miércoles, 11 diciembre 2024

¿Dónde invertir con el índice del miedo acechando?

Si hay algo que ha dejado claro el primer trimestre de 2018 es que la calma en los mercados a la que se habían acostumbrado los inversores en los últimos años forma parte ya del pasado. Pero esto no tiene por qué ser algo necesariamente negativo, sino todo lo contrario. La volatilidad que va a acompañar a las bolsas a partir de ahora puede ser una oportunidad para aquellos que sepan aprovecharla. Pero, ¿dónde invertir?

Todo ocurrió muy deprisa y sin previo aviso. De un mundo de aparente tranquilidad en el que parecía que todos los elementos se habían conjugado para hacer del mercado un terreno abonado para las subidas sin sobresaltos, se pasó a un entorno casi de auténtico terror. O eso fue lo que reflejó algo que en el argot bursátil se llama “el índice del miedo”. Eso no es otra cosa que un índice que mide la volatilidad de los mercados, es decir, la profundidad de los movimientos que se producen en acciones e índices. Así, cuando las subidas o bajadas son moderadas o casi inexistentes, la volatilidad es baja, y viceversa.

El pasado 6 de febrero las bolsas se enfrentaban ante la mayor subida de volatilidad de la historia en las bolsas. El índice VIX (el que mide la volatilidad del selectivo estadounidense S&P 500), el más seguido por el mercado, se disparó más de un 110% en una sola sesión. Este movimiento no marcaba otra cosa que un fuerte repunte en el miedo que sentían los inversores ante los mercados.

Los bancos centrales de todo el mundo van a restringir sus políticas monetarias con tipos más altos y van a dejar de comprar activos

De descontar placidez, las bolsas comenzaron a cotizar miedo. Mucho miedo. David Azkona, CEO y CIO de la entidad andorrana Morabanc, explicaba en su última carta a los inversores que hasta ahora la volatilidad había estado tan baja por motivos estructurales como la regulación adoptada desde la crisis financiera, pero no sólo por eso. En su opinión, también ha influido “la reciente cota de mercado que están copando las nuevas tecnologías y los motivos cíclicos como la compra masiva de activos por parte de la mayoría de los bancos centrales”.

Hasta ese momento, los inversores descartaban un escenario cercano a la perfección: todas las regiones del mundo crecían por primera vez en casi una década de forma acompasada, la inflación seguía baja, los tipos contenidos y los bancos centrales estaban todavía dispuestos a seguir inyectando liquidez a las economías. Una liquidez que hay ido mayoritariamente a las bolsas y a sectores como la tecnología desde el inicio de la crisis.

Sin embargo, este “mundo feliz” e intervenido tiene los días contados. El crecimiento debería desembocar en inflación; como consecuencia, los bancos centrales de todo el mundo van a restringir sus políticas monetarias con tipos más altos y van a dejar de comprar activos. Justo la combinación que ha permitido las subidas de las bolsas en estos años.

Todo esto se ha evidenciado en la subida de los tipos de interés de los bonos, sobre todo los de países como Estados Unidos. Y fue eso, precisamente, lo que disparó el temor de los inversores y llevó al “índice del miedo” a dispararse.

Estamos, dicen los expertos, ante un escenario de subidas de volatilidad que ha venido para quedarse. Así, al menos, lo creen la mayor parte de los especialistas en los mercados. Uno de esos expertos que opina en esa línea, tras varias decenas de experiencia en las bolsas a sus espaldas, es José Luis Cárpatos, analista de mercados de Serenity Markets: “Parece que hemos entrado en una nueva fase de mercado, donde lo normal es que las bajas volatilidades anteriores pasen a la historia”.

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Foto: Angel Navarrete/Bloomberg

Esto es especialmente acertado para Europa donde “estamos dando claras muestras de que el máximo ciclo expansivo de la economía ha quedado atrás, por lo que las bolsas pueden sufrir indirectamente esta cuestión con más volatilidad”.

Alerta el analista de Serenity Markets que “aún es pronto para estar seguros, pero si entramos en una nueva fase de más volatilidad, históricamente cuando hay un cambio de régimen se mantiene durante varios años, en ninguna ocasión fue algo pasajero”.

INVERTIR: ¿RIESGO U OPORTUNIDAD?

Jaime Albella, director de ventas sénior de AXA IM, afirmaba en una reunión en Madrid que “este año veremos nuevas correcciones, sanas y deseables. Serán una buena oportunidad para que quien quiera entrar en el mercado pueda hacerlo y opciones también para que quien está dentro pueda realizar plusvalías”.  Y añadió: “La volatilidad no es un riesgo, sino una oportunidad”.

Eso sí, para aquellos inversores que tengan claro lo que está pasando y acierten en sus decisiones. Todo lo contrario a lo que había ocurrido con aquellos que pensaban que este aparente mundo idílico se iba a mantener ad eternum. A principios de febrero, días después de que se iniciara la primera corrección de los mercados desde que en junio de 2016 los británicos aterraran al mundo con su decisión de votar a favor del brexit, algunos fondos de inversión que apostaban por la baja volatilidad sufrieron pérdidas de hasta el 80%.

Esto quiere decir que aquellos que invirtieron apostando porque la baja volatilidad continuaría pasaron en sólo 24 horas a tener un 20% del patrimonio que atesoraban en ese fondo el día anterior. Eso ocurrió con los partícipes del “Velocity Shares Daily Inverse VIX Short Term” de Credit Suisse, que tuvo que cerrar al día siguiente. También cerró un fondo de Nomura en Japón con algo más de 290 millones de euros de patrimonio bajo gestión.

Esto no implica que no haya que huir de la volatilidad, ni de los fondos ligados a ella. En opinión de Antonio Castelo, de iBroker, “quizá sólo haya que dejar a un lado los fondos que invertían en volatilidad inversa, ya que los que invertían pensando en que en algún momento veríamos un repunte de la volatilidad ganaron bastante. En cualquier caso, lo que recomendamos siempre es conocer bien el producto en el que se invierte. El riesgo está en no conocer exactamente en qué se invierte, no en el producto en sí mismo».

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Warren Buffett. Foto: Daniel Acker/Bloomberg

Si hay un inversor que históricamente ha alabado la volatilidad ese no es otro que Warren Buffett, el consejero delegado de Berkshire Hathaway, y uno de los inversores más reconocidos de la historia por batir de forma sistemática a los índices estadounidenses en los más de 50 años que lleva al frente de la compañía. Una de las sentencias más conocidas del conocido como Oráculo de Omaha es que hay que “ser valiente cuando otros son cobardes y cobardes cuando los otros son valientes”. Esto no quiere decir otra cosa que no hay que esconderse cuando llega el nerviosismo a las bolsas.

Es más, en momentos de grandes correcciones, cuando otros inversores salían aterrados de las bolsas heridos por las pérdidas, Buffett ha llegado a afirmar que le encantan los días en los que las bolsas caen mucho. Históricamente él los ha aprovechado para comprar renta variable.

En realidad Warren Buffett puede permitirse el lujo de entrar en las bolsas en momentos de pánico porque tiene el músculo financiero, el dinero y la capacidad de invertir que no tiene prácticamente ningún otro inversor institucional. Menos aún el ahorrador de la calle. Pero la lección que quiere dar Buffett es que durante las caídas es cuando se puede comprar barato.

No obstante, no hay que obsesionarse con la necesidad de entrar en el mercado durante la volatilidad. Los inversores deben conocer si su perfil de riesgo les permite estar dentro de los mercados en los momentos en los que las bolsas caen con fuerza ya que probablemente si su tolerancia al riesgo es limitada no estarán preparados para ver cómo su patrimonio cae, aunque sea durante un momento limitado en el tiempo.

José María Luna, director de análisis de Profim, explica que hay dos tipos de inversores: “Aquellos que no están tan dispuestos a asumir ese nivel de riesgo y la manera de protegerse es reducir su exposición a mercados de riesgos”. El otro es aquel que está dispuesto a afrontar pérdidas. Para este último, este es el momento de comprar, explican muchos expertos. Eso sí, la clave está en la selección.

¿QUÉ HAY QUE COMPRAR?

El director de inversión de Morabanc señala que ha llegado el momento de “no dejarnos llevar por el todo vale. Se ha de ser muy selectivo y mantener la perspectiva de largo plazo con carteras bien diversificadas. Es decir, evitar modas y no tomar decisiones drásticas en momentos bruscos”.

En esta misma línea se manifiesta Rafael Ojeda, analista independiente: “Hay que tener en cuenta que el escenario es distinto, que los mercados se van a mover mucho más rápido, y que la estrategia tiene que ser diferente. Hay que diversificar más, cubrirnos y ser más selectivos con los instrumentos elegidos para evitar pérdidas”.

José Luis Cárpatos considera que para empezar ha llegado el momento de volver a cambiar la forma de afrontar las inversiones y de ver el mercado. “Lo más importante es que debemos pensar en adaptar nuestro método de inversión o especulación a la nueva fase de volatilidad. Uno de los mayores errores que se puede cometer es seguir actuando exactamente igual. La volatilidad es el factor más importante. Es imprescindible adaptarnos. No podemos actuar igual en fases de baja que de alta volatilidad. Cualquier backtesting no sirve de nada si se ha hecho en una fase de volatilidad diferente”, afirma el experto.

Sin embargo, no hay que huir de los mercados, ni dejarse aterrorizar por el “índice del miedo”. El analista de mercados de Serenity Markets indica que “una volatilidad media es una clara ventaja para invertir para todos menos para los inversores en gestión pasiva a largo. Para todos los demás es una clara ventaja. Con volatilidad muy baja es muy difícil la operativa. Otra cosa es que la volatilidad sea excesiva, entonces el mercado se puede convertir en una lotería”.

El analista cree que también es muy importante diferenciar por mercados: “No es lo mismo la volatilidad en las bolsas que son muy asimétricas, que en divisas que es un mercado muy simétrico por poner un ejemplo. La asimetría de las bolsas hace muy difícil invertir en fases bajistas donde hay más volatilidad. En el resto de mercados puede haber volatilidad alta tanto en fases bajistas como en fases alcistas”.

En opinión de Rafael Ojeda, lo más aconsejable es diversificar la cartera con instrumentos descorrelacionados entre sí y tener un mayor número de productos contratados “alejándonos de una concentración que, con la baja volatilidad que hemos tenido el año anterior, podía ser una buena idea”.

RENTA VARIABLE

Rafael Ojeda señala que una de las mejores opciones a partir de ahora es optar por la renta variable: “Siempre considerando no sólo la bolsa española sino otros mercados. Esto nos facilitará la selección aumentando el universo de compañías y nos permite una diversificación que servirá no solo como generador de alfa sino como protector de nuestra cartera”.

Fuera de España Ojeda apostaría por REIT (instrumentos de características similares a las socimis españolas). También incorporaría a cartera para aprovecharse de la volatilidad y evitar la pérdida de patrimonio a “empresas muy sólidas en sectores que lo estén haciendo bien y poco endeudadas. En España tendría bancos y empresas de elevada capitalización. En el resto de mercados también elegiría empresas líderes en sectores que vayan a tener un buen desempeño”.

En esta línea, Castelo considera que las compañías que se comportan mejor durante momentos de volatilidad son “aquellas que se agrupan en los sectores más defensivos, como las de servicios públicos, o utilities, o las de alimentación.

En España el experto de iBroker apunta a Endesa, Red Eléctrica, Enagás, Iberdrola y Gas Natural, entre las grandes del Ibex 35. Entre las más pequeña Castelo apuesta por Ebro Foods, Vidrala, Prosegur, Zardoya y Ence.

Para el inversor de a pie, las estrategias de protección mediante opciones, por ser más sencillas, podrían estar bien

También hay que cambiar la perspectiva cuando se invierte en productos más complejos. “Hasta ahora se decía que los hedge funds que protegían el riesgo de cola eran los mejores. Pero ha quedado demostrado que no han ido bien en estas fases de muy alta volatilidad. No hay fórmulas fáciles para esta protección; para hacerlo eficientemente no queda otra que irse a derivados complejos. Vía opciones, pero el coste de la protección es bastante caro”, señala Cárpatos. En su opinión ha llegado el momento de formarse y aprender a manejar instrumentos algo más complicados. Para el inversor de a pie, las estrategias de protección mediante opciones, por ser más sencillas, podrían estar bien.

Algo parecido aconseja Antonio Castelo. Explica que los inversores deben volver a cubrir sus posiciones cuando operan y para ello el experto se decanta por utilizar productos derivados. “Hay algunas estrategias con opciones que pueden ser muy útiles para este entorno. También me parecen adecuados los que se pueden operar de forma bidireccional como futuros y CFD”, señala el analista de iBroker.

Cárpatos, además, desmitifica la bondad de los ETF, un producto que en los últimos años ha disparado su contratación entre los inversores tanto institucionales como los minoritas. Explica el analista que no hay otra forma de aprovecharnos de la volatilidad más acertada que “vía derivados más o menos complejos. Los ETFs no me parecen demasiado fiables tras todo lo que ha pasado, y los enormes rumores de manipulación que siguen circulando por el mercado”, alerta. En su opinión, estos instrumentos tienen una concentración sectorial muy concreta y muy exagerada, que ponen en duda su efectividad en períodos malos.

FONDOS DE INVERSIÓN

Si hay un producto financiero que atrae a los españoles más que las acciones o los productos financieros más sofisticados son los fondos de inversión. Es más, los últimos datos dados a conocer por el Banco de España (BdE) muestran que cada vez tienen más peso entre los ahorros de los inversores de nuestro país. En concreto, los depósitos y cuentas a la vista han caído por debajo de un 40% de la riqueza de las familias, mientras que los fondos de inversión pasan a contar ya con un 15% del total ahorro.

Para estos inversores que apuestan por los fondos también hay opciones en el mercado.  Explica José María Luna, de Profim, que para ellos hay varios productos muy adecuados para los momentos de volatilidad. Explica que hay cuasi monetarios como podrían ser el fondo “Cargmignac Securité” o el “Renta 4 Renta Fija Corto Plazo”, que están demostrando que se comportan bien en estos momentos de alta volatilidad de los mercados como a los que hemos asistido en estos primeros meses de 2018.

Además, recuerda que este tipo de inversores también pueden encontrar en el mercado los llamados productos de retorno absoluto que también pueden resultar efectivos en este tipo de situaciones de alta volatilidad en los mercados. Luna también destaca fondos como el “Gesconsult Renta Fija Flexible” o el “AXA Defensive Optimal Income”, que pueden tener su lugar en una cartera de fondos durante periodos de volatilidad. Pero si hay algo que recomiendan todos los expertos es dejarse aconsejar y buscar, ahora más que nunca, el asesoramiento de un especialista en los mercados financieros.


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