A punto de comenzar su cuarto mandato, la canciller alemana, Angela Merkel, tiene mucho trabajo por delante.
La amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a los vehículos europeos, la campaña mundial de inversiones de China y las llamadas de Emmanuel Macron a estrechar los lazos con la eurozona exigen una respuesta de Alemania tras más de cinco meses de parálisis política. Merkel, de 63 años, declaró que su nuevo Gobierno debe comenzar a trabajar rápidamente después de que el Partido Socialdemócrata (SPD) votó unírsele y formar otra coalición.
“Vemos muy claramente por lo que oímos todos los días que Europa es necesaria y que una voz alemana fuerte, junto a Francia y otros países miembros, es necesaria”, declaró Merkel a los periodistas este lunes. Mencionó el comercio mundial y la competitividad con China como dos de los temas más urgentes a los que enfrenta el nuevo Gobierno.
Aunque la renovación de la coalición cuatrienal entre los dos partidos más grandes de Alemania habla de continuidad, los desafíos globales están acelerándose y el próximo Gobierno —posiblemente el último de Merkel— podría resultar más rebelde que el anterior. Asimismo, estos son algunos de los problemas:
Guerra comercial
Los aranceles impuestos por Trump a las importaciones de acero y aluminio amenazan con golpear duramente a Alemania, la principal exportadora de Europa y un blanco frecuente de críticas por su superávit comercial. Al apuntar contra la industria automotriz europea, el presidente de EE.UU. está ampliando su ataque a la fabricación alemana. Merkel se viene apoyando en China y Japón como aliados de libre comercio, iniciativa que podría redoblarse. La cancillería de Berlín sostiene que Merkel le dejó en claro su postura comercial a Trump en reiteradas ocasiones y que no evitará apoyar una represalia de la Unión Europea.
Inversiones chinas
Merkel considera la expansión del poder económico chino como uno de los desafíos del siglo y su principal inquietud es el escenario mundial, según una persona que conoce su forma de pensar y solicitó el anonimato. Según el pacto de coalición, Merkel planea convertir el pesado Ministerio de Economía en una plataforma para vigilar las inversiones chinas, ejemplificadas por la participación de 9.000 millones de dólares del multimillonario Li Shufu en Daimler AG, el fabricante de Mercedes-Benz.
El arte de Europa
El apoyo de Merkel a Macron, el joven presidente de Francia, disimula sus diferencias sobre cómo fortalecer la eurozona, entre ellas la propuesta de que los bancos compartan los riesgos. Probablemente los límites intolerables para Alemania no cambien en esencia pese a que el SPD se quedará con el Ministerio de Finanzas en Berlín. “El progreso con la unión bancaria será un paso importante”, dijo la semana pasada Clemens Fuest, director del instituto económico Ifo, con sede en Múnich.
Brexit
La separación entre el Reino Unido y la Unión Europea quedó en gran parte fuera del radar de Berlín desde que el resultado no concluyente de las elecciones alemanas de septiembre. Con Merkel de nuevo al timón y cada vez menos tiempo para el Brexit, eso podría cambiar. La canciller le abrió las puertas a darle un acuerdo comercial único y a medida al Reino Unido al decir que la UE no debería a aferrarse a modelos anteriores.