Elio Berhanyer, otro gran referente de la moda española. Pero, el culmen de su trabajo, fue la elección por parte de la hija mayor de los reyes de España para la confección de su traje de novia allá por el año 1995.
Un trabajo que le catapultó a la fama y por el cual fue reconocido en el mundo entero. Valverde trazó los tejidos de la primera boda real tras una ausencia de cien años, convirtiéndose en el modisto más buscado por sus impecables cortes e inmejorables terminaciones. Durante esta época, una sociedad culta y avanzada, disfrutaba de los sentidos, dignificando y valorando los distintos oficios que intervenían en la confección de los trajes.
El diseñador, que lleva cuarenta años vistiendo con elegancia a algunos de los personajes más importantes de España, Europa e Iberoamérica, defiende las formas clásicas de este arte: “Mis formas de vestir no tienen nada de frivolidad… Hoy todo ha cambiado mucho y de prisa, ya no se valoran determinados aspectos de este trabajo tan preciso como antes se hacía”.
Sencillo, horado, sofisticado, apasionado por la moda, trabajador incansable… son algunos calificativos para definir a este gran diseñador español. Valverde dejó de lado su vida familiar y eligió la moda como compañera de vida. Trabajó hasta conseguir la técnica más avanzada y aprendió de los mejores.
Pero, aunque Petro Valverde abandonara su ciudad natal muy pronto, Sevilla nunca dejó de estar en su corazón: creó un perfume recreando el olor a azahar y limón de la ciudad andaluza. Asimismo, uno de sus más grandes proyectos y el primero de todos fue, la Escuela Superior de Moda y Empresa (ESME), que hoy se ha convertido en uno de los centros académicos de moda de la capital que más estudiantes de moda alberga.
Petro Valverde, un hombre leal a su religión, a su tierra, a su vocación, a su cargo, a su hogar y a sus amigos. Un diseñador –un modista, perdón- hermano de la verdad que tanto necesitan encontrar las figuras históricas.