La base imponible y el IVA: ¿qué es lo que necesitas saber de cada uno?

La base imponible y el impuesto al valor agregado son dos conceptos que forman parte de nuestro día a día, casi de manera imperceptible, ya que están presentes en operaciones básicas que realizamos automáticamente y una y otra vez. Aún así, es probable que muchos de nosotros no sepamos con exactitud qué significa cada uno de estos términos.

No te preocupes: a pesar de que son conceptos que pueden sonarte muy lejanos si no estás relacionado con el mundo tributario, en este artículo te presentamos la información básica que debes conocer para entender qué es cada uno de ellos, cuál es su utilidad, y cómo calcularlo.

Te aseguramos que no faltará una ocasión en tu día a día en la que estos conocimientos sencillos puedan resultarte útiles.

El Impuesto al Valor Agregado (IVA)

El Impuesto al Valor Agregado, o IVA, es un tipo de tributo o carga fiscal de orden nacional que se aplica a los consumidores de los productos finales en el momento en el que hacen la compra de un producto o servicio en un establecimiento comercial, por lo cual el valor de este impuesto es añadido al precio de los productos finales. Por esto se dice que este es un impuesto al consumo.

Debido a que el consumidor paga este impuesto en los comercios en los que realiza su compra, y no directamente ante el ente tributario, como es el caso de otros tipos de tributos como el Impuesto sobre la Renta (ISLR), se dice que el IVA es un impuesto indirecto.

Al pagar nuestro Impuesto al Valor Agregado en un local comercial, por ejemplo, este impuesto pasa a manos de un tercero que funge como un intermediario que posteriormente lo hace llegar al gobierno.

Este impuesto es aplicado en un gran número de países y cada uno de ellos tiene su propia normativa en cuanto al porcentaje -o los porcentajes- que se aplican a los diferentes productos, lo cual puede variar según distintos criterios.

Además, es común que exista un grupo de productos catalogados como “productos básicos” a los que no se les aplica este impuesto, que por lo general son productos considerados necesarios y fundamentales para el ser humano, como por ejemplo cierto tipo de alimentos y productos personales.

El IVA representa la imposición de un gravamen principalmente sobre tres operaciones: 1) sobre la entrega de bienes o servicios por parte del empresario a los consumidores, 2) sobre la adquisición comunitaria de bienes a través del intercambio, y 3) sobre las importaciones de bienes.

En este punto, puede que nos preguntemos, ¿para qué sirve este impuesto? ¿Cuál es la utilidad de pagarlo? La respuesta es que, como todo impuesto, el IVA es una tributación que se hace en base al principio de la necesidad del Estado de recaudar dinero para financiar su funcionamiento.

En el caso específico del IVA, como ya lo dijimos, el supuesto es que con el pago de este impuesto estamos financiando que el Estado sea capaz de proveernos varias fases necesarias en todo proceso de producción, para que así podamos disfrutar de productos y servicios finales.

¿Cómo se calcula?

En el caso del IVA también pueden darse dos posibles situaciones: el caso de que el importe ya tiene el IVA agregado, y el caso de que el precio aún no lo tenga agregado.

En el primer caso, se aplica la siguiente fórmula:

Precio sin IVA = Precio con IVA / (1 + IVA). De este modo, podremos saber qué cantidad del monto final pertenecía al IVA.

En el segundo caso, se aplica la fórmula:

Precio con IVA = precio sin IVA + (precio sin IVA * IVA)

Otra opción que te compartimos es el uso de una calculadora de IVA, una herramienta online a través de la cual puedes obtener los resultados que necesites de manera muy fácil e inmediata.

La base imponible

Ahora bien, luego de entender el IVA podremos entender mejor lo que es la base imponible. Sin embargo, este es un concepto muy ligado al de ‘hecho imponible’, por lo tanto, para su comprensión, debemos comprenderlos a ambos en conjunto.

El hecho imponible es un hecho determinado, establecido por la ley, que marca el nacimiento de una obligación tributaria de los ciudadanos hacia el Estado. Este hecho imponible se caracteriza porque demuestra una capacidad económica del individuo. De este modo, al cumplirse con este requisito, se demuestra que un sujeto tiene capacidad económica, y esta es la base sobre la cual se fundamenta la aplicación de un impuesto.

Sin embargo, este hecho imponible no puede ser abstracto, sino que debe ser cuantificable. Es aquí donde entra el concepto de base imponible. La base imponible es, precisamente, esta magnitud o cantidad que expresa la medición del hecho imponible.

Cada impuesto tiene una base imponible distinta, según su naturaleza. Así, por ejemplo, en el caso del Impuesto sobre la Renta, la base imponible es el salario, y es sobre él que se aplicará el cálculo del impuesto, según lo establecido en la ley.

En el caso específico del IVA, al ser un impuesto aplicado a productos finales, su base imponible se encuentra en el precio de los productos. De tal modo, el IVA termina siendo un porcentaje añadido al valor del producto que se calcula en base al precio final del producto antes de hacer este cálculo.

¿Cómo se calcula?

Para calcular base imponible existen dos métodos adecuados a dos posibles situaciones: el caso de que la factura sólo tenga aplicada el IVA, o el caso de que además del IVA, se tenga la retención del IRPF.

En el primer caso, se aplica la fórmula:

Base Imponible = Total / (1+ IVA / 100).

En el segundo caso, se aplica la fórmula:

Base Imponible = Total / (1 + IVA/100 – IRPF/100)

Ya sea para aplicarlo en el ejercicio de tu profesión o simplemente para comprender mejor cómo está compuesto el precio final de todo lo que consumes y puedas sepas cómo desglosarlo, aquí te dejamos estas ideas y herramientas que te ayudarán a utilizar mejor ambos conceptos en tu día a día.