Javier Blas para Bloomberg
El mercado petrolero ya arribó a un exitoso acuerdo entre la OPEP y Rusia para ampliar así los recortes de producción por nueve meses más. Si escuchamos a los operadores y los fondos de cobertura, eso significa que el riesgo a que los precios bajen ahora es claramente menor: lo mejor que el cártel puede hacer es cumplir las expectativas.
Tanto Citigroup como Goldman Sachs Group dijeron a sus inversores que deben prepararse para la decepción y una caída en los precios del petróleo. Los dos pueden haber subestimado la capacidad de sorpresa de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El grupo sorprendió a casi todos cuando forjó un acuerdo preliminar para cortar la producción en una reunión en Argel en septiembre de 2016. Lo hizo nuevamente hace un año en Viena, cuando Rusia y varios otros miembros se unieron al acuerdo.
Los ministros de Energía, Alexander Novak y Khalid Al-Falih, podrían dar un buen espectáculo durante la conferencia de prensa final de la OPEP
El cártel y sus aliados todavía tienen algunas palancas a su alcance que les permite demandar, al menos en el papel, que han excedido las expectativas nuevamente.
En primer lugar, varios nuevos países no pertenecientes a la OPEP, incluidos Turkmenistán, República del Congo, Chad y Bolivia, llegarán a Viena, además de los 10 no miembros que ya participan en los recortes. Agregar esas pocas naciones podría permitirles aumentar la reducción total de la oferta de 1,8 millones de barriles por día, incluso si sólo contabilizan las disminuciones naturales en los campos más viejos, que hubiera sucedido independientemente.
Otra sorpresa positiva podría venir de las propias filas de la OPEP. Libia y Nigeria estuvieron exentos de recortar hace un año debido a conflictos internos. Si Arabia Saudita logra convencer a ambos para que acepten un límite, es posible que no produzca una reducción real en el suministro, pero al menos podría tranquilizar a los mercados de que las naciones africanas no podrían incrementar la producción significativamente el próximo año.
En tercer lugar, la OPEP y Rusia pueden mover sus metas una vez más. ¿Por qué aceptar una extensión de nueve meses cuando pueden organizar una renovación de hasta un año? ¿Cómo lo harían?
Simplemente podrían establecer el inicio del acuerdo en enero en lugar de hacerlo en abril. El efecto final siempre será el mismo, ya que los recortes se extenderán hasta el final del próximo año, pero durante al menos unos breves momentos, 12 meses suenan mejor que nueve.
A falta de algo más sustancial, siempre existen los roces entre Arabia Saudita y Rusia que podrían dar un paso atrás en cualquier momento. Los ministros de Energía, Alexander Novak y Khalid Al-Falih, podrían dar un buen espectáculo durante la conferencia de prensa final de la OPEP, mostrando así al mercado que su cooperación es más estrecha de lo que muchos fondos de inversión u operadores de petróleo piensan.