Carolynn Look y Piotr Skolimowski para Bloomberg
Mario Draghi predijo que los trabajadores de la zona euro pronto comenzarán a ganar mayores incrementos salariales, aliviando la presión sobre el Banco Central Europeo para seguir apoyando la economía.
El Presidente del BCE, que durante años luchó para combatir la baja inflación, reiteró que una “cuestión clave” para mantener los bajos precios es que los salarios no suben. Tras inyectar un estímulo monetario que ha ayudado a reducir el desempleo y estimular el consumo, ahora ve un cambio incipiente.
“Con las expectativas de inflación bien ancladas, los efectos de los bajos precios en la formación de salarios no deberían ser persistentes”, observó Draghi ante una audiencia de banqueros y políticos en Fráncfort. “A medida que el mercado laboral se tensa y la incertidumbre cae, la relación entre la holgura y el crecimiento salarial debería empezar a reafirmarse. Pero tenemos que ser pacientes”.
Cualquier señal de que los trabajadores ganarán un mayor salario es crucial para acercar la inflación a la meta del BCE y permitirle relajar las medidas extraordinarias, incluidas las compras de bonos y las tasas de interés negativas, que se han llevado a cabo durante años.
Las autoridades ya han decidido recortar el apoyo en enero y Draghi señaló que el crecimiento económico en la región ha “mejorado claramente”, pero también advirtió que el progreso en los precios al consumidor es “incompleto y parcial”.
Tras sus comentarios, el euro subió 0,3% hasta alcanzar 1,18 dólares en horas tempranas en Fráncfort.
“El crecimiento salarial es clave porque modela las perspectivas de la inflación subyacente”, de acuerdo con el economista de Bloomberg, Maxime Sbaihi. “La buena noticia para el BCE es que la compensación por empleado tiende a aumentar; la mala noticia es que la tasa de crecimiento sigue siendo demasiado débil para estar seguros de que la inflación volverá al objetivo”.
El mayor sindicato alemán pidió un incremento salarial del 6% muy superior a la inflación proyectada en 2%
Alemania, que tiene un desempleo récord y una economía a plena capacidad, podría ser uno de los señalados. IG Metall, con 2,3 millones de miembros, el mayor sindicato de trabajadores del país, solicitó un aumento salarial del 6%, muy por encima del objetivo de inflación del BCE de poco menos del 2%.
Aún así, no se ha llegado a un acuerdo y la liquidación final es generalmente más baja que la oferta inicial. El sindicato también busca beneficios no salariales, como la opción de horarios de trabajo más cortos.
El optimismo de Draghi se alimenta de la recuperación del mercado de trabajo de la región. El empleo en el bloque de 19 naciones se encuentra en un nivel récord, mientras que el desempleo ha caído más bajo desde el año 2009. Simultáneamente, la tasa de participación ha aumentado 2% por encima del nivel anterior a la crisis, impulsada especialmente por mujeres y mayores personas que se unen a la fuerza de trabajo. “El hecho de que el desempleo cayera tanto, mientras que la participación laboral aumenta, es una historia de éxito notable”, dijo Draghi.
El fortalecimiento en la recuperación fue una de las razones por las cuales, en la última reunión de polític del BCE, el Consejo de Gobierno decidió reducir a la mitad el ritmo de sus compras mensuales de bonos a 30.000 millones de euros a partir de enero.
Draghi dijo que la decisión ayudó a reforzar las expectativas de que las tasas de interés se mantendrán en los niveles actuales durante mucho tiempo. Como resultado, el efecto de señalización de la compra de bonos “naturalmente ha aumentado en importante en relación con el efecto de duración”.
Sus comentarios son eco de las declaración el economista jefe del BCE, Peter Praet, quien dijo que la orientación política se enfocará cada vez más en las tasas de interés a medida que se acerca el final de la flexibilización cuantitativa.