Arabia Saudí ha sido el país moderador dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) durante décadas. Hacía de contrapeso a la presión de miembros como Venezuela e Irán por los aumentos del precio de crudo, pero los papeles parecen estar cambiando.
En estos momentos, los precios del petróleo duplican el nivel registrado hace dos años y los inventarios, que se encontraban demasiado inflados, están volviendo a la normalidad. Aún así, el ministro de Energía, Khalid Al-Falih, quiere ir más allá.
A pesar de de que los recortes provoquen una pequeña escasez de suministro, el ministro considera que los productores deberían mantener estos recortes todo el año. “Si tenemos que cambiar un poco el balance del mercado, entonces que así sea”, dijo a reporteros en Riad la semana pasada.
Este cambio es el reflejo de la presión a la que se está enfrentando el país, mientras el príncipe heredero, Mohammed Bin Salman, se embarca en un programa de reformas económicas estructurales, que incluye la posible salida a bolsa de su empresa de petróleo estatal.
Mohammed Bin Salman está tratando de reinventar, de forma radical, su país. Por esto se necesita un cierto precio del petróleo para que todo funcione. Así lo explica Helima Croft, jefa de estrategia de materias primas de RBC Capital Markets.
Al-Falih apuesta por un precio mayor del crudo. Pretende aumentar en un 10% el precio con respecto a lo que se pagaba con anterioridad.
Cambio de objetivos
El aumento de los precios debería servir como ayuda para asegurar una valoración de Saudi Aramco cercana de un billón, así lo prevé el príncipe Mohammed. Pero esta cifra se considera poco realista por parte de los analistas.
La posibilidad de obtener ingresos adicionales permitiría una reducción más gradual de los subsidios y los empleos en el sector público que sostienen a la economía saudita. Mientras los precios repuntaban, el príncipe Mohammed reconsideró algunas medidas de auteridad por el descontento que se mostró el mes pasado. Renovó subsidios estatales con la intención de conseguir el apoyo popular para las reformas de largo plazo.
“Los sauditas están buscando un precio puente en el que la gente se sienta conforme con reformas más profundas”, dijo Croft de RBC.
Grant Smith para Bloomberg