jueves, 12 diciembre 2024

No es primavera en El Corte Inglés

Pese a que la gran crisis económica de El Corte Inglés tuvo su epicentro en el último lustro, hoy estamos en el centro de la gran crisis reputacional y accionarial.

Del problema accionarial de El Corte Inglés se ha hablado mucho. Yo mismo lo hice comparando la desmedida ambición de las hermanas Álvarez Guil con la mítica Angela Channing en Falcon Crest.

Cuando una empresa como esta afronta problemas accionariales todo se pone en entredicho: desde el organigrama, hasta la financiación. Todo cae como un dominó en el que una ficha tira a la siguiente. Mientras el viento soplaba de cara todo podía funcionar como la empresa quería. Los 8 días de oro podían durar 15, la semana fantástica 10 días y la primavera llegaba con un mes y medio de antelación. Esos tiempos se han ido.

El Corte Inglés es la aristocracia de la empresa española. Raramente cuestionado, ha construido una imagen de solvencia rotunda, hasta la última década en la que empezaron las dudas. De hecho, como suelen recordar sus responsables, la empresa ha sido tan solvente que ha ayudado en muchas ocasiones a otros sectores. Por ejemplo, a los medios de comunicación. Los grandes almacenes han sido el gran anunciante del país incluso en momentos en los que otros anunciantes replegaban velas y reducían su gasto en publicidad como consecuencia de la crisis.

Pero hoy, afrontan con perplejidad la primera crisis global de la marca. Y la sensación de confusión reinante sólo se entiende por quién, hasta hace poco, se consideraba intocable. Me recuerda al episodio de Juan Carlos I con el elefante de Botsuana. Lo noticiable no era ya el hecho en sí mismo, sino la cara de perplejidad del sujeto, confuso, al descubrir que ya no es intocable. El mundo había cambiado. Pues eso es lo que está sucediendo ahora. Para la opinión pública y los medios, cada uno con su posicionamiento, se ha abierto la veda. El Corte Inglés ya no es intocable. Se puede hablar de todo, y hay mucho de lo que hablar.

En las últimas semanas han corrido por los mentideros madrileños diversos rumores. Incluidos los que hablaban de sustituciones en el seno de El Corte Inglés como consecuencia de esa pérdida de teórica inmunidad. Ciertos o no, -ya saben eso de que cuando el río suena…- la realidad es que en la empresa de Hermosilla intenta capear el temporal mediático como puede. Y eso no es sencillo.

 

UNA VEZ ESTALLADA LA CRISIS DE COMUNICACIÓN

Y una vez que esto ha explotado y es vox populi, se ha abierto la veda. ¿Qué va a ocurrir? Es difícil predecirlo, pero en las próximas semanas irá a más. Y ya no estará en manos del equipo de comunicación de El Corte Inglés pararlo. Me cuentan que se ha intentado la vieja táctica del palo y la zanahoria. A algunos medios de comunicación se les ha “castigado al rincón de pensar”. Es decir, se les ha dejado sin toda o parte de la publicidad que la empresa tenía comprometida con ellos. Al menos hay dos casos, un gran grupo de medios y una cadena de radio. Eso es un mensaje claro para que suavicen sus posturas y se alineen editorialmente con las tesis de la empresa. Cuando todo ha saltado por los aires veremos si son capaces de reconducirlo.

Sea como fuere El Corte Inglés ha perdido su flor, y con ella su coraza. Tras décadas y décadas, ya no llega primavera cuando a sus responsables les viene en gana. Las tornas han cambiado, y no descarten que, de aquí a la Junta General de Accionistas, en el mes de agosto, los acontecimientos se precipiten de tal manera, que podamos sentir frío. Lejos parece quedar la primavera, la sensación es que ya llega el invierno a El Corte Inglés.

Como dirían en Juego de Tronos; Winter is Coming

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