Euskaltel tuvo la valentía de anunciar en 2015 que dejaba de participar en la deficitaria guerra del fútbol. Durante años prácticamente todos los operadores criticaban que los derechos deportivos eran deficitarios, pero ninguno se atrevió a dar el paso hasta que lo hizo la operadora líder en el norte.
La compañía vasca, que ha deglutido con éxito a la gallega R y a la asturiana Telecable (elevando sus ganancias en los nueve primeros meses del año más de un 10%, tras rozar unos beneficios de 50 millones de euros), se reafirmó en abril de 2016 en su táctica defensiva por boca de su presidente Alberto García Erauzkin, que señaló que el fútbol estaba sobrevalorado porque solo le interesaba al 5% de sus clientes, y además anunció que iba a dedicar la cantidad dedicada al deporte a ofrecer mejor servicio de televisión y a mejorar la velocidad a sus clientes de fibra.
Perro la guerra futbolera todavía tiene visos de complicarse aun más. Porque Javier Tebas (presidente de la LFP) avisó que la próxima subasta liguera, que arrancará en 2018, va «a llegar a 2.300 millones, así que el señor Jaume Roures va a tener que apostar más si quiere los derechos del fútbol. Ese es el objetivo que planteo. Habrá operadores de televisión que me digan que estoy como una cabra, también me lo dijeron hace cuatro años y no me equivoqué».
Amazon, Faceboook o Netflix, que también podrían optar a los derechos de la Fórmula 1 a partir de marzo, quizás participen en una subasta de la que se podrían bajar compañías como Movistar +, que cerró el primer trimestre del año con 3,6 millones de abonados, Vodafone TV, que se mantuvo con 1,3 millones de suscriptores, y Orange, que rebasa los 500.000 fieles.
Los datos no dan confianza
Ninguna de ellas, con el fútbol como bandera, logra ganar abonados respecto al último trimestre de 2016. Sin embargo, sí que consigue hacerlo sin Liga ni Champions Euskaltel, que alcanzó los 275.000 abonados. Antonio Coimbra anunció hace unos días que podría seguir la táctica vasca futbolera de Euskaltel: «Ya veremos qué pasa, pero nos preocupa mucho la inflación de precios de estos contenidos».
El consejero delegado de Vodafone España también desveló que tampoco está dispuesto a perder dinero con la Champions League de las tres próximas temporadas, en manos de Jaume Roures, que ganó la subasta con una prima del 30% respecto a la última subasta: «Se necesitaría que los abonados pagaran por el fútbol europeo el triple de lo que ahora abonan, hasta los 60 euros al mes, para que así nos salieran las cuentas (…) Los usuarios tendrían que pagar 70 o más euros al mes sólo por esa competición, lo que no resulta viable para Vodafone».
Con esta táctica Vodafone intentará acercarse aun más a Movistar, que recuerden que tras absorber Digital + alcanzó los 3.817.000 abonados en el segundo trimestre de 2015, por los 815.000 con los que contaba su principal competidor en aquel entonces. Pero en menos de dos años Movistar + se conforma con 3.604.000 espectadores, por lo cual pierde más de 200.000 en menos de dos años, y Vodafone TV prácticamente ha duplicado sus números hasta alcanzar 1.308.000 abonados, por lo cual la distancia entre ambas plataformas televisivas se ha recortado en 700.000 contratos.
¿Y Roures?
Jaume Roures tendrá que ponerse a negociar este próximo verano los derechos de las tres próximas temporadas de la Champions League, que a partir de septiembre de 2018 se caen por primera vez en la historia de la televisión en abierto. Por ahora Mediapro solo cuenta con la plataforma online beIN CONNECT para explotar los encuentros de la citada competición. El magnate catalán también estará pendiente de la subasta centralizada de la Liga para las temporadas 19-22, que se desarrollará en el último trimestre de 2018.