El hombre tranquilo al frente de la nave de Abertis

No, no se trata de la película dirigida por John Ford y protagonizada por John Wayne. Porque José Aljaro ni es boxeador, como lo era el protagonista del film (sus aficiones son el fútbol, el baloncesto y el esquí), ni ha vuelto a su lugar de origen para olvidar su pasado. Todo lo contrario. El flamante consejero ejecutivo, con el cargo de director general, es un hombre de Abertis, casa a la que llegó en 2005.

Cordobés de nacimiento (1961), y licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, sus primeros pasos los dio en Arthur Andersen como gerente de auditoría. Después saltó al grupo Cortefiel como CFO, siendo una de las piezas clave en su internacionalización. Antes de aterrizar en Abertis, y durante dos años, desarrolló su labor profesional en el Grupo González Byass.

Fue Salvador Alemany, presidente del Grupo Abertis, quien le fichó personalmente para sustituir a los anteriores directores generales financieros: Miguel Abeniacar y Enric Venancio. “Su relación con Alemany es buena, cordial, despachando habitualmente con él”, señala un compañero. Eso sí, se encuentran cuando tiene los pies en el suelo, literalmente, porque José Aljaro es de los que viven en un avión. Sus road show son de incluso meses.

Su estilo de gestión es muy señor pero también tiene los objetivos muy claros

“Tiene muy buena reputación en los mercados financieros y también en la banca de inversión”, apuntan desde Abertis.  ¿Y cómo es su manera de hacer? “Es una persona con una educación exquisita. Nunca levanta la voz. Su estilo de gestión es muy señor pero también tiene los objetivos muy claros”, añaden.

Capitán de Abertis

En su cargo como CFO, José Aljaro ha controlado la dirección financiera y de relación con los inversores. Lo ha hecho en momentos de vino y rosas, pero también en los más críticos de la crisis. Y en las duras, y en las maduras, Abertis nunca ha faltado a su cita de reparto de dividendos.

“Su trabajo desde el punto de vista financiero ha sido espectacular”, resalta un compañero de profesión. ¿Por qué? Porque este tipo de compañías suele trabajar con niveles de deuda muy altos. Y no sólo los ha controlado, sino que también están por debajo de la media del sector. Dicho de otra manera: se mueve en el mundo de las finanzas con muchísima soltura. Como diría Diego Pablo Simeone, su buena reputación se la ha ganado partido a partido.

Comenzó controlando la dirección financiera y de relación con los inversores para, después, ir mejorando sus ‘prestaciones’ en la cancha de juego. Entonces, su ‘entrenador’, Francisco Reynés, adelantó su posición, y le otorgó otras funciones, como el desarrollo de negocio.

Los resultados le dieron la razón al míster ya que los últimos seis años han sido los de mayor crecimiento de Abertis. “José Aljaro ha capitaneado este tema de manera excelente, rebalanceando el portfolio de negocio con compras y desinversiones”, destaca un experto. Recapitulemos: la salida a bolsa de Cellnex, el crecimiento en Chile, la compra a OHL de Arteris en Brasil, la entrada en Puerto Rico, Italia y la India, operaciones en Sanef, mayor participación en Hispasat

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Un background que le servirá para afrontar todo lo que tiene sobre la mesa. Para empezar, las opas de Atlantia y Hochtief. “Tiene dos ventajas, ya que vivió el fallido intento de fusión con Autoestrade, y también ha tenido relación con ACS, que fue accionista de Abertis”, manifiestan desde la compañía. También la venta de Hispasat, la relicitación de las autopistas quebradas en España, la ampliación de plazos en países como Chile, o reparar los activos dañados en Puerto Rico.

Muy orientado en la creación de valor, el discurso de José Aljaro se basa en una exquisita neutralidad, de la que hizo gala en la última presentación de resultados. “Gestiona el día a día como si no hubiera opa”, añaden. Y no transmite sensación de provisionalidad, aunque asumirá lo que venga.

En la reunión que mantuvo con la plantilla, nada más cambiar su rol en Abertis, dejó muy claro que la compañía estaba en un proceso de opa porque había hecho bien su trabajo. Y eso generó apetito. ¿Por qué? Por su gente. “Estar tranquilos ya que sería muy extraño que alguien que compra una empresa con un equipo que ha hecho las cosas bien quiera cargárselo a los dos días”, vino a decir.

José Aljaro, casado en segundas nupcias, amante de la gastronomía y de la montaña (le gusta escaparse al Valle de Arán), es una persona comprometida con los trabajadores. Por eso, y desde el primer día, ha puesto en valor el equipo que, para él, es la base del éxito. Porque los logros no son sólo cuestión de números, de activos. Así, y retomando al director de cine norteamericano que dirigió El hombre tranquilo, es posible que su labor sea recompensada con el Óscar a la mejor dirección.