Este viernes Caixabank presenta los resultados correspondientes a 2017. Pese a que aún no hay estimaciones fiables, disponibles para el gran público, se van esbozando pinceladas de unas cuentas discretas. El primer aviso de lo que puede deparar la entidad presidida Jordi Gual ha sido el batacazo de su filial portuguesa, BPI, en sus resultados de 2017.
Pese a que todas las luces, en negativo, se las ha llevado el drástico recorte del beneficio que se ha desplomado un 97%, la cifra representativa es la fuerte caída de los ingresos un 10,6%. La entidad lusa, perteneciente en un 84,5% a Caixabank, no solo no ha sido capaz de generar más ingresos bajo la nueva enseña catalana, sino que su caída es el doble que la de sus competidores.
La filial portuguesa del Banco Santander solo ha visto mermados sus ingresos en 2017 un 5,3%, frente al 10,6% de BPI
La caída de ingresos de BPI, la cifra más importante en el negocio bancario, tiene su parte lógica y otra que es alarmante. La primera, se debe a la imposición de tipos de interés muy bajos impuesta por el BCE. Dicha política ha contraído la partida de ingresos de gran parte del sector. Por lo que es lógico, tener unos ingresos más pequeños. El problema es que en el caso de BPI, los ingresos caen bastante más que la media de sus competidores. Por ejemplo, la filial portuguesa del Banco Santander, que este miércoles presentó resultados, solo ha visto mermados sus ingresos en 2017 un 5,3%, frente al 10,6% de BPI.
Además, la fuerte caída se produce después de que Caixabank decidiera remodelar toda la cúpula de BPI y apostará para el proyecto en un hombre la casa. El elegido para dirigir el rumbo de BPI fue Pablo Forero, anteriormente director general de Caixabank y antes director general de Riesgos. La realidad es que la apuesta de la firma presidida por Gual Solé en los primeros meses de vida del nuevo proyecto no ha sido satisfactoria.
En general, la entidad lusa apenas se apuntó 10,2 millones de beneficios en el año 2017. El discretísimo resultado de BPI es un 97% inferior a lo obtenido justo un año antes, cuando ganó 303 millones de euros. La brutal caída se debe a la venta de una participación del 2% del capital del Banco de Fomento de Angola (BFA), para evitar sanciones por parte de Bruselas y que resto 212 millones de euros. Por otro lado, los resultados de BPI también reflejaron un impacto extraordinario de 78 millones de euros como consecuencia de la reducción de plantilla que ha firmado.
El pobre resultado de BPI contrasta con los más de 1.200 millones que ha desembolsado la entidad presidida por Gual Solé para controlar BPI. La cantidad se desglosa de la siguiente manera: la última OPA, en la que se desembolsaron cerca de 650 millones, los 225 millones en deuda subordinada que emitió la firma lusa para reforzar capital. Los cerca de 222 millones en cuatro activos distintos de BPI y por último 113 millones en adquirir su negocio de tarjetas y de adquiriencia que engloba (TPV-Terminales y puntos de ventas).
En Caixabank ya todos saben qué es el kwanza
El principal problema en los próximos años para la entidad catalana en cuanto a la filial portuguesa será lidiar con la volatilidad del kwanza, la moneda nacional de Angola. La razón es sencilla: antes de la OPA lanzada por Caixabank, BPI controlaba el 50,2% de BFA por lo que no estaba obligado a incluir la pérdida de valor derivada de la depreciación del kwanza en su cuenta de resultados, solo era necesario reflejarlo en el balance. Al vender el 2% y su participación situarse en el 48,2% ahora sí es obligatorio incluirlo en las cuentas.
El problema de todo lo anterior viene por dos vías: por un lado, debido a que el kwanza es una moneda muy débil y manipulable. De hecho, en apenas un año su valor se ha depreciado un 25%. Un kwanza se cambiaba -en enero de 2016- por 165,75 dólares, un año más tarde esa cifra ya supera los 207,45 dólares. Por otro lado, el volumen de ingresos que supone este segmento para el BPI. El mercado angoleño supone un 50% del beneficio de todo el grupo portugués, por lo que las variaciones del kwanza van a ser decisivas en los resultados de BPI en los próximos años
El BPI un aviso de cara al viernes
Las cuentas de Caixabank que se presentan el próximo viernes van en línea con las que presentan y presentarán el resto del sector. Por lo general, se sigue el mismo patrón: aumento de beneficios, pero un negocio menos sólido y con la partida de margen de intereses –clave en el negocio- en plena contracción. Aunque la firma tiene sus puntos negros particulares.
Las previsiones de Bloomberg estiman un aumento de beneficios para Caixabank, pero la caída del ingreso neto en 2%, pese al fuerte empujón de las comisiones. Otros puntos negros que pueden aflorar en las cuentas de Caixabank, según los analistas, son la caída del beneficio por acción hasta los 0,31 euros. Además, es probable que la partida de ingresos por intereses alcance su nivel más bajo desde que se conformó Caixabank, tras caída estimada. como tal así como una provisiones más altas que hace un año. Síntoma de una mayor depreciación de activos.