El honorífico cargo de ministro de Energía en España –al menos en el caso del Partido Popular-, que ostenta en la actualidad Álvaro Nadal, requiere poseer una gran confianza en uno mismo. Esa parte es vital. Si ni él mismo se cree lo que explica o vaticina, ¿cómo lo va a hacer el resto?
Por fortuna, Nadal posee por partes iguales, ingentes cantidades de confianza que de aptitudes nefastas en la predicción. Un digno sucesor del anterior exministro Soria, que en sus cuatro años al mando del Ministerio no fue capaz de atinar en el sentido en que se movía la luz o de si bajaría o subiría el déficit de tarifa. Nadal y Soria, comparten que son los únicos de España que en los últimos seis años ‘han creído’ que el precio de la luz caería de un año para otro.
Nadal y Soria, comparten que son los únicos de España que en los últimos seis años ‘han creído’ que el precio de la luz caería de un año para otro
A año nuevo, previsiones nuevas. Nadal compareció este miércoles en ‘Espejo Público’ para comentar la actualidad político-económica del país. Entre medias verdades, eslóganes, publicidad y obviedades sobre el turismo, dejó una serie de pequeñas píldoras sobre el sector energético. Todas ellas un 90% más mentira que verdad, desde un punto de vista muy generoso.
1. “En 2020 bajará la hipoteca de la electricidad heredada con lo que descenderá la parte fija del recibo de la luz”
Esta última parte es quizás una de las más flagrantes. No porque sea mentira que no lo es, sino por todo lo que tiene detrás. La parte fija incluye ahora –antes incluía más cosas cómo se explicará en el punto 2- los peajes de acceso, las ayudas a renovables y la distribución. Nadal está convencido de que esa parte caerá en 2020, pero: ¿Por qué ese convencimiento?
Fácil. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publicó un duro informe en el que pedía expresamente, «de cara al siguiente periodo regulatorio, que comenzará el 1 de enero de 2020, revisar la tasa de retribución financiera de la distribución de energía eléctrica”. No solo se queda ahí, si no que en parte también pide volver a revisar las subvenciones a renovables. Dos de los tres apartados de la parte fija.
Con ello la CNMC pide rebajar la parte de distribución y asume el discurso que el propio ministro hizo anteriormente. Lo que parecería una sorpresa no es lo es tanto, y es que la sala de supervisión regulatoria que ha llevado a cabo el informe la preside María Fernández Pérez. ¿Qué tiene esto de importancia? Pues que María Fernández Pérez fue una estrecha colaboradora del ministro Nadal hasta 2013 en Moncloa.
2. “Desde el Gobierno hemos congelado o bajado la parte fija del recibo de la luz durante los últimos 5 años”
En este primer punto, habría que hacer dos matizaciones que el ministro por supuesto conoce, pero que ‘accidentalmente’ ha olvidado. El 1 de febrero de 2014, el Gobierno del PP subió la parte fija de la factura de la luz (que equivale a la potencia contratada) y a su vez bajo la parte variable (el consumo).
Nadal no considera este movimiento, porque el efecto total –sumadas todas las facturas en España- fue neutral, pero de facto supuso un encarecimiento para el ciudadano a pie. Con la medida la factura de aquellos ciudadanos que consumían una potencia baja –se trata de 25,8 millones de clientes- creció un 20% en la parte fija.
Un año después –enero de 2015- el Gobierno decide sacar de la parte fija el llamado servicio de interrumpibilidad que consiste en un pago a determinadas empresas –gigantes industriales- para que en momentos de alta demanda detengan su producción. El coste de esta acción supera los 1.500 millones de euros desde que se sacó a la parte de producción. Incluso la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia alertó de que su coste “es muy elevado para su escaso uso”.
En definitiva, la parte fija en estos años sí ha crecido a través del cambio de ponderación de 2014. Además, sacar la interrumpibilidad de esa parte fija, cargarla a la variable, pero no reducir esa parte fija es una subida implícita del coste. Esto es, que la misma cantidad que se pagaba, aunque no suba, paga menos cosas –no paga interrumpibilidad que se paga aparte- por lo que esas partidas experimentan una subida.
3. “Estimamos que en 2018 la energía descenderá respecto a 2017”
“La luz bajará un 7,5% en 2015”, Soria dixit, ese año el recibo de la luz creció un 5%. Esta vez, Nadal ha sido menos ambicioso que su antecesor, pero parece abocado a acabar igual. El año 2017 fue uno de los peores de los últimos en cuanto a la factura de luz. Parte con ventaja. Una de las razones fue que en 2017 la capacidad de generación de energía hidroeléctrica fue la más baja de los últimos siete años. A principios de enero, la capacidad embalsada estaba por debajo de los 9.000 GWh, solo en 2013 había estado por debajo de los 10.000 GWh. El problema es que 2018 la capacidad instalada inició por debajo de los 7.000 GWh.
La P, de precio, en la ecuación eléctrica de 2018 parece ir en contra del vaticinio del ministro: menor capacidad hidroeléctrica, menor capacidad nuclear, manteniendo niveles de carbón junto a los miles de subsidios que engloba la factura. Los datos oficiales son claros, la factura crecerá en 2018 un 2,5% -tras crecer un 10% en 2017-. Aun así, a tanto tiempo vista los precios pueden variar y el ministro ha preferido redondear al positivo.
4. “En los primeros 15 de días de enero, el precio de la electricidad ha bajado un 11%”
El ministro está en lo cierto acerca de que las primeras semanas de enero han sido muy favorables. En la primera semana, el pool se fue hasta los 36,09 euros por MWh gracias al viento y a la lluvia. Se trata del precio más bajo visto desde junio de 2016 –con una demanda mínima- y obviamente ni una sola semana de 2017 se acercó a dicho valor.
El truco además está en que las últimas seis semanas la capacidad hidráulica no ha parado de crecer, +1.115 GWh frente a la caída de 1.787 GWh en el mismo período el año anterior. El problema es cuando se combinan las circunstancias de 2017 y 2018. El primero fue bastante malo y se incrementó un 9%, mientras que en los primeros 15 días de 2018 con unas condiciones excepcionalmente buenas es de una caída del 11%. A medida que las semanas avencen y el precio se normalice, la caída se diluirá y el precio medio –tras mes malo (enero de 2017) y mes bueno (enero 2018)- será superior al de enero de 2016.