Apple sigue quemando etapas en su camino por convertirse en ‘tu banco’. Un nuevo recorrido con el que seguir cumpliendo su máxima de acaparar todo el ecosistema de sus usuarios, y pronto también de aquellos que no lo son. Con ello, lo que empezó con un ‘Caballo de Troya’ denominado Apple Pay, va a terminar con una realidad denominada Apple Bank. El único problema que se encontrará es que ese nombre ya está registrado por un histórico de Nueva York.
La noticia ha pasado algo desapercibida, puesto que sólo es un adelanto. Días atrás, Bloomberg destapaba las negociaciones, ya muy avanzadas, entre Apple y Goldman Sachs para que el gigante tecnológico pueda sacar al mercado una nueva tarjeta de crédito bajo su enseña. En realidad, Apple trabajaba ya con Barclays, aunque el proyecto con el gigante de la inversión es más ambicioso.
La emisión de una tarjeta física por parte de Apple es la confirmación de que la empresa ha entrado en la tercera (penúltima) etapa de su proyecto Apple Bank
La emisión de una tarjeta física de crédito o débito por parte de Apple es la confirmación de que la empresa ha entrado en la tercera (penúltima) etapa de su proyecto Apple Bank. Por lo que, una a una se han ido cumpliendo todas metas volantes que el genial Tim Urban describiera, casi proféticamente en su blog (Wait But Why), en uno de sus post en sobre el desarrollo de Apple Pay.
La puesta en marcha de la tercera fase, implica haber desarrollado las dos primeras, o al menos tenerlas muy avanzadas. Una primera de captación y crecimiento y la segunda de afianzamiento. La tercera, la actual, es lanzar una tarjeta para llegar al mayor número de clientes, para finalmente cerrar el círculo al ofrecer los servicios financieros completos.
Pese a que en un principio paso desapercibido, Apple Pay nació con un gran potencial. El hecho de poder pagar cualquier objeto con aquello que siempre está en las manos es, y ha sido, una gran oportunidad por explotar. Además, nació sin contraprestaciones económicas, comisiones, y con un cobro al comerciante más bajo –del 0,15%– que otros grandes operadores como Visa, Mastercard o American Express que puede alcanzar el 3% del coste total.
APPLE HA COMPLETADO SU PRIMERA FASE: EXPANSIÓN
La introducción de Apple Pay fue la primera piedra en la etapa primigenia. En ella, buscaba ganar adeptos y volumen de transacciones tanto para compradores como para establecimientos. En el primero de los usuarios, la evolución ha sido satisfactoria para la empresa. Programas de puntos, ciertas bonificaciones y sobretodo publicidad hasta la saciedad. Apple Pay es revolucionario, explicaba la firma en sus anuncios, tanto como hasta simplemente pagar con la mirada. Aunque en realidad fuera a través del sistema de Face ID del iPhone X.
En segundo lugar, ha ido ganando socios con los que trabajar. Las tarjetas pioneras fueron las de Banco Santander o Carrefour, en la actualidad Caixabank, N26 y en poco más de tiempo se sumarán Bankia, Bankinter, Caja Rural, EVO o Banco Sabadell. Por otro lado, los comerciantes que deben aceptarlo como método de pago. En este sentido, y pese a la baja comisión de recargo, solo un 35% de los locales aceptan Apple Pay es la mitad de lo que realmente se preveía a estas alturas.
Con todo lo anterior, Apple ya es capaz de generar por el uso de Apple Pay en torno a 250 millones de dólares anuales. La cuenta resulta de contabilizar los cerca de 130 millones de usuarios a un gasto de 100 dólares, la media que maneja Apple, a los que se aplica una comisión del 0,15% que cobra la compañía. Pese a que es una cifra alta, tiene un fuerte potencial puesto que la cifra de usuarios de Apple Pay –en torno a los 130 millones– se duplicó respecto a un año antes. Además, solo representa un 16% del total de usuarios de iPhone. Por lo que, en un par de años, de situarse en torno al 50% del total, Apple estaría ya ingresando entre 750 y 800 millones de dólares.
EN PROYECCIÓN DE LA SEGUNDA ETAPA: EXCLUSIVIDAD
Los potenciales ingresos de Apple Pay –cercanos a los 1.600 millones de dólares con el 100% de usuarios de iPhone– tienen otra variable para crecer: convertirse en el único método de pago para sus usuarios. La diferencia es notable, puesto que de media un ciudadano en Estados Unidos gasta entre 500 y 700 dólares al mes con sus tarjetas. Por lo que, de erigirse en la referencia de pago los ingresos pasarían a entre 4.000 y 4.500, con un 50%, de usuarios y por encima de los 10.000 millones con el 100%.
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Por el momento, en general, Apple está de lleno en esta segunda fase a lo largo de todo el mundo, pero en Estados Unidos parece que la está sobrepasando. De hecho, en Estados Unidos los usuarios de Google Pay ascienden a casi 40 millones; es decir, uno de cada doce habitantes ya lo usa. Una cifra que podría considerarse madura, por ejemplo, Netflix consideró maduro su mercado en EEUU cuando superó los 50 millones de usuarios.
En el resto del mundo, los usuarios de Apple Pay no alcanzan a los 90 millones. Una cifra más pequeña si comparamos con el resto de países en los que iPhone esta presente. Además, en países menos desarrollados los sistemas como Apple Pay todavía tienen un recorrido tecnológico para establecerse.
EN PLENA TERCERA ETAPA
La madurez del mercado estadounidense, junto a sus buenos resultados en él, le permiten poner en marcha su tercera fase: expedir tarjetas, bien de crédito o débito. Para ello, se ha puesto en manos de Goldman e intentará dar solución a los diferentes problemas que tiene por delante.
Apple cuenta con dos fortalezas principales en este apartado: por un lado, un ingente volumen de datos de sus usuarios. La compañía conoce bien a cada cliente, tiene un receptor de datos que convive con él, y eso se traduce en un mayor poder de persuasión. Además, su otra ventaja es que, como se dice popularmente, ‘tiene dinero en efectivo por castigo’, lo que le facilita funcionar con tarjetas en el que el gasto es por adelantado a su pago.
Con la madurez de la nueva etapa, Apple será capaz de extender todavía más sus garras sobre los ciudadanos: sean o no usuarios de iPhone. Obviamente, la consecución de dicha etapa podría multiplicar ingresos. Los cálculos emitidos por Tim Urban en su blog delataba unos ingresos que podrían superar a estas alturas los 90.000 millones de dólares. Una cifra que no da ni la suma de sus ventas de iPad, Macs, Sofware y servicios.
APPLE BANK, LA ÚLTIMA ETAPA
La verdad es que el último paso parece casi obligado, como si fuera a ocurrir por sí solo. Apple posee ingentes cantidades de datos de sus usuarios, además de que utilizan ‘tus’ tarjetas para pagar, ingresar dinero, llevar a cabo transferencias y demás. Por otro lado, contaría con una amplia red de asociados y establecimientos que mayoritariamente utilizan Apple Pay para pagar o cobrar. Por si fuera poco, el dinero que tienes en efectivo, en caja, prácticamente ‘se te sale por las orejas’. La única evolución posible es ofrecer todos los servicios financieros.
En esta última etapa, Apple Bank podría ofrecer a sus clientes desde cuentas corrientes o de ahorro hasta créditos que van más allá del consumo. En definitiva, Apple se convertiría en un banco con todas las de la ley.
Años atrás, dicha visión no sobrepasaría el imaginario. En la actualidad, con bancos digitales creándose de la nada de un día para otro. Incluso en la movilidad de móvil banco, que no banco móvil. Apple, además, cuenta con la ventaja de que sus propias sucursales ya están en poder de sus potenciales usuarios y tiene relación con ellos 24 horas, siete días de la semana. Exacto, esas sucursales del siglo XXI son los dispositivos móviles y no hay quien controle más ese mundo que el propio Apple.