domingo, 18 mayo 2025

Israel se inquieta por las nuevas armas rusas de Siria

Molesta por el ataque llevado a cabo por EE.UU. contra Siria, la semana pasada, Rusia advirtió que habría consecuencias. Sólo expresó una de ellas: el Kremlin dijo que podría proporcionar a su aliado sirio defensas aéreas de vanguardia.

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Si esa perspectiva genera alarma entre los enemigos del presidente Bashar al-Assad, esta probablemente sea mayor en Israel. Israel lleva a cabo ataques aéreos en territorio sirio controlado por Assad con mucha más frecuencia que los Estados Unidos, en tanto se propone evitar un avance militar cerca de las fronteras israelíes del otro patrocinador clave de Assad, Irán.

Analistas israelíes y ex funcionarios de defensa dicen que hay una sola respuesta probable del estado judío en caso de que se entreguen a Siria sistemas de misiles tierra aire S-300: un intento inmediato de volarlos en pedazos.

Esto podría cambiar drásticamente la delicada relación entre Israel y Rusia, que han mantenido abiertos los canales pese a apoyar a facciones opuestas en Siria. Y podría dar lugar a otro momento peligroso con el potencial de convertir la guerra civil de siete años en un conflicto más amplio.

‘Lo que se hará’

Ya han quedado involucradas múltiples potencias mundiales y regionales. La semana pasada se produjo el impasse más tenso en décadas entre los rivales nucleares Rusia y EE.UU. En tierra, soldados estadounidenses y turcos ocupan zonas separadas del norte del país, en tanto los iraníes y los rusos luchan junto al ejército de Assad. En el cielo, Israel ha tenido en gran medida libertad de maniobra gracias a su superioridad aérea… y a la luz verde implícita de Moscú. Es probable que ambas situaciones cambien ahora.

Amos Yadlin tiene experiencia directa de cómo responde Israel a amenazas de esa índole… y no tiene dudas de cómo manejaría ésta.

Yadlin, ex jefe de inteligencia militar, también fue uno de los pilotos israelíes que destruyeron el reactor nuclear Osirak de Irak en 1981. El despliegue de S-300 en Siria constituye una preocupación desde hace dos decenios y “a la larga se producirá”, dijo. “Si conozco bien la fuerza aérea, ya tenemos listos planes adecuados para enfrentar esta amenaza. Una vez eliminada, que es básicamente lo que se hará, volvemos al punto de partida”.

Rusia ya vendió sistemas S-300 a Irán pese a las objeciones estadounidenses e israelíes. Siria también se aprestaba a tenerlos -hasta 2013, cuando el presidente ruso Vladimir Putin congeló el contrato en respuesta a las peticiones de Israel-. Pero en ese momento Putin dijo que, si Estados Unidos atacaba, Moscú “pensaría cómo debería reaccionar en el futuro”.

Ese momento llegó con los ataques de la semana pasada de EE.UU., el Reino Unido y Francia con misiles como respuesta a un presunto ataque químico del ejército de Assad.

A las pocas horas, el primer vicejefe de gabinete de Rusia, Sergei Rudskoi, dijo que su gobierno “reevaluaría” la provisión de defensas aéreas a Assad. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, recalcó el mensaje en una entrevista con la BBC dos días más tarde diciendo que el plan podría reactivarse porque Rusia piensa que debería “hacer todo lo que sea necesario para ayudar al ejército sirio a frenar la agresión”.

Israel ha llevado a cabo al menos 150 bombardeos en Siria desde que comenzó la guerra civil en 2011, según Zvi Magen, ex embajador israelí en Moscú. El más reciente, el 9 de abril, tuvo como objetivo una base aérea utilizada por las fuerzas armadas iraníes; otros blancos fueron convoyes de armas destinadas a Hizbulá, el grupo chiíta de Líbano armado por Irán que ha combatido repetidas veces con Israel.

David Wainer y Henry Meyer para Bloomberg


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