Finlandia y Estonia abren una vía de comunicación digital segura

En esta era de filtraciones de medios sociales y hackeo de elecciones extranjeras, la capacidad de transmitir información personal delicada de forma segura de un país a otro es más valiosa que nunca.

Finlandia y Estonia, dos de los países más avanzados de Europa en el plano digital, tanto es así que están a punto lograr precisamente eso.

Los finlandeses, que atraviesan el Mar Báltico para visitar el ex país soviético, pronto podrían retirar la receta de su médico en cualquier farmacia local sin temor a que haya ojos al acecho.

De igual manera, los alrededor de 100.000 estonios que en la actualidad trabajan en Finlandia podrán hacer que la información sobre su paga se envíe a las autoridades impositivas de su país para un procesamiento fácil y rápido.

Lo que hace posible aplicaciones como esas es la primera autopista internacional segura del mundo dedicada especialmente a las necesidades de los ciudadanos comunes. La llamada vía X, basada en código de fuente abierta, tiene muchos otros usos posibles, desde compartir datos de licencias de conducir y certificados de defunción hasta datos de empresas sobre registros comerciales.

Amenazas rusas

La seguridad fue una consideración clave en el diseño. Los dos países, ambos vecinos de Rusia, están bien preparados para contrarrestar los modernos conflictos híbridos.

La capital de Estonia, Tallin, alberga el centro de ciberdefensa de la OTAN, mientras que Helsinki es sede de un centro de investigaciones especializado en amenazas híbridas. Tras la anexión de Crimea en 2014 por parte de Rusia, Finlandia reformó la ley con rapidez a los efectos de permitir que sus fuerzas de defensa detecten “hombrecitos verdes”, término usado para describir a soldados enmascarados con uniformes militares verdes sin identificación, presuntamente favorables a Rusia, detectados en Ucrania durante la crisis.

El intercambio de datos es seguro debido a su naturaleza fragmentada. Cuando un tercero se suma, puede compartir datos encriptados con los demás usuarios confiables por internet, sin necesidad de crear nuevas conexiones. Al vincular centenares de bases de datos en lugar de depender de un sistema centralizado, se contribuye a evitar un único punto vulnerable y hace que el costo de violar el sistema resulte excesivo.

Estonia, que viene usando el sistema localmente desde 2001, pudo mantener los intercambios de datos durante los ataques masivos de 2007.

Uuno Vallner, uno de los creadores de la vía X de Estonia, dice que el sistema también protege de una posible amenaza a la privacidad de los ciudadanos: el mal uso de la información por parte de funcionarios.

La vía X “deja huellas de sus actos”, dijo Vallner en entrevista telefónica, con lo cual los abusos pueden identificarse con facilidad. Vallner también sostiene que la vía X es una de las primeras instancias en que se ha instrumentado en una escala tan grande la tecnología blockchain.

Ahora que los sistemas de los dos países se comunican, los datos entre Finlandia y Estonia podrán empezar a fluir en cuanto se complete la legislación al respecto.

Ott Ummelas y Kati Pohjanpalo para Bloomberg