El tráfico de perros: la venda que nadie se quiere quitar

Si tuviéramos que enumerar los negocios ilegales más lucrativos del mundo, nos decantaríamos por el tráfico de drogas, de armas o, incluso, de personas. Pero muy poca gente señalaría el tráfico de perros como uno de los negocios que más dinero mueve en el planeta Tierra.

En concreto, el tráfico ilegal de animales y plantas mueve hasta 23.000 millones de dólares al año a nivel global, una cifra que no tiene nada que envidiar a otras como el tráfico ilegal de petróleo (10.800 millones de dólares) o el tráfico de seres humanos (31.600 millones de dólares).

En el caso de España, tan sólo en la Comunidad de Madrid, unos 2.000 perros entran de forma irregular cada mes. La mayoría de los animales que llegan a nuestro país provienen de países del Este de Europa como Lituania, Hungría, Eslovaquia y Eslovenia.

Para que un animal, cualquiera que sea su raza, pueda cruzar una frontera debe de tener un mínimo de 3 meses y 21 días

La exportación de animales a otros países no es ilegal; lo que no es lícito es hacerlo falsificando las cartillas. Para que un animal, cualquiera que sea su raza, pueda cruzar una frontera debe de tener un mínimo de 3 meses y 21 días.

Entonces, ya sea por tierra, mar o aire, los perros son embarcados como mercancía, algo que ya está destinado a acabarse porque el Congreso admitió el año pasado la propuesta de ley para cambiar el régimen jurídico de los animales. Las mascotas dejarán de considerarse como objetos, y pasarán a ser “seres vivos dotados de sensibilidad”, algo que en países como Portugal y Francia es ya una realidad.

Criaderos de perros contra la ley

Los criaderos ilegales de perros se han convertido en una forma más de sobrevivir. Cada vez son más las personas que recurren a ello para ganarse la vida. El poder hacerlo desde casa, y ganar más que la media nacional de nuestro país con cualquier trabajo (el salario medio bruto está sobre los 1.600 euros), son dos de los muchos factores que incitan a cometer esta ilegalidad.

Para que un criadero sea legal tiene que contar con una licencia de actividad –normalmente concedida por el Ayuntamiento–, y una autorización administrativa que recoge las condiciones óptimas en las que tienen que vivir los animales.

España no cuenta con unas cifras absolutas sobre esta práctica, pero se calcula que actualmente existen unos 3.000 criaderos legales. Asimismo, si buscamos cualquier anuncio y colocamos el filtro en perros o mascotas, aparecen entre 190.000 y 400.000 anuncios. A continuación, si hacemos una segunda búsqueda que cuente con el número de zoológico y la licencia, únicamente aparecen 20.000 anuncios.

Las cifras no cuadran, pero esto es algo que los compradores no tienen en cuenta a la hora de adquirir mascotas. El número de núcleo zoológico y la licencia deben estar expuestos en cualquier anuncio, de esta forma podremos confirmar que nuestro comprador cumple todas las de la ley.

Pero, al igual que otras actividades ilegales, la detección de estos criaderos es diversa, pudiendo iniciarse a partir de la realización de alguna inspección en un centro de cría, tienda o medios de transporte, según contaba Seprona a MERCA2.

Por otro lado, desde la Asociación de Centro Legales de Cría y Cuidado Responsable (Ascelcre) aseguran que “delante de tus narices puede haber un criadero pero, si no lo denuncias, no hay actuación”. Y añaden: “por norma, los ayuntamientos saben de la existencia de estos criaderos pero, por no jorobar a unos u a otros, lo dejan pasar”.

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Uno de los perros encontrados por la Guardia Civil en un criadero ilegal

Una de las actuaciones policiales más importantes llevada a cabo por Seprona sobre este tema fue la llamada operación “ARGOS” en la que se inspeccionaron la disparatada cifra de 21.340 animales de compañía en las 2.208 actuaciones que se realizaron en establecimientos dedicados a la venta de animales.

Las investigaciones se iniciaron cuando los agentes tuvieron conocimiento de que estos animales podrían estar siendo importados con documentación irregular, tras haber sido adquiridos a precios muy bajos, incumpliendo las medidas sanitarias y llegando a falsificar incluso el pedigrí de los cachorros.

Pero nuestro país tampoco se salva de esta práctica de exportación ilegal: España es receptor de mascotas procedentes de otros países, sobre todo Eslovaquia, pero desde el territorio nacional salen igualmente mascotas con destino a otros destinos de la Unión Europea tales como Alemania e Italia.

Tras la denuncia y posterior desarticulación de estos criaderos se incautan cientos de perros de diferente linaje. “Todo lo que sea perro de raza y pequeñito desaparece. De repente aparecen sus dueños como por arte de magia”, aseguran desde Ascelcre. Algo que no sucede con los perros grandes y sin raza. Entonces, surge otro problema. A estos últimos no los quieren nadie y acaban saturando las perreras u otros organismos competentes que tienen que hacerse cargo de ellos.

Las alternativas ‘amigas’ de la ley

Los animalistas y asociaciones, en especial Ascelcre, piden que se regulen estos criaderos y proponen la llamada “licencia de criadero ocasional”. Esta propuesta no necesitaría de núcleo zoológico y únicamente estaría sujeta al visto bueno del ayuntamiento.

El consistorio tendría que aceptar esta alternativa teniendo en cuenta si en la dirección que se va a solicitar se puede tener un número de animales inferior a 5 (en el caso de pisos) e inferior a 10 (en el caso de viviendas unifamiliares), estudiando siempre los casos y las razas.

Asimismo, esta licencia daría permiso a los veterinarios de ganadería a realizar inspecciones aleatorias sobre las condiciones en las que se mantiene a los animales. Además de tener que cumplir con la imposición del 34% del IVA por la venta de los cachorros.

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Otra de las alternativas que se contemplan es llevar un control de las camadas que son consideradas indeseadas. En algunos territorios nacionales, como en Cataluña, es obligatorio vender a los perros esterilizados. De esta forma, a las personas que tengan una camada indeseada se les obliga a regalar los cachorros a través de un centro de acogida, impidiendo así que los veterinarios den de alta a mascotas que aparecen, en muchos casos, de la nada.

Al margen de estas propuestas legales, conviven otras muchas que navegan entre lo ilícito y lícito. Las residencias se han convertido en una problemática: muchas de ellas argumentan que son canguros, pero utilizan mal la ley. Los canguros son personas que se trasladan al propio domicilio de la mascota y se quedan allí cuidándolo.

El problema surge en que los domicilios son privados y no se puede acceder a ellos salvo por orden judicial. Por lo que muchos vecinos y propios afectados no tienen nada que hacer ante esta creciente práctica doméstica.

Tráfico de perros: Millonarias pérdidas económicas

El dinero que mueve esta práctica ilegal es incalculable. En estimaciones generales, si vendemos un cachorro por una media de 250 euros –a lo bajo- y tenemos una camada de cuatro perros, en total podemos llegar a ingresar 1.000 euros al mes. Un sueldo para algunos todavía inalcanzable en nuestro país.

Los criaderos y tiendas de mascotas que cumplen con todos los requisitos para la venta de cachorros se quejan de esta práctica que se desmarca de la ley. La compra y venta de animales es una actividad más para el sistema económico de nuestro país que genera muchos millones de euros.

El problema surge con que estos criaderos ilegales y mafias no pagan, en su mayoría, el 34% de impuestos a Hacienda por la venta. Algunos vendedores afirman que lo hacen con pasión, pero la pasión deja de serlo cuando comienza a tener fines comerciales.

Tanto es el dinero que mueven los perros que Ikea lanzará este mes de marzo un departamento exclusivo para ellos. La cadena de muebles sueca se ha dado cuenta de la gran importancia que estos “mejores amigos” tienen para los españoles. Sólo en nuestro país hay 20 millones de mascotas y cuatro de cada diez hogares tienen una en casa.