¿Un nuevo impuesto en los vehículos y carburantes para conseguir más ingresos que reviertan en infraestructuras y vías? No es descabellado ya que no sería la primera vez que el Estado grava ciertos sectores para evitar subir los impuestos de manera generalizada.
Algo parecido a lo que ocurre con el tabaco o el alcohol, cuyo gravamen revierte en grandes ingresos que, en teoría, van destinados, en parte, a la propia Sanidad.
Pero es un truco más que antiguo ya que, en el Siglo XIX, se le ocurrió al Marqués de Esquilache durante el reinado de Carlos III, para dejar de imponer más subidas a sus ciudadanos.
Al estilo italiano, porque las loterías llegan desde Nápoles, el monarca que pasó a la historia como uno de los mejores Alcaldes de Madrid, puso en marcha en el mismo año de la Pepa el primer sorteo de la Lotería Nacional. Lo que supondría para las arcas estatales una inyección económica más que bienvenida de casi 50.000 reales.
Y extrapolando esos datos a la actualidad, las Loterías, entre las que destaca la Primitiva por su largo recorrido desde su reinauguración en 1985, hace que el Estado recaude acerca de 13 millones de euros por sorteo, o lo que es lo mismo, semanalmente puede llegar a recaudar entre 25 o 26 millones de euros.
Y sabiendo eso, ¿por qué la Primitiva sigue siendo uno de los grandes atractivos? Precisamente porque pese a que el 55% de los ingresos del sorteo se destina a los premios, al ser tan cuantiosa la cantidad, el restante 45% que se recauda contribuye sobremanera a las arcas de los españoles.
Recientemente la agrupación de loteros a propuesto al organismo de loterías que se destine la recaudación a las pensiones, plantean que los beneficios tengan un destino finalista.
“En un momento como este, en el que la estabilidad del fondo de las pensiones es una de las principales preocupaciones de nuestro país, pensamos que tiene sentido reclamar que la venta de lotería sea destinada a este fin y que cada persona que invierte en juego público sepa a qué va dirigido su dinero.” Dicen los loteros como alternativa para reinvertir lo que se consigue con la recaudación.
Porque además de lo que se llevan con la propia lotería, hay que también contar con el 20% que cobra Hacienda a los ganadores de premios que superan los 2.500 euros, algo que también reclaman suprimir desde las administraciones ya que han visto también cómo, en principio relacionado con este hecho, sus ventas descendieron en los últimos tiempos.