EEUU al Reino Unido: dejen de decir que el pollo estadounidense no es seguro para comer

Tim Ross para Bloomberg

Estados Unidos advirtió a Gran Bretaña que está “harto y cansado” de escuchar que el pollo estadounidense no es seguro para comer, después de una protesta sobre si las aves de corral tratadas con cloro deberían servirse en las mesas británicas después del Brexit.

El lavado del pollo con cloro ya no ocurre en EEUU, y la calidad de los productos es tan buena como la británica, afirmó Ted McKinney, subsecretario de comercio del Departamento de Agricultura de ese país.

Según McKinney, Michael Gove, el secretario de medio ambiente británico, aseguró en privado a los funcionarios estadounidenses que trataría de trazar una línea en la disputa porque no era justo para los productores avícolas estadounidenses. Agregó que se mantendrá al tanto en Google para asegurarse de que Gove cumpla con su palabra.

“La calidad de nuestras aves de corral la enfrentaríamos contra las del Reino Unido cualquier día de la semana”

Nos gustaría que toda la sociedad británica comprenda que no es una práctica que esté en uso”, comentó McKinney en una entrevista en Oxford, Inglaterra, este jueves. “La calidad de nuestras aves de corral la enfrentaríamos contra las del Reino Unido cualquier día de la semana y dos veces el domingo”, expresó.

El escándalo del pollo marca una pauta en el camino hacia el Brexit de la primera ministra británica, Theresa May, y refleja las opciones que enfrentará sobre el futuro de Gran Bretaña. Sugiere que tendrá que decidir entre optar por un acuerdo comercial con Estados Unidos o permanecer cerca de la Unión Europea, para mantener los vínculos comerciales existentes y los estándares del consumidor.

“Categóricamente injusto”

Lavar el pollo con cloro está permitido según las reglas de EEUU, aunque se ha vuelto menos común a medida que las prácticas de saneamiento han evolucionado. La UE lo prohíbe.

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McKinney indicó que Gove le había prometido a Estados Unidos que no volvería a repetir el argumento de que en un acuerdo de libre comercio entre los dos países se vendería pollo tratado con cloro en las tiendas y restaurantes británicos.

Cuando se le preguntó al respecto, McKinney dijo que él “no confundiría el pollo clorado” con los estándares de seguridad alimentaria, “y que eso ya no ocurre. Ya no hacemos eso y hablar al respecto es categóricamente injusto”.

McKinney afirmó que estaba haciendo un comentario “amistoso”, pero agregó que quería que el argumento del cloro y del pollo se detuviera. “Sí, lo hacemos porque estamos hartos y cansados de eso”.

Acuerdo con Trump

A largo plazo, Gove y sus colegas del gobierno británico tienen que elegir. May quiere un acuerdo comercial con Estados Unidos y ha discutido el asunto con el presidente Donald Trump. Los grupos de trabajo han comenzado a discutir la forma del pacto, que ambas partes dicen que les gustaría concluir rápidamente.

“Esperamos que el Reino Unido busque sus propios estándares de alimentos”

Si May no recorta las regulaciones de la UE, como las que prohíben los tratamientos químicos de los productos avícolas, corre el riesgo de comprometer cualquier trato con EEUU.

“Esperamos que el Reino Unido busque sus propios estándares de alimentos y protocolos de seguridad ambiental”, mencionó McKinney. “Consideramos que la UE es un lugar muy difícil para hacer negocios, por lo que esperamos que, como parte de Brexit, el botón de reinicio al menos pueda considerarse”. Si se eliminan algunas de las regulaciones sanitarias onerosas, “hay una oportunidad mucho mayor para el comercio entre el Reino Unido y Estados Unidos”, puntualizó.

En declaraciones a periodistas en la misma Conferencia de Agricultura en Oxford, Gove apuntó que no podía “adelantarse” a lo que resultaría de un acuerdo comercial con el país norteamericano, pero prometió que no se reducirían los estándares de bienestar animal y otros asuntos de calidad.