En el mundo de las apuestas de Codere no hay una semana tranquila. A lo largo de 2017 se intensificó la pelea por hacerse con el poder en la compañía. A primeros de 2018, el derrocamiento se hizo efectivo y los fundadores dejaron su puesto en la dirección. Ahora, que el tema ‘guerra por el poder’ está en ‘stand by’ -tras veredicto judicial- la crisis en Argentina ocupa la preocupación de la compañía.
Pese a que parece algo lejano, el colapso argentino afecta y mucho a Codere. El país latinoamericano representa cerca de un 40% del total de ingresos del grupo, que tendrá que lidiar con una fuerte depreciación del peso en el momento ‘estelar’ deportivo del año. Con la final de Champions en apenas unos días, con la NBA en modo finales y con el Mundial a la vuelta de la esquina.
El gran evento del año, la final de Champions League –que ya ha superado a la Superbowl–, llega con el peso argentino en plena depreciación. A falta de ver la evolución de ingresos en los próximos meses los visos no son buenos. En el primer trimestre, una depreciación del peso argentino del 10,6% tumbó casi un 20% sus ingresos en euros. En lo que va de trimestre, el peso se ha depreciado respecto al euro un 15,63%, casi un 50% más que en el primer trimestre. Si se compara respecto a un año atrás, la caída es vertiginosa y supera el 55%.
Además, la delicada situación de Argentina, que ha pedido rescate oficial al FMI, significa que el peso puede depreciarse todavía más. De hecho, es uno de los requisitos macro de cualquier manual, la de devaluar moneda, con la contracción que conlleva en la economía, para importar menos y exportar más. El resultado son unos meses convulsos en el principal centro de ingresos para Codere.
Se “puede llegar a apostar hasta 10 veces las cantidades de un partido de liga del Real Madrid”
“Una final de Champions, con el Real Madrid por medio –del que Codere es patrocinador– puede duplicar el volumen del segundo partido más apostado del año”, explican desde Codere. Curiosamente, el partido hasta la fecha que más dinero ha atraído a la firma fue la vuelta de semifinales de la máxima competición continental que enfrentó al Real Madrid y al Bayern de Munich. Incluso, “puede llegar a apostar hasta 10 veces las cantidades de un partido de liga del Real Madrid”, apuntillan desde la compañía.
Con ello, y que el peso de las apuestas deportivas en Codere Argentina son residuales frente a Europa, la firma intentará arreglar en los posible un año complejo. En realidad, es un año más en la vida de Codere en los que ha habido muy pocos normales o sin sobresaltos.
CAMBIO EN EL MODELO DE NEGOCIO DE CODERE
La toma de posesión de los fondos de inversión, Silver Point, Abrams y Contrarian obedece a dos razones. La primera y más obvia tiene que ver con la propia naturaleza de los fondos, denominado especulativos o más conocidos ya como buitres: reestructurar la empresa, elevar su valor y vender. Se podría decir que es ‘la gestión del pelotazo’. La segunda razón, es que la firma quizás necesita un cambio real en su negocio. La razón: la firma parece que siempre se queda atrás en el sector.
El principal problema de lo anterior es que su inversión en desarrollar el negocio está limitado por los problemas financieros que arrastra. Además, Codere siempre parece ser el último de la clase, por ello los fondos forzaron meses atrás para tomar el timón de la compañía. Por ejemplo, mientras casas de apuestas como Bet365, Bwin o William Hill contaban con un desarrollo tecnológico importante en España en 2014, Codere apenas tenía montada una ‘web App’. Tardó al menos dos años, en septiembre de 2016 terminó por sacar su App. El problema no es esporádico, sino que refleja una falta de inversión por sus problemas financieros.
‘DE AQUELLOS POLVOS VIENEN ESTOS LODOS’
¿Cuál era el verdadero problema? Que Codere está en pleno proceso de reducción de deuda. De hecho, mientras en 2014 sus competidores se afanaban por desarrollar nuevos negocios, muy enfocados en el online, Codere estaba sumida en una reestructuración de deuda.
La historia de Codere, cómo la de otras tantas compañías españolas, es un recorrido de ascenso, éxtasis y muerte por ahogamiento financiero. En este último caso, muerte con reanimación asistida que ha terminado con la compañía en manos de aquellos que le practicaron la respiración asistida.
Hace exactamente 19 años, Codere se congratulaba por conseguir un crédito sindicado de hasta 45 millones. Era el año 1999, España empezaba a coger carrerilla y nadie se lo quería perder. Cuatro años después, suscribe un crédito de 135 millones, esto es tres veces más que años atrás. Las bondades que trajo el euro. Un año después hasta 335 millones de euros en emisiones de bonos. En apenas un lustro, había sido capaz de multiplicar casi por nueve su demanda de deuda.
Las bondades del euro, tras 2007 pasó las facturas, ayudó en gran medida a empresas como Codere con grandes ambiciones. El dinero llegaba a raudales, España estaba en plena ebullición por lo que era un gran momento para lanzarse y el mercado latinoamericano llamaba mucho la atención. El Grupo Royal en Argentina, Openbingo, el 49% de ICELA en México que años más tarde terminaría por adquirir, licencias, Maxibingo, más licencias, apertura de un Casino, apertura de más casinos, la apertura de un Hotel Casino en Montevideo, y licencias desde Navarra a Madrid a Italia o Colombia.
En 2012, en un último intento emite 300 millones de euros en bonos algunos de ellos con un interés del 9%. Una barbaridad que explotó a principios de 2014, cuando la firma fue incapaz de retribuir 127 millones en bonos que cumplían y entró en preconcurso de acreedores.
Al rescate llegan varios fondos de inversión especulativos, los ya conocidos como fondos buitre. La solución fue que los bonistas adquirieran un 60% del capital de la compañía a cambio de una rebaja de 760 millones de euros. El final de la historia es que los fundadores han perdido hasta la compañía. En los próximos meses, bajo la dirección de los fondos, se verá si la empresa mejora respecto de años anteriores. Por el momento, el colapso argentino añade dramatismo al asunto.