Repsol gana y los consumidores pierden en la escalada de precios del petróleo

El petróleo es una moneda de dos caras. Cuando está barato –la cara- los consumidores se benefician de ello. Cuando se encarece –la cruz- las que salen ganando son las petroleras como Repsol. Por encima ellos, está el oligopolio de los productores que siempre ganan pero que no entran en la ecuación. En los últimos tres años, la moneda ha marcado cara, pero en los últimos meses el escenario ha mutado hacia la cruz.

Desde hace medio año el petróleo se ha disparado a máximos no vistos desde 2014. Gracias a ello, Repsol es el triunfador del Ibex-35 en esos mismos meses, y su cotización juguetea con máximos históricos. Aunque no solo Repsol. Las grandes energéticas de Europa también están disparadas.

Aunque falta uno que es vital y del que pocas veces se habla: los inventarios comparativos en Estados Unidos

El mercado del petróleo siempre se mueve en torno a los mismos parámetros: por un lado, las inestabilidades políticas en los países productores –ejemplo de Venezuela, algunos países africanos o de Oriente Medio-. En segundo lugar, la producción pactada por la OPEP –el oligopolio de los países productores-. Por último, algún desastre natural que afecte a la producción en lugares concretos.

Esos tres elementos siempre aparecen en los informes de los analistas sobre las causas del movimiento de los precios del petróleo. Aunque falta uno que es vital y del que pocas veces se habla: los inventarios comparativos en Estados Unidos. Esta medición consiste en la diferencia entre los niveles actuales del stock de petróleo a través de distintos productos y su promedio de cinco años para el mismo período de tiempo semanal.

La importancia de este medidor, es que relaciona los volúmenes de petróleo con las variaciones entre oferta y demanda. Con ello informa de si la demanda es superior o no respecto del valor de los últimos años normalizados. La realidad, es que esta cifra lleva alertando desde febrero de 2017 de que la demanda supera a la oferta y por ello, los precios iban a crecer.

Los últimos datos que ha ofrecido la Administración de Información Energética de Estados Unidos señaló que la semana pasada las reservas descendieron en 4,9 millones de barriles. Un millón más de lo previsto por lo que los precios del crudo todavía podrían seguir al alza en las próximas semanas. Además, hace apenas un mes la OPEP acordó restringir el alza de barriles dejando la cifra en los 33 millones.

Repsol alcanza máximos

La petrolera española es el valor que mejor ha recogido el despegue del precio del petróleo. El inicio del año en bolsa para firma presidida por Antonio Brufau fue decepcionante. En los seis primeros meses de 2017, Repsol cayó un 2% muy por debajo en rentabilidad frente a otros grandes valores como Telefónica, Santander o el propio Ibex.

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Evolución bursátil de Repsol frente al Ibex (verde), al Banco Santander (morado) y Telefónica (rojo).

En febrero se registran las primeras caídas importantes en los inventarios en Estados Unidos, con ello los precios comienza a calentarse. Desde marzo aproximadamente, el petróleo se dispara un 55%. Con ello, la cotización de Repsol encuentra un buen soporte y se dispara en bolsa un 21%. Con ello, bate en rentabilidad a todos los gigantes.

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Evolución bursátil últimos seis meses del año de Repsol, frente a Santander en verde, Iberdrola morado e Ibex rojo.

Aunque no solo es Repsol, las grandes petroleras europeas también se han disparado en bolsa en los mismos meses destacando el 61% de Neste o el 36% de Statoil.

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Revalorización petroleras europeas.

El renacer de Repsol apoyado por los precios del petróleo tiene todavía recorrido a lo largo de 2018. Los inventarios siguen en caída, por lo que los altos precios no revocarán tan fácilmente. Además, Repsol había cerrado un ambicioso plan de negocio con una idea del precio del barril en torno a los 50 euros. El hecho de que los precios puedan estar por encima con soltura, ha convertido a la petrolera en uno de los valores elegidos por los analistas.

¿Cómo afecta a los consumidores?

En el otro lado de la balanza, están los consumidores que se ven perjudicados por el aumento del precio del crudo. El primer efecto negativo que soportan los ciudadanos es a través de las cuentas nacionales del país. Aunque suene a Perogrullo, España debe importar la práctica totalidad del petróleo que consume. El incremento de precios reduce la cantidad de dinero que el Gobierno puede redistribuir a otras partidas.

Los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Economía sobre exportaciones e importaciones, reflejan a la perfección esta tendencia del precio del crudo. Entre enero y octubre de 2017 el déficit comercial ha crecido un 39%, hasta los 21.073 millones. Una de las claves de éste déficit son las importaciones de productos energéticos que se han disparado un 40%.

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Gasolinera de Repsol.

El efecto más evidente del incremento de precios del crudo es su repercusión sobre el precio de los combustibles. Este efecto tiene un lado visible y otro que no muchas veces no se tiene en cuenta. El primero y más visible es que un precio más alto de las gasolinas provoca una pérdida de poder adquisitivo por parte de los ciudadanos.

El otro efecto menos visible es el encarecimiento de productos y servicios de manera indirecta. Los sectores que se ven más perjudicados por el incremento del precio del petróleo son las aerolíneas y el transporte. Éste último, indirectamente provoca un aumento de precios también en la cesta de la compra a través de encarecer el transporte de los productos.