Estamos en un mundo light. Tanto, que en muchos bares y restaurantes cuando se pide una coca-cola el camarero pone por defecto una baja azúcar de las variantes que tiene la compañía. Se ha normalizado. Y ese proceso, en gran medida, afecta al resto de los productos que son abundantes en el contenido del goloso elemento.
Todo ello conduce a que muchas empresas empiecen a apostar por eliminar, en la medida de lo posible, el azúcar de sus productos. A fin de cuentas, se trata de cuidar la salud y si, en algunos, el sabor y los aromas se pueden mantener; partida ganada.
No obstante, hay que saber que algunas opciones como light, zero y demás ‘sin calorías’ podrían tener otra consideración por nuestra parte si atendemos a un nuevo estudio que valora que las bebidas con esa etiqueta podrían contribuir a la diabetes y a la obesidad. Dichos resultados fueron presentados este mes de abril en la conferencia anual de Biología Experimental en San Diego (California).
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir la ingesta de los azúcares añadidos a un máximo de 25 gramos al día. Precisamente, este tipo son los que tenemos que evitar, a diferencia de los azúcares naturales que son los propios que ya contienen los alimentos, según explican los expertos.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta ciertas intolerancias, como el gluten o la lactosa, sustancias a las que se tienen que adaptar los fabricantes para cubrir las necesidades e irse adaptando a todos los consumidores.
LOS NEGOCIOS QUE LLEGAN CON EL AZÚCAR
Entre las empresas que quieren hacer negocio con el azúcar está Yummeat, empresa pionera en nuestro país en ofrecer golosinas 0%. El cofundador de la compañía, Juan Perteguer explica de dónde surgió la idea: “Nos pusimos en el lugar del consumidor porque nosotros también lo somos y quisimos ofrecer un dulce de alta calidad. Por ello, nuestros dulces están hechos con maltitol, un edulcorante que sustituye el azúcar y mantiene el sabor sin sumar calorías ni provocar caries”.
Como cuentas desde la compañía, para que un producto como una golosina llame la atención al público tiene que enganchar y las hay de tantos sabores, formas y colores que es casi imposible que no capten nuestra atención en los bonitos estantes en los que siempre se exponen en las tiendas.
“Actualmente”, según Perteguer, “son muchas las marcas que compiten por ofrecer productos más sanos. Normalmente, eliminan un componente pero dejan otros igual de perjudiciales y no se dan cuenta de que los clientes exigimos alimentos con la mayor claridad posible de ingredientes. En definitiva, no queremos que nos engañen”.