La próxima llegada de la tecnología 5G deja en standby a la televisión. Concretamente a la TDT. Como ha ocurrido hace años, la implantación de esta tecnología móvil ocupará la frecuencia de la señal audiovisual. Es decir, habrá cambios en la banda en la que operan. Entonces, ¿tendrán realizar algún cambio los hogares españoles?
Todo indica que los hogares españoles tendrán que repetir el mismo proceso de hace unos años. La introducción de la tecnología 4G en España en 2014 obligó a la televisión a realizar cambios. Éstas, que emitían en la banda de los 780 Mhz, tuvieron que ceder su frecuencia a la telefonía móvil porque. Y es que esta última necesitaba un espacio unificado para transmitir sus datos. Este desplazamiento llevó a los hogares españoles a realizar cambios en sus aparatos TDT y sus antenas de emisión.
Actualmente, conviven cuatro sectores en la banda de los 780 Mhz. Se trata de la telefonía 4G, la televisión, las aplicaciones ICM (Industriales, Científicas y Médicas) y las bandas asignadas a las tarjetas RFID. Estas últimas transmiten información en logística de producto. De esta forma, la televisión trabaja en un espacio cada vez más reducido y copado por otros servicios. Un problema que se ha acentuado en los últimos años debido a la multitud de licencias de televisión que se han otorgado.
La tecnología 5G desplazará la televisión de frecuencia
Cuatro años después, la historia se vuelve a repetir. La llegada de la tecnología 5G volverá a desplazar a las televisiones de su frecuencia. La pregunta es, ¿los españoles tendrán que cambiar de televisor?
Del parque actual de televisores, sólo el 10% están preparados para la TDT 2, el nuevo estándar que adoptará Europa para comprimir –todavía más- la señal televisiva. Es decir, que el 90% de los hogares tendrán que comprar uno nuevo o un adaptador (como el antiguo TDT) para poder ver la televisión.
La televisión en abierto queda obsoleta
Sin embargo, la controversia del asunto no termina ahí. La televisión en abierto va en declive en cuanto a audiencia se refiere. Según el análisis televisivo 2017 de Barlovento Comunicación, el conjunto de las primeras cadenas (junto a las autonómicas) perdieron un 5% de audiencia en lo que va de año. De ellas, sólo han registrado más espectadores La 1 y las televisiones autonómicas públicas.
La audiencia de la TV en abierto cae a medida que aumentan los clientes de pago
Este comportamiento a la baja contrasta con el aumento de clientes de las televisiones de pago y las nuevas plataformas de televisión online. Sobre el primero, a marzo de este año contaba con 6,1 millones de abonados, un 3% más que a cierre de 2016 según datos de la CNMC. Se trata de un pequeño aumento con motivo de la ralentización después de años de grandes aumentos. Asimismo, en 2014 y 2015 los abonados a las televisiones de pago aumentaron un 30% y un 13% respectivamente.
Sobre las plataformas de televisión online –como Netflix y HBO- el aumento es más importante. Netflix ha duplicado sus usuarios y a finales de 2016 contaba con 540.000 clientes.
Cada vez más, los hogares contratan algún tipo de plataforma adicional de contenidos televisivos. Respecto a las televisiones de pago, ya suponen un tercio del total de los hogares. Sobre las plataformas de televisión online, si sus clientes aumentan al mismo ritmo que lo ha hecho en 2016, necesitará cinco años para alcanzar el mismo porcentaje de hogares cubiertos.
La caída de audiencia en la televisión tradicional pone en duda el futuro problema de los televisores y la TDT. ¿Es necesarios todos esos cambios? De los más de tres millones de aparatos que se vendieron en 2016, más de la mitad no cuenta con la tecnología de la TDT 2. Es decir que se quedarán anticuados en menos de cinco años y necesitarán un adaptador para seguir viendo la televisión en abierto. Sin embargo, cada vez son más los españoles que contratan una plataforma adicional para disponer de más contenido, sobretodo de tipo específico como series o deportes. Con estos datos, no sería de extrañar que la televisión en abierto como hoy se conoce quede obsoleta y que todas esas medidas tomadas para adaptarse a los nuevos canales digitales se hayan hecho en vano.