El mayor jefe mundial de vehículos de energía limpia ha abierto sus brazos al fabricante de coches eléctricos Tesla, o eso parece.
Pekín eliminará los límites a la propiedad extranjera de las automotrices, ampliando así el acceso a su mercado de automóviles de gran importancia y alto margen. Los límites se eliminarán en un lapso de cinco años y las restricciones para los coches eléctricos se suprimirán este año.
A primera vista, Tesla parece un ganador obvio. A diferencia de Estados Unidos, China se ha dedicado por completo a los autos ecológicos, utilizando un enfoque de política de incentivo y amenaza. La nación, que ya es el mayor mercado de automóviles eléctricos del mundo, tiene la ambición de tener 7 millones de vehículos eléctricos en las calles para el 2025.
Hasta ahora, las ventas de Tesla en China -un promedio de 800 a 1.000 unidades por mes- corresponden en su totalidad a importaciones sujetas a un arancel del 25% . A pesar de representar cerca de un quinto de los ingresos de Tesla, o unos 2.000 millones de dólares, hasta hace poco China mereció pocas menciones en las conferencias telefónicas de resultados de su máximo ejecutivo, Elon Musk. Desde enero del año pasado, la compañía estadounidense ha exportado alrededor de 18.000 autos a China, según datos de Bloomberg Intelligence.
Hace aproximadamente un año, Musk se reunió con las autoridades chinas para hablar sobre una fábrica; no pudieron ponerse de acuerdo sobre la estructura de propiedad. El intercambio de tecnología y la protección de la propiedad intelectual han sido temas clave para compañías como Tesla al establecer empresas en China. Esa barrera ahora se ha levantado: con la eliminación de los límites de propiedad, la compañía ya no tiene que asociarse con un fabricante de automóviles chino.
Sin embargo, las asociaciones locales tienen sus ventajas. Lo más importante es el dinero, en forma de subsidios, algo que la compañía de Musk podría usar. Las empresas conjuntas implican que una automotriz puede ser incluida en las listas de subsidios y que sus vehículos pueden ser candidatos a compras de flota. A principios de este año, los Gobiernos centrales y provinciales extendieron los subsidios a 50.000 yuanes (7.953 dólares) para los autos eléctricos que pueden recorrer distancias más largas y tengan baterías de mayor densidad energética.
BAIC Motor Corp. y Geely Automobile Holdings Ltd. se encuentran entre las empresas que fabrican vehículos que cumplen con estos requisitos. Como Musk ha descubierto en muchos otros mercados, vender sus impecables automóviles eléctricos es un negocio difícil sin subsidios. En Hong Kong, las ventas de Tesla se derrumbaron después de que el Gobierno eliminara un incentivo a las ventas.
La política de nueva energía de China también alienta a los distintos actores a cooperar. El Gobierno ha establecido un sistema de crédito que obliga efectivamente a todas las automotrices a fabricar algunos vehículos ecológicos para el próximo año. Los créditos son más fáciles de acumular teniendo socios. Eso alentó a los fabricantes locales de automóviles a producir alrededor de 60.000 vehículos de pasajeros con combustible alternativo al mes. Tan importantes son estos créditos para vehículos de nueva energía que probablemente determinarán el poder de negociación de las automotrices globales en sus empresas locales cuando llegue el momento.
Las encuestas muestran que una cantidad cada vez mayor de consumidores chinos desea comprar automóviles eléctricos. Un EU300 fabricado por BAIC o un Dorsett de Geely pueden no tener el enorme prestigio de un Tesla, pero las políticas los hacen asequibles.
La fabricación local no es el único desafío de Tesla. Se suponía que su vehículo para el mercado masivo Model 3 iba a cambiar las reglas del juego para las ventas en China, pero parece que no puede dar con la producción correcta. Una fábrica de Tesla en China probablemente solo produciría los Model 3 y «probablemente» un Model Y dirigido al mercado local, declaró Musk en el tercer trimestre. Eso ahora parece tener bajas probabilidades de ocurrir. Se suma a sus problemas que el regulador de calidad de China dijo a comienzos de este mes que Tesla comenzará a retirar casi 9.000 autos Model S para reemplazar un perno de la dirección.
Claro, siempre existe la posibilidad de que Tesla encuentre alivio al alinearse con las ambiciones de Pekín. Tome como ejemplo a Hainan, la isla tropical que acaba de visitar el presidente Xi Jinping. Después de su partida, sChina dijo que planea acelerar el uso de autos de energía alternativa, eliminando gradualmente las ventas de vehículos con combustibles fósiles y convirtiendo a la provincia en un puerto de libre comercio. De todos modos, las posibilidades aleatorias no son algo con lo que puedan contar los inversores.
Los precios de las acciones de los fabricantes mundiales de automóviles, que generan del 15 al 40% de las ventas desde China, refuerzan la impresión de que hay menos de lo que parece en el anuncio del martes. La mayoría apenas se movió con la noticia.
Por bueno que parezca, ni Tesla ni Musk están suficientemente listos para China.
Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.