La UE se enfrenta al espectro de un Brexit sin acuerdo

Ian Wishart y Emma Ross-Thomas para Bloomberg

El jefe negociador de la Unión Europea, Michael Barnier, planteó la posibilidad de que las negociaciones del Brexit no avancen para finales de este año. Recordó también que el Reino Unido tiene tan sólo dos semanas para presentar una mejor oferta sobre el acuerdo financiero.

Barnie pidió un “progreso real y sincero” en tres términos del divorcio, que incluyen el proyecto de ley de separación, los derechos de los ciudadanos europeos y la frontera con Irlanda, que ha entrado nuevamente en la agenda esta semana.

“Tengo que presentar una imagen sincera y real sobre estos temas al Consejo Europeo y al Parlamento Europeo. Si ese no es el caso, entonces continuaremos el diálogo y esto retrasaría el reinicio de las conversaciones en el futuro”, comentó Barnier en una conferencia de prensa en Bruselas este viernes, junto al secretario británico para el Brexit, David Davis.

“Tengo que presentar una imagen sincera y real sobre estos temas»

De la ronda de negociaciones vigentes se espera muy poco progreso, pero el ambiente de la conferencia fue mucho más sombrío que en ocasiones anteriores. La mañana de este viernes, el ministro de Asuntos Europeos de Polonia, que se reunió con Davis en Varsovia esta semana, también planteó la posibilidad de que las conversaciones no avancen hacia el tema comercial hasta marzo.

Esto reduciría el tiempo disponible para cerrar un trato comercial y haría casi inútil el pacto de transición que las empresas británicas claman a gritos. Gran Bretaña tendrá que abandonar el bloque en marzo de 2019, con o sin un acuerdo, y las ratificaciones de cualquier trato necesitan meses para concretarse.

“Diciembre es absolutamente el punto crucial más importante”, aseveró Mij Rahman, del grupo Eurasia. Sostuvo que si no hay un acuerdo para la cumbre de diciembre, entonces los dos bandos se verán forzados a repensar todo el proceso y podrían considerar intentar un pacto de salida minimalista en lugar de un escenario sin él. “Puede haber un replanteamiento de hacia dónde nos dirigimos”.

“Diciembre es absolutamente el punto crucial más importante”

La libra subió 0,5% frente al euro, gracias a que los inversores se sintieron aliviados porque las conversaciones aún no hayan terminado.

Progreso significativo

Davis aseguró que en los principales términos de la salida se ha logrado un “progreso significativo”. Volvió a rechazar la exigencia de que la cuota a pagar se determine antes de avanzar hacia el diálogo comercial. Sin embargo, ambas partes han intentado cumplir con las solicitudes de la UE, que incluyen pagos por pasivos de pensiones y proyectos que el Reino Unido acordó financiar como miembro.

“Estamos haciendo un claro progreso en la construcción de un entendimiento técnico común sobre cada elemento”, afirmó. “Ahora se trata de pasar a las discusiones políticas que nos permitirán avanzar juntos”.

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El asunto de la frontera irlandesa, que había quedado relegada en los últimos meses debido a que Gran Bretaña argumentaba que sería más fácil discutirlo más adelante, volvió a la agenda. Una nota difundida el miércoles dejó claro que la EU ha adoptado una posición mayoritaria con respecto a Irlanda.

Davis dijo que se han tenido discusiones “francas” con respecto a la frontera, que separa a la República de Irlanda con Irlanda de Norte y que se convertirá en la única frontera terrestre del Reino Unido con el bloque. En el documento, la UE pidió a Irlanda del Norte que mantenga las reglas de la unión aduanera y el mercado único después del Brexit, para evitar conflictos fronterizos.

Estas demandas son casi imposibles de aceptar para los británicos, a menos que todo el Reino Unido permanezca en la unión aduanera, algo que la primera ministra, Theresa May, ha descartado. Permitirle a Irlanda del Norte permanecer en la unión significaría establecer una frontera entre ésta y Gran Bretaña.

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Esto es impensable para el Reino Unido y más aún en un momento en el que el Gobierno conversador es apuntalado por el partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, el cual el pro británico. Esta facción preferiría renunciar antes que aceptar una frontera.

Davis dejó claro este viernes que Gran Bretaña rechazaría cualquier solución de este tipo. Más tarde, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, aclaró que no pide que Irlanda del Norte permanezca en la unión aduanera, sino que se apliquen las mismas reglas.

Irlanda tiene un dilema: mientras su negocio quiere un rápido acuerdo comercial con el Reino Unido, es consciente de que el tema de la frontera, esencialmente, le ha otorgado el derecho a veto en la primera fase de las conversaciones, el cual perderá una vez que acepte que las discusiones pueden avanzar hacia el intercambio comercial futuro. El Gobierno irlandés corre el riesgo de recibir críticas políticas en casa si acepta cualquier cosa que pueda interpretarse como que ha permitido que la isla se divida en dos.

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Gran Bretaña tiene alrededor de dos semanas para mejorar su oferta en cuanto a la cuota salida, para que las discusiones comerciales pueden tener luz verde en la cumbre de diciembre. En vista de que el bloque pide 60.000 millones de euros y los británicos hasta ahora han ofrecido sólo un tercio de eso, el Reino Unido -sin dudas- tendrá que hacer concesiones.

Esto será difícil de aceptar, debido a que a los votantes se les prometió que -después del Brexit- habría más dinero disponible. A esto se le suma el hecho de que múltiples figuras de alto perfil en el partido Conservador de May no está dispuestas a aceptar la demanda de la UE.

La noche del jueves, May hizo algunos esfuerzos para ganarse a los legisladores euroescépticos, uno de ellos fue la iniciativa de consagrar por ley la fecha en que el Reino Unido abandonará la UE. Con la medida, la mandataria busca desalentar la creciente ola de especulaciones sobre un posible retraso en la concreción del Brexit.

May, que el jueves nombró a un ministro pro Brexit para su Gabinete, también usó palabras firmes en un editorial que escribió para el diario Telegraph. Dijo que no tolerará ningún intento de los legisladores de utilizar enmiendas a  ley para “tratar de bloquear los deseos democráticos del pueblo británico, al intentar detener o frenar nuestra partida de la Unión Europea”.