El Gobierno destina calderilla para cerrar la brecha digital en España

En las grandes ciudades tener 4G y fibra óptica de máxima velocidad se da por hecho. Nadie se plantea no poder subir un video a Youtube o ver Netflix cuando llega a casa. Pero si recorremos unos pocos kilómetros fuera de Madrid, Barcelona u otras grandes urbes, el escenario es muy distinto.

La brecha digital todavía emana desigualdad entre regiones, y aunque el Gobierno intenta poner remedio, con la necesaria ayuda de las empresas, la realidad es que no parece suficiente. Así, el debate ha vuelto a salir a la escena pública esta semana con el anuncio de un acuerdo entre el operador de telecomunicaciones Eurona e Hispasat.

Esta unión tiene como objetivo ofrecer a las personas que viven en las zonas menos habitadas o con baja densidadde población una solución tecnológica vía satélite, homologable en calidad y precio a otras tecnologías terrestres. Hasta aquí, las buenas noticias. Pero una vez que se desarrolla el “cómo”, es donde las miradas se desplazan hacia el Gobierno y si hace todo lo necesario.

La calderilla de los 400€

El acuerdo alcanzado por Hispasat y Eurona coincide con el reciente anuncio realizado por la Secretaría de Estado de Agenda Digital de la puesta en marcha del ‘Programa de Ayudas para la contratación de Banda Ancha fija a 30 Mb/s’.

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Gracias a ello, las personas o entidades de poblaciones con menos de 5.000 habitantes que no dispongan de servicios de banda ancha fija con una velocidad de bajada de más de 10 Mb/s podrán sufragar hasta 400 euros de los gastos derivados del alta en el servicio de banda ancha fija a una velocidad mínima de 30 Mb/s, como la adquisición del equipamiento, su instalación y puesta en funcionamiento.

Durante la presentación del acuerdo, el CEO de Eurona, Fernando Ojeda, ha precisado que el total de las ayudas será de 45 millones de euros. Esto supone que, más o menos, llegarán a un total de 150.000 hogares. Para la compañía es perfecto. Estiman que tienen unos 300.000 hogares potenciales a los que dirigirse. Negocio redondo. Podrán conseguir que muchas personas se animen a contratar internet a través de ellos, básicamente porque no tienen otra alternativa. ¿Pero qué pasa con todos los demás? ¿Es suficiente ese dinero, o se trata de un mero parche de cara a la galería?

Problema de dinero y de despliegue

No se puede reprochar nada a Eurona. Además, asocian con transparencia su plan de desarrollo a dichas ayudas. Pero según los datos aportados por Fernando Ojeda, hay más de 5 millones de habitantes que tienen nula o ninguna cobertura para acceder a internet. Eso significa que cerca de 2 millones de hogares están en esta situación. Si las ayudas alcanzan para apoyar económicamente a unas 150.000 unidades inmobiliarias. ¿Qué sucede con el resto?

La ayuda pretende sufragar el coste del equipo de usuario, su instalación y puesta en funcionamiento, de forma que los usuarios no tendrán que asumir pago alguno por el alta del servicio, y solamente deberán hacerse cargo de las cuotas mensuales del servicio que hayan contratado. Pero hagamos la siguiente pregunta: ¿Para qué quiere alguien de Pinilla de Jadraque (Guadalajara) 400 euros si no puede contratar banda ancha de alta velocidad con Movistar, Orange o Vodafone; y además Eurona -potencialmente- no puede llegar a tantos lugares? Vendría a ser algo similar a ofrecer dinero a una persona que está en el desierto para comprar una botella de agua.

Perfecto para los grandes operadores

“Las subvenciones cubrirán los gastos con independencia de la tecnología empleada: red fija, inalámbrica o satelital”, precisa la norma que regula las ayudas. Y claro que deberá ser independiente de la tecnología, básicamente porque a una gran mayoría de zonas rurales aisladas no llega la fibra de los grandes operadores. De este modo, si alguien quiere tener una relación comercial con Movistar, Orange o Vodafone deberá ser, por ejemplo, con su denominado “4G Fijo”.

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Esta tecnología, que efectivamente está muy bien para las zonas donde no llega la fibra, tiene por ahora ciertas carencias. Entre ella destaca que los servicios de televisión suelen no estar disponibles y, además, por norma general los operadores aconsejan un uso moderado de datos, puesto que estos servicios no dejan de ser routers con tarjetas SIM que, en realidad, son una conexión móvil que sirve para el hogar.

Por lo tanto, sí, se trata de algo que mejora no tener nada, pero en realidad si se pretende hacer el mismo uso intensivo que se haría con una fibra de 30 Mb/s, que nadie aspire a ello.

El satélite, ¿la respuesta?

La otra gran alternativa que contempla el Gobierno para que sus ayudas de 400€ tengan valor es la tecnología satélite como en este caso la de Eurona. Pero de entrada se trata de un gran desconocido para mucha gente, incluso para quienes viven en estas zonas, que intentan estar puestos al día, sigue siendo un gran desconocido.

Así, muchos operadores satélite advierten sobre los problemas que hay de comunicación y marketing dentro del sector. En la propia Eurona, según palabras de su CEO, son conscientes de ello. Pero es que las empresas del sector que son más pequeñas, ese coste no siempre lo pueden asumir. Es decir, no sirve de nada que una localidad de 2.000 habitantes reciba ayudas cuando no saben dónde, cómo y por cuánto pueden conectarse a internet.

De este modo, operadores de telefonía y Gobierno resuelven la papeleta de un problema real que todos quieren ocultar. Se estima que esta carencia de cobertura afecta a un 10% de la población (1.852.156 hogares), de ellos el 70% situados en poblaciones con menos de 5.000 habitantes. Simple calderilla para solucionar un problema, el de la brecha digital, que todavía nos acompañará durante años.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.