Ian Wishart, Peter Flanagan y Viktoria Dendrinou para Bloomberg
Las que posibilidades de que el Brexit avance en los próximos días dependen de que la primera ministra británica, Theresa May, convenza a la facción política de Irlanda del Norte de aceptar la posición del Reino Unido con respecto a la frontera irlandesa.
La frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda se ha convertido en la mayor amenaza para alcanzar un acuerdo sobre el Brexit el mes próximo, que permita al Reino Unido y a la Unión Europea iniciar conversaciones sobre su futura relación comercial, indicaron en condición de anonimato tres fuentes familiarizadas con las discusiones.
Los líderes de la UE esperan que el próximo lunes May ofrezca más dinero para saldar los compromisos previamente adquiridos con el bloque, como las promesas de pensiones y los proyectos de infraestructura en conjunto. Pero un desacuerdo con los Demócratas Unionistas sobre cuán lejos puede llegar el tema fronterizo podría echar por tierra cualquier pacto posible.
La frontera irlandesa es la mayor amenaza para un Brexit sin acuerdos
Los funcionarios irlandeses y de la UE han sugerido que se dé a Irlanda del Norte un estatus diferente al del resto del Reino Unido, lo que implica la creación de una frontera, pero el partido Demócratas Unionistas insiste en que esto no puede suceder.
“Necesitamos más claridad y certeza en torno a una hoja de ruta para abordar el tema fronterizo de manera integral”, indicó este lunes el canciller irlandés, Simon Coveney, en una entrevista con la radio RTE. Si las empresas en Irlanda e Irlanda del Norte operan bajo reglas diferentes, “nos parece imposible que se evite un sistema de verificación y, por lo tanto, alguna forma de frontera estricta”.
Los problemas
Irlanda tiene el respaldo del resto de la UE, que desea garantías escritas de que la retirada del Reino Unido de la unión aduanera y del mercado único no conducirá a la devolución de los puestos de control, lo que despertaría recuerdos de décadas de violencia entre grupos católicos y protestantes.
El lado británico tampoco quiere tener una frontera estricta, pero insiste en que una solución al problema sólo puede surgir junto a un acuerdo comercial final. May apostaba a dejar el tema a un lado, pero se ha convertido en un asunto vital en Irlanda, cuyo Gobierno enfrenta su propia crisis política en Dublín.
Todo se complica por el hecho de que, después de perder la mayoría parlamentaria en las elecciones de junio, May confía en el apoyo de los Demócratas Unionistas, un partido de Irlanda del Norte cuyo principal soporte son los votantes protestantes.
May confía en el apoyo del partido Demócratas Unionistas de Irlanda del Norte
Por otro lado, no está claro qué tan lejos estarían dispuestos a llegar los Demócratas Unionistas para bloquear cualquier intento por derribar a May, y abrir la puerta a un gobierno liderado por Jeremy Corbyn. El partido ha sido muy crítico con el líder del principal partido laborista de oposición, que se encuentra actualmente por delante en las encuestas de opinión.
La isla
“La isla de Irlanda se enfrenta ahora a muchos desafíos”, aseveró el jefe negociador de la UE, Michel Barnier, en un discurso en Bruselas la semana pasada. “Aquellos que querían el Brexit deben ofrecer soluciones”, añadió.
Los funcionarios de la UE y del Reino Unido continuaron las conversaciones en los últimos días en un esfuerzo por alcanzar una posición conjunta sobre los asuntos más urgentes del Brexit, que deben resolverse antes de que las conversaciones puedan avanzar.
Ya se redactó una oferta por escrito sobre el acuerdo financiero y se está en espera de la aprobación final de parte de May, según una de las fuentes. El portavoz de la Primera Ministra descartó esto el lunes y dijo que era mera especulación.
En la conferencia del partido el pasado sábado, la líder de Demócratas Unionistas, Arlene Foster, aseguró que se opondría de la forma más directa a tener una frontera estricta: aplicando las normas de la UE a Irlanda del Norte después del Brexit y reiterando su oposición a las barreras comerciales dentro del Reino Unido.
“Escuchando con cuidado”
En una entrevista el viernes con Bloomberg Television, Foster dijo que el gobierno británico está “escuchando atentamente” a Irlanda del Norte y que cualquier garantía “artificial” no debe socavar la posición constitucional de la región.
El gobierno británico está “escuchando atentamente” a Irlanda del Norte
Si cuando May se reúna con Barnier y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el próximo lunes, puede dar a la UE las garantías que necesita sobre el acuerdo financiero, la frontera irlandesa y la protección de los derechos de los ciudadanos de la UE, los diplomáticos del bloque tendrían 10 días para acordar los temas a tratar en la cumbre del 14 y 15 de diciembre.
Barnier le dijo a los 27 gobiernos que recomienda juzgar que el progreso tenido hasta este momento las negociaciones es “suficiente” para permitir que se comience a discutir el acuerdo comercial y el potencial período de transición, que le dará tiempo de gracia a las empresas para adaptarse a la realidad posterior al Brexit.
Los embajadores luego comenzarían a redactar una declaración formal que necesitaría ser aprobada por los líderes en la cumbre. Sin embargo, todos estos pasos cuidadosamente modulados requerirían de algún tipo de acuerdo sobre cómo abordar una frontera en Irlanda de 580 kilómetros, donde los controles ya no existen.