Los operadores de opciones brasileños parecen estar preparándose para un repentino aumento en la volatilidad de la moneda.
Los inversores compraron contratos por 1.400 millones de dólares el martes, los cuales generarán un buen rendimiento si el real oscila significativamente durante la próxima semana desde el precio actual, cerca de 3,5 por dólar, el nivel más bajo en 11 meses. El volumen de negociación superó en 25 veces la media de las últimas dos semanas, según datos del mercado. Sólo se registraron siete operaciones, lo que indica que los compradores hicieron grandes apuestas.
La inquietud de los inversores en Brasil se ha centrado en las elecciones presidenciales de octubre -que algunos analistas temen que pueda descarrilar las dolorosas reformas necesarias para apuntalar el presupuesto-, pero el aumento en las compras de opciones indica que la preocupación es más a corto plazo.
Una posible fuente de preocupación es que el próximo testimonio de Antonio Palocci, ministro de Finanzas durante la gestión del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, implique a nuevas compañías en el escándalo masivo de corrupción Lava Jato, que ha sacudido a Brasil en los últimos tres años. Los inversores también podrían estar preocupados de que una medida reciente del Tribunal Supremo dé a Lula la oportunidad de salir a tiempo de prisión para intentar lograr otro mandato.
«Eso causaría pánico en el mercado», declaró James Gulbrandsen, gestor de fondos con sede en Río de Janeiro, que participa en la gestión de 3.500 millones de dólares en NHC Capital y ha comprado protección contra una venta masiva de renta variable brasileña. «Sospecho que los grandes jugadores se están protegiendo frente a esa posibilidad».
El nerviosismo de los inversores brasileños, según la volatilidad implícita del real a una semana, alcanzó el nivel más alto desde principios de año el día después del cambio de posición en las opciones de compra USD/BRL, con un precio de ejercicio de 3,5 por dólar que vence el 30 de abril. El real se ha depreciado un 10% desde finales de enero, el peor rendimiento entre las monedas mundiales después del rublo ruso.