Esta semana durante su comparecencia en Davos (Suiza), el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha recalcado que el cambio climático ofrece un aliciente a las empresas energéticas para llevar a cabo nuevas estrategias. De este modo, ponerse la venda antes de que surja la herida puede tener beneficios.
Y es que, según un informe de Bloomberg, las empresas que están más alineadas con los objetivos globales para la reducción de CO2 están mucho mejor posicionadas para sortear los riesgos que podrían derivarse de unos cambios legislativos que implicasen una rebaja en las emisiones de carbono.
En este meritorio ranking, la española Iberdrola estaría entre las principales energéticas que más apuestan por la reducción en el uso de carbón. También destacan la danesa Orsted y Enel. Todas ellas entre las compañías que más se pliegan a lo firmado en el Acuerdo de París para la famosa reducción de los 2 grados para 2040.
Sobre las compañías que destacan sobre el resto, Orsted es la que presenta mejores números en el cumplimiento del escenario de desarrollo sostenible (SDS) de la IEA, que puede ayudar a minimizar los riesgos derivados de un cambio de política de bajas emisiones de carbono. El objetivo de Orsted, en este caso, es reducir el carbono en un 96% para 2023.
En el caso de Iberdrola y Enel los objetivos neutros en carbono son para el 2050. Esto hace que las cantidades emitidas sean inferiores a 0,1 toneladas/Mwh para 2040, en línea con el SDS.
En cuanto al nuevo objetivo de Endesa de lograr una reducción de carbono del 80% es un objetivo que se puede alanzar, con una intensidad de emisión proyectada de 0,11 toneladas/Mwh para 2040. Por su parte, el objetivo a 2030 de EDP está en línea con el SDS, mientras que los objetivos de carbono de Gas Natural son inferiores a las reducciones necesarias para cumplir el escenario.
Iberdrola sigue a lo suyo
Bajo este contexto, desde Iberdrola siguen con las ideas muy claras sobre cómo escenificar su lucha contra el carbón. Que, a su vez, se ha convertido en un enfrentamiento directo contra el ministro de Energía, Álvaro Nadal, y la cabezonería del Gobierno de mantener vivas las centrales que se alimentan con esta materia.
Así, el presidente de Iberdrola, ha pedido en Davos hacer una política energética «de verdad». En su participación en el panel ‘Strategic Outlook: Energy Systems’, Galán subrayó que lo que tiene que hacerse es más política energética y «no hacer política con la energía».
A este respecto, insistió en que en los años que lleva en el sector ha visto pasar a distintos políticos que han cometido «los mismos errores», que al final «los pagan los consumidores y los accionistas».
El directivo, que defendió así la necesidad de impulsar la descarbonización de la economía mundial para cumplir con los compromisos asumidos en el Acuerdo de París, señaló respecto a la transición energética que los cambios profundos no son un problema, «sino una oportunidad».
