La inversión colectiva a través de crowdlending inmobiliario

Manuel Gandarias, socio fundador y director general de CIVISLEND PFP SA

La reciente irrupción del crowdlending en España como un nuevo vehículo de inversión rápido, eficaz y trasparente ha supuesto la apertura del mercado inversor hacia el pequeño ahorrador y, por tanto, la oportunidad de que cualquier ciudadano gestione sus fondos cómodamente en un entorno online. A pesar de su carácter emergente, la eclosión de Plataformas de Financiación Participativa (PFP) que operan bajo este modelo de negocio se ha convertido en una nueva realidad que complementa la actividad convencional de las entidades bancarias y simplifica los procesos financieros del día a día.

Aunque esta herramienta de inversión ha despertado todo tipo de impresiones, lo cierto es que este mercado presenta grandes perspectivas para los próximos años. Su enorme potencial se ha trasladado en forma de startup al mundo de los negocios con la revolución del ecosistema FinTech. La industria de las finanzas ha visto como surgen iniciativas empresariales que aplican las múltiples posibilidades que alberga la tecnología disruptiva con la finalidad de acercar el mundo financiero a los usuarios digitales. En definitiva, con la productiva unión de ambas se ha desarrollado un canal más por el que el internauta puedegestionar sus finanzasa golpe de click.

Este nuevo modelo de financiación colectiva (P2P), que surge de la unión de las palabras crowd o multitud y lending o préstamo, contribuye a multiplicar las oportunidades en un sector estratégico de la economía nacional que se debilitó con la crisis económica de 2008: el mercado inmobiliario. Durante este contexto de contención, se limitaron las oportunidades para acceder al crédito bancario y, en consecuencia, se echó el freno a la promoción inmobiliaria, lo que eliminó por completo cualquier posibilidad de éxito.

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Hoy, en cambio, estas plataformas favorecen la conexión entre los intereses de la demanda y las posibilidades de la oferta para que aquellos proyectos viables y solventes quese quedaron en el camino recuperen sus expectativas de futuro. Desde CIVISLEND hemos aplicado esta fórmula para poner fin a esta problemática, aprovechando que la construcción residencial vive un gran momento y que la economía colaborativa es una tendencia sólida y con futuro.

Las plataformas de financiación colectiva actúan como garantes del emprendimiento y la supervivencia de las empresas, ya que ofrecen a los promotores la oportunidad de diversificarlas vías de financiación para llevar a cabo su proyecto sin comprometer su futuro. La idea es combinar los fondos propios del promotor con los que proceden de las entidades financieras tradicionales y las Plataformas de Financiación Participativa para evitar el monopolio del préstamo por parte de un único acreedor y, de este modo, contribuir a la democratización de la inversión para todos los públicos. Esta nueva herramienta no reemplaza los recursos que se obtienen por parte de los bancos, sino que construye una nueva sinergia con la que se reduce la dependencia exclusiva del sistema bancario. Precisamente, la unión de ambas resulta una opción mucho más interesante.

Una de las grandes oportunidades que ofrece este nuevo producto financiero tiene que ver con su capacidad para generar un alto rendimiento de los ahorros. Desde el acceso a estas plataformas online, recientemente reguladas en España por la Ley 5/2015 de fomento de la financiación empresarial, que deben contar con la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la aprobación del Banco de España, el inversor conoce todas las condiciones asociadas a su préstamo y, por tanto, todas las posibilidades que le brinda la operación.

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Entre otras particularidades, este modelo de negocio permite diversificar y maximizar la rentabilidad de la cartera de inversión, y minimizar los riesgos. Desde CIVISLEND se realiza un estudio en profundidad de la viabilidad del proyecto y la solvencia del promotor, para determinar el impacto del préstamo en los costes financieros del proyecto y, por tanto, establecer la rentabilidad resultante. Al tratarse de la financiación de un porcentaje pequeño sobre el total de la financiación global del proyecto, el modelo permite ofrecer al inversor una rentabilidad anual bruta atractiva que oscila entre el 6% y el 12%.

Para salvaguardar esta interesante relación rentabilidad-riesgo y proteger la confianza del inversor, contamos con mecanismos de intervención eficaces que van desde un riguroso análisis de la viabilidad del proyecto y la solvencia del promotor y la pignoración de las participaciones de la sociedad promotora del proyecto, hasta la inscripción registral del activo como garantía real, la cesión de pago del préstamo promotor no dispuesto a favor de los inversores o una fianza de la sociedad propietaria de la sociedad promotora.

En la actualidad, factores como la evolución hacia un entorno más colaborativo, los recientes cambios en los hábitos de consumo o la experiencia internacional que gira alrededor de esta nueva tendencia financierase erigen comosíntomas alentadores para su futuro desarrollo en España. Aunque aún tendremos que realizar grandes esfuerzos para descubrir las fortalezas de esta herramienta de financiación alternativa, cada día contamos con mejores expectativas para superar todas las barreras psicológicas y convertir al inversor en un protagonista más de la expansión del tejido empresarial del país.